Uruguay se ajusta más que Suiza a los reclamos internacionales
Gerardo Caetano, catedrático uruguayo director del CEFIR -Centro de Formación para la Integración Regional- habló con Mercosurabc y expresó su rechazo a las declaraciones que el presidente Sarkozy realizó, al término de la reunión del G-20, sobre Uruguay.
¿Cuál es la posición de Uruguay ante lo planteado por el presidente Sarkozy al término del G-20?
Uruguay tiene una tradición de plaza financiera que, en lo fundamental, se rompió con la crisis de 2002. En esa perspectiva, ha heredado prácticas de captación de inversiones, y las ha venido modificando. Por ejemplo, el secreto bancario fue un tema de discusión en la interna frenteamplista de 2009. Mientras que el presidente Mujica planteaba que había que cambiarlo y negociar en qué modo hacerlo, su contrincante en la interna, Daniel Astori, decía que era muy complicado meterse con ese tema, que había que tratarlo con mucho cuidado, y en principio se inclinaba por mantenerlo.
Uruguay tiene esas prácticas heredadas, y en realidad ha avanzado mucho en la perspectiva de cumplimiento de compromisos internacionales en un contexto de fuga de capitales. Hay una evidencia abrumadora no solamente de que Uruguay hoy no es un paraíso fiscal, sino que tampoco es una gran plaza financiera. Las condiciones que le faltan cumplir en esa transformación de sus prácticas tributarias y financieras son muy pocas. Entonces, en ese contexto, que luego del G-20 Sarkozy salga a hacer una declaración como la que hizo, incorporando a Uruguay en una lista de paraísos fiscales que no aparece en ningún lado, y además amenazando con el retiro del país de la comunidad internacional, es para Uruguay, que siempre ha definido su rumbo en asociación con una imagen-país cumplidor de acuerdos internacionales, algo realmente dramático. Y ocurre que de inmediato aparecen las interpretaciones. En el G-20 hay tres países latinoamericanos y dos países del Mercosur, Brasil y Argentina. Uruguay está discutiendo con ambos países acuerdos de tributación.
Incluso los está discutiendo en el marco de una agenda amplia. Uruguay, por ejemplo, quiere unir esa discusión con la eliminación de la doble tributación y con la discusión de cuotas comerciales efectivas. Entonces, ¿cuál es la interpretación que buena parte de la opinión pública hace? Que Argentina y Brasil, pero sobre todo Argentina, instó a que Sarkozy incorporara al Uruguay en esa falsa lista. Es una interpretación absolutamente temeraria, pero que en la lógica interpretativa de la opinión pública uruguaya ha sido una lógica predominante en todos los conflictos. Y esto erosiona fuertemente al Mercosur.
¿Qué ha hecho el presidente Mujica al respecto? En este caso, ha actuado con una enorme voluntad integracionista. En primer lugar, ha rechazado esta interpretación. Ha reforzado la idea de que Uruguay tiene que seguir apostando a la integración y seguir discutiendo con sus dos grandes socios del Mercosur la forma de resolver estos asuntos. Incluso, de una manera muy elegante, Mujica ha instado a que Argentina y Brasil privilegien el debate dentro del Mercosur. Ha dicho, por ejemplo, en su viaje a Río Grande que no hay que buscar la sociedad de los ricos, porque “nosotros nunca buscaremos eso cuando los ricos reivindiquen al Amazonas como patrimonio de la humanidad” o cuando “cuestionen la soberanía de las Islas Malvinas”. Entonces, el Uruguay, con un gobierno que es el más integracionista que ha tenido en décadas, hoy depende mucho de cómo actúen Argentina y Brasil. Mujica ha sido muy explícito. El rol de Uruguay tiene que ser el de puente entre Argentina y Brasil.
La presión de la elite Anti-Mercosur uruguaya parece que es muy fuerte…
Es fortísima. Y por otra parte, Argentina y Brasil, tal vez sobre todo Argentina, no advierten que tienen que cuidar mucho a este gobierno integracionista, porque hay una opinión pública que de manera creciente está hiper sensibilizada con estas actitudes que, en una interpretación benévola, resultan por lo menos omisas de parte de Argentina y Brasil a la hora de demostración de perfil integracionista para con un país que, por otra parte, es muy pequeño.
Y que habría que respaldar en temas como estos…
Por supuesto. ¿Qué puede pensar un uruguayo común cuando Sarkozy sale, después del G-20, a decir semejante disparate, y allí están los presidentes de Argentina y Brasil y no dicen nada? Uruguay ha retirado su embajador de Francia, y le ha pedido retractación. Y lo que ha dicho Francia es que Sarkozy no habló en nombre de Francia sino en nombre del G-20. Pero la declaración del G-20 no dice nada de lo que dijo Sarkozy. Habla en términos muy genéricos, y como dije, no hay ninguna lista que incorpore al Uruguay como paraíso fiscal, lo que otra parte sería una aberración.
Como plaza financiera, ¿Uruguay estaría más cerca de Suiza que de ser un paraíso fiscal?
De hecho, está mucho más adaptado a los reclamos internacionales que Suiza.