Sector automotriz de Argentina reduce dependencia de Brasil
Además del incremento sostenido de la producción en el sector automotriz argentino, gracias a una nueva ola de inversiones en el último bienio, las exportaciones de vehículos, que en 2006 se estima alcanzarán las 217.000 unidades, se diversifican en destinos. El sector externo automotriz ha reducido su dependencia de los envíos a Brasil: mientras que en 2000 significaban el 81% del total exportado, en seis meses del 2006 representan sólo el 44%, explica un informe de la consultora abeceb. Las relaciones con Brasil se desenvuelven bajo la órbita de un nuevo acuerdo comercial, y el comercio con México y Chile está signado por acuerdos de libre comercio automotriz. Por último, la incorporación de Venezuela como miembro pleno del Mercosur y la negociación por el libre comercio automotriz con Argentina, presenta oportunidades, en un mercado en donde el 50% de los vehículos que se consumen son importados.
El año 2006 ha sido testigo de la recuperación del sector automotriz, aproximándose a los niveles que poseía en los últimos años de la década del '90, consigna un trabajo de abeceb.
En aquel período, las variables fundamentales, producción, ventas y exportación, verificaron cifras récord para el sector, alcanzando durante el trienio 1996-1998 las 406.000, 419.000 y 186.000 unidades respectivamente. La profunda recesión en la que estuvo inmersa la economía nacional desde fines de 1998 hasta la crisis de diciembre de 2001, provocó que los indicadores principales de la industria también ingresaran en una fase descendente.
Sin embargo, desde el 2003, y sin dejar de atravesar un período de adaptación a las nuevas condiciones macroeconómicas imperantes, el sector automotriz retomó la senda del crecimiento de la mano de un nuevo ciclo de inversiones, que se tradujo en la incorporación a la oferta de nuevos modelos que poseían características de diseño regionalmente exclusivas, y que impactó en tres direcciones claramente definidas: producción, ventas internas y exportaciones.
Por el lado de la producción, el primer resultado derivado de la nueva ola inversora, fue el incremento sostenido en los niveles de producción local de vehículos (la fabricación durante el trienio 2004-2006 llegó a las 327.000 unidades promedio, un 33,5% superior al trienio 1996-1998).
Un segundo resultado lo constituyó el incremento en la escala de producción promedio, hasta alcanzar niveles tan elevados como los verificados por última vez en 1998 (se estiman 1.898 unidades por modelo en el 2006, contra 1.532 unidades en el 2005).
Por el lado de las ventas, la recuperación del sector automotriz a la que asistimos ha respondido, en gran medida, a la expansión observada tanto en el mercado interno como en el mercado externo.
En agosto de 2006, las ventas domésticas acumularon 257.000 unidades a lo largo de ocho meses, y han sostenido una tendencia creciente desde el 2002, estimándose que alcanzarán en todo el 2006 las 455.000 unidades vendidas domésticamente, con un alza en la participación de vehículos de origen nacional en la composición de las mismas (39,2% en la actualidad y 40% para todo el 2006).
Por parte del sector externo, las exportaciones de vehículos en agosto llegaron a las 22.500 unidades, acumulando 136.700 en los ocho meses transcurridos del 2006 y estimándose en 217.000 para el total del año en curso.
Dinámica exportadora
Uno de los resultados más satisfactorios para el sector automotriz nacional, es el desempeño que han presentado las exportaciones a lo largo de los últimos tres años.
En este sentido, es importante recordar que las exportaciones de vehículos en el 2006 se estima que alcanzarán las 217.000 unidades, recuperando el nivel de 1997, y aproximándose al mismo tiempo, al valor alcanzado en 1998, donde alcanzaron las 237.500 unidades.
El fuerte incremento expuesto por las ventas externas ha conseguido elevar a un estrato superior la relación exportaciones/producción, como consecuencia de la renovada oferta con que cuenta la industria local, sumada a la exclusividad regional de los modelos fabricados en los últimos años (Peugeot 307, Toyota Hilux, Toyota Hilux SW4 y VW Suran) y a las expectativas generadas en torno a la producción de nuevos modelos.
En este contexto, el crecimiento en el valor agregado de las exportaciones realizadas (hasta rozar los U$S 2.000 por unidad en 2005) ratifica la modernización de la oferta automotriz nacional, mientras consolida el comercio del sector a nivel regional. De esta manera, las exportaciones automotrices argentinas no sólo se han expandido significativamente en volumen físico, sino también los montos por los que se exportó han sido cada vez mayores, igualando en sólo seis meses del 2006 los 11.000 millones alcanzados a lo largo de todo el 2005.
Paralelamente, a nivel internacional se vislumbran mayores posibilidades de inserción de las ventas en un conjunto de destinos relativamente superior. Esta situación es evidente a partir del gran número acumulado de países que actúa como destino de exportaciones argentinas de automóviles y de la mayor diversificación con que cuentan las mismas. Esta característica se manifiesta, por un lado, en la concentración entre los principales destinos de las ventas al exterior: en el año 2000, los 5 principales destinos concentraban el 98,5% de las exportaciones de vehículos, mientras que en seis meses del 2006, este valor cayó a 82,6%. Por otro, el sector externo automotriz ha reducido su dependencia de los envíos a Brasil: mientras que en 2000 significaban el 81% del total exportado, en seis meses del 2006 representan sólo el 44%.
Todo lo enunciado en relación al sector externo de la industria automovilística acontece en un marco de modificaciones permanentes. En primer lugar, las relaciones con Brasil se desenvuelven bajo la órbita de un nuevo acuerdo comercial, el cual estableció un coeficiente de intercambio entre ambos países de U$S 1,95 promedio, hasta el primer semestre del 2008.
En segundo término, el comercio con México y Chile está signado por acuerdos de libre comercio automotriz con la Argentina.
Por último, la incorporación de Venezuela como miembro pleno del Mercosur y la consecuente negociación en pos de liberalizar el comercio automotriz con nuestro país, habilita nuevas oportunidades de crecimiento para el sector terminal, teniendo en cuenta que el mercado venezolano registró ventas cercanas a las 200.000 unidades en lo que va del 2006, con una participación de vehículos importados que se aproxima al 50% de las mismas.
Sin embargo, una de las asignaturas a considerar de cara al futuro, apunta a modificar el sesgo que poseen las exportaciones de la industria automotriz hacia países latinoamericanos, incorporando destinos cuyas economías sean de menor volatilidad, construyendo de esta forma un sector externo que obligue a mayores inversiones y que configure una nueva oportunidad para el desarrollo del sector automotriz argentino. En este sentido, es destacable el esfuerzo realizado por la industria automotriz nacional consiguiendo cuadruplicar en el 2006 la cantidad de destinos significativos respecto al 2003 (19 contra 5, respectivamente), detrayendo la concentración de las mismas (tal como afirmamos en el párrafo anterior) y posibilitando futuras expansiones en la escala de producción, sostiene abeceb.
Actuando en esta dirección, algunas de las terminales asentadas en la Argentina han visto cómo se expandía la cantidad de unidades exportadas (232% entre el 2003 y el 2006 versus un 42,9% del resto de las terminales durante el mismo período), a medida que se reducía de manera significativa la antigüedad de los modelos en fabricación. Sin lugar a dudas, esta reducción en la tasa de crecimiento de la antigüedad de la oferta no es factible de ser alcanzada sin considerar la ejecución de proyectos que impliquen la implementación de nuevas líneas productivas.