Una propuesta para conformar la Agencia de Desarrollo Regional

En el marco de la presentación de un mapa de la geografía industrial desarrollado por la Fundación Observatorio Pyme en la sede de la Universidad de Bologna, Carlos Alvarez anunció que se está trabajando sobre el diseño de una Agencia de Desarrollo Regional, que coordine las agencias nacionales, y se concentre en las políticas productivas de complementariedad de la pequeña y mediana empresa en la región.


En los países de la región las problemática son similares. América del Sur está afrontando modelos de desarrollo nuevos, como no se habían propuesto desde la época de la CEPAL, por endeudamiento y determinadas coyunturas críticas. No se habían discutido desarrollos propios abiertos al mundo. Era una discusión abierta en AL hoy fundamentos económicos eficientes, como superávit gemelos, superávit comercial, tasas de crecimiento y geografía mundial que pueden posibilitar a las economías desembocar en cambios económicos estructurales. La transferencia de riquezas agrícolas no pudo ser distribuida a un modelo de sustentabilidad productiva. Esta oportunidad para la región es excepcional. En este sentido, el activo democrático del Mercosur es un elemento de valor. Está viviendo un ciclo de estabilidad política, compartida con países que implosionan por la aplicación de proyectos fundacionales, como Venezuela, Bolivia y Ecuador.

El Mercosur fue signado por la sobrerepresentación de lo comercial en la región, en una visión sesgada, con ausencia de políticas complementarias de desarrollo productivo, que fue sí estuvo presente en el origen del acuerdo Argentina-Brasil de 1985/86, que planteaban una integración multidimensional, con un sesgo de cooperación. La competencia es imposible en países con estructuras económicas asimétricas. Sin desarrollar estrategias de complementariedad productiva, llegaremos a la conclusión de que el Mercosur no es herramienta apta de negociación con terceros países, en el grado que existen asimetrías.

En el bloque regional existe una institucionalidad desfasada, en línea con los desafíos a las estrategias nacionales. No planteamos desarrollar una mini Bruselas en Montevideo, pero si no diseñamos una estrategia de integración de políticas públicas cooperativa vamos a convivir con distintos discursos. Partiendo de las sinergias de nuestros países, y no de los conflictos. Una intergubernamentalidad más sistemática se da a nivel de los Ejecutivos, en relación con los temas comerciales con más libertad de acceso para los países más pequeños. Pero la integración se debe abrir a otras dimensiones, como la infraestructura regional, tema central que debe pasar de la fase de la intergubernamentalidad actual pura a la supranacionalidad vial, como en el caso de la UE, que dispone de autoridades en los temas, con reconocimiento de los países, que les delegan estas actividades a tiempo completo.

La integración vertical de las grandes multilatinas, con capacidad de establecer redes de pymes de servicios como Petrobrás o Techint, fue importante. Pero es necesario desarrollar la complementariedad horizontal de las pymes en asociación para exportar a terceros mercados. Desde la Presidencia hicimos presión para lograr conformar un Fondo Pyme del Mercosur, que complementará el Fondo de Convergencia Estructural para acompañar proyectos de las economías más pequeñas aprobado en 2003 (100 millones de dólares), armado en espejo con los fondos de cohesión de la UE. Europa usó fondos compensatorios para la reconversión de sus empresas básicas, que apostaron a su desarrollo dentro de la misma UE.

En este sentido, la Presidencia del Mercosur planteó el desarrollo de un mapeo de la estructura productiva del Mercosur, en términos de capacidades y factores productivos, desarrollado por la Fundación Observatorio Pyme, en el marco de la Universidad de Bologna. Contar con una masa crítica de información, permitirá salir del voluntarismo para generar una política sistemática que exigirá otra institucionalidad, un pequeño núcleo de funcionarios en Uruguay de los cuatro países, una suerte de Agencia de Desarrollo Regional, con presidencia rotativa, que tenga un director y que esté articulado con las agencias de desarrollo nacionales, anunció Alvarez.

En charla con mercosurabc, el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes, Carlos Alvarez, explicó que en Montevideo se está trabajando en el desarrollo de políticas que sustenten el concepto del Mercosur productivo, con los secretarios de industria de cada uno de los países, que conforman un subgrupo de trabajo del Mercosur. La idea es la de lograr un salto cualitativo y elevar a la reunión del Consejo del Mercado Común, de Presidentes y Cancilleres, la propuesta de conformar una Agencia de Desarrollo en la región que complemente las capacidades productivas, transforme la competencia en cooperación, avance en la asociatividad pyme y pueda construir un fondo a favor de las pymes.


En el seminario de Mercosur Productivo y Social

En el marco del seminario “La Integración Regional: El Desafío de Construir un MERCOSUR Productivo y Social”, desarrollado en la sede de Cancillería el 16 de noviembre, el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR Carlos “Chacho” Álvarez, se refirió a los desafíos que tiene por delante el bloque regional y la importancia de la participación social. "El MERCOSUR –expresó Álvarez— debe beneficiar a todos sus miembros y superar las asimetrías, o las fuerzas más conservadoras y reaccionarias al bloque usarán el clima de insatisfacción que eso genera en la opinión pública para hacerle creer que es inviable. Los procesos de integración deben ser un juego de sumas positivas, donde todos los países se sienten beneficiarios”.

Por otra parte, el titular de la CRPM destacó que “el proceso de integración es una tarea de burocracias especializadas que por su propio trabajo está muy divorciada de la dinámica de las bases sociales de nuestros países o hay un esfuerzo para cargar de legitimidad, de actores y movimientos sociales, el proceso de integración, concepción que suena bien en el discurso pero es muy difícil de llevar a la práctica”.

“En Europa –remarcó— después de 51 años todavía es un tema no resuelto porque las expectativas de las sociedades son nacionales, es decir, las expectativas de consagración no están puestas en una comunidad regional sino en la nacional, y eso se ve en las votación”.

“Por eso hay que hacer un doble esfuerzo para que en nuestra ciudadanía se empiece a reflejar un clima de época y esas sociedades empiecen a desarrollar conciencia comunitaria regional, con la aspiración a que alguna vez digamos ‘soy venezolano, pero sudamericano’”, sostuvo Chacho, quien añadió: “Europa todavía no lo consiguió, nosotros tenemos un pasado común y fronteras que fueron delineadas muy artificialmente por imperios y poderes hegemónicos de turno, pero también tuvimos contradicciones y enfrentamientos. El Mercosur viene a clausurar uno de los antagonismos principales de la región, el que cruzaba las realidades de Brasil y Argentina: hasta hace muy poco tiempo nuestros ejercitos tenían hipótesis de conflicto”.

El presidente de la CRPM destacó además que el bloque regional construyó un activo democrático que actuó, por ejemplo, ante el intento de golpe de Estado en 1999 y en el desempate institucional de la crisis boliviana, en 2005. “A cualquier intentona de alguien que pensaba quedarse en el poder con metodos ilegales, los países del MERCOSUR inmediatamente le hacían saber que iba a desconocer esa autoridad”, dijo.

“El parlamento del MERCOSUR viene a suplir uno de los déficit democráticos más importantes de la construcción”, manifestó Álvarez, quien remarcó que es muy significativo el debate de las fuerzas políticas sobre el proceso de integración. “El Parlamento del MERCOSUR va a ser la institución más importante del bloque porque va a ser la que eligan los pueblos”.
Graciela Baquero