A diez años de las negociaciones por el ALCA

Una conferencia organizada por el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE), reunió el jueves 9 de diciembre al copresidente del Comité de Negociaciones del ALCA, el Embajador brasileño Adhemar Bahadian, además de negociadores y especialistas en derecho de la integración. En su intervención, la investigadora jefe del CEIDIE Susana Czar de Zalduendo, se refirió –con motivo de los diez años del inicio de las negociaciones hemisféricas-, a la política desarrollada por Estados Unidos en el ámbito de la futura área de libre comercio y su repercusión para el bloque del Mercosur. Conocida como el esquema del “eje de los rayos”, en base a acuerdos bilaterales concertados con países del continente, esta política abre la incógnita sobre el manejo de las preferencias comerciales en la región, comentó la que fuera designada miembro suplente por Argentina de los árbitros del Tribunal Permanente de Revisión de Controversias en el Mercosur. Al finalizar su exposición, la investigadora llamó además a encuadrar las acciones del bloque del Cono Sur en el estilo del desarrollo integrado, último objetivo del bloque regional, mucho antes que en el de la integración de los mercados.


En el tema del ALCA, no se puede proteger la propia sensibilidad e impedir que los demás protejan la propia. Allí reside la esencia del desequilibrio en esta modalidad de negociación del ALCA. Los temas de interés de EEUU están ubicados en servicios, propiedad intelectual e inversiones, mientras que para el Mercosur y el resto de los países latinoamericanos el problema lo constituye la exportación agrícola y las medidas anti dumping. Sin embargo, hay que reconocer que en los últimos fallos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), EEUU ha tenido algunos problemas con la forma en que aplica su legislación nacional anti dumping.

Esta década que se cumple desde el comienzo de las negociaciones por el ALCA marcan una diferencia de contexto internacional y de actores con el momento del inicio del proceso. El atentado a las Torres Gemelas, la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, la posición de EEUU de unilateralismo; incluso en el orden de las relaciones económicas internacionales también ha habido mucha novedad. La principal la trajo la Ronda Uruguay cuando, más allá de regular el comercio de mercaderías extrafronteras, se introdujo en las políticas nacionales de los países.

Con el mismo patrón de la Ronda Uruguay se estaba negociando el ALCA, con esa metodología de trabajo muy bien armada, en el sentido de que entre una reunión y otra cada grupo negociador debía producir papeles; establecer quién tendría la presidencia cada 18 meses; dónde se ubicaría la Secretaría Técnica, primero en Miami, luego en Panamá y ahora en Puebla; es decir, todo muy programado.

Pero a pesar de esto sucedió que “la mano derecha no sabía lo que hacía la mano izquierda”, y aparecieron algunos temas. Por ejemplo, incorporación de referencias de las normas OMC, un capítulo se manejaba de una manera y el otro de otra, marcando una serie de desencuentros. Entre 2003 y 2004 se bajó a la realidad con la propuesta del Mercosur llamada “de las tres vías”. *

A título personal, me preocupa la negociación bilateral, porque EEUU arregla algo con Centroamérica, otra cosa con el Caribe, otra con los Andinos y otra con Mercosur. Tenemos el esquema que los economistas llaman “el eje y los rayos”, donde el eje tiene preferencia en cada uno de esos acuerdos. Que haya acuerdos plurilaterales porque algunos países lo prefieren es comprensible, pero la negociación de preferencias vía unilateral, no conforma una zona de libre comercio. Tal vez, justificado por la realidad, hubo que aceptar esto. Yo creo que va a dar mucho trabajo para hacer compatible OMC estos acuerdos, porque no van a quedar conformadas zonas de libre comercio en todos los casos.

Tengo una gran incógnita respecto de cómo sigue esta negociación en cuanto al tema de preferencias comerciales. Es una miríada de acuerdos, en donde tener una zona de libre comercio para poder exportar sin aranceles lo que nosotros producimos a 24 países, era una idea tal vez un poco romántica.

Hace dos décadas, dos expertos latinoamericanos de la CEPAL, Rosental y Cohen, clasificaron los estilos de la integración; un estilo que es la integración de los mercados, donde las fuerzas del mercado interactúan, esta es un poco la filosofía de la zona de libre comercio. Pero también marcaron otro estilo de integración, que es el desarrollo integrado, que no carece de ejemplos en el contexto internacional. El primer ejemplo de esto fue la CECA (Comunidad Económica del Carbón y del Acero), que reguló no sólo comercio sino producción de estos sectores. Otro ejemplo cercano es el Programa de Integración y Cooperación Económica Argentino – Brasileño, que empezó con aquellos protocolos sectoriales, primero eran bienes de capital, después productos agro alimentarios, luego automotriz. Es decir, se desarrolla en forma más paulatina.

Para nuestros países, sostuvo la investigadora parafraseando al embajador Bahadian, la integración se inserta en cada una de nuestras políticas de desarrollo, lo que conforma justamente su objetivo.

* (La concepción de las tres vías tiene el propósito de transformar al Alca en un ejercicio concentrado en la eliminación de obstáculos para el comercio de bienes y servicios (1ª. vía), dentro de un marco regulador simplificado aplicable a los 34 países (2ª. vía ), condonado de asuntos sensibles para sus diferentes participantes (en el caso del Mercosur, propiedad intelectual, inversiones, normas para servicios, compras gubernamentales), en respuesta a la exclusión de los temas de nuestro interés por los Estados Unidos. Dichos temas serían tratados en la Organización Mundial de Comercio (OMC), según las directrices acuerdo a lo resuelto en la Rueda de Desarrollo de Doha (3ª. vía). (Celso Amorim, O Estado de Sao Paulo, agosto 2003)

Graciela Baquero