Anticipan crecimiento moderado para Chile y Brasil

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, proyecta para la economía de Chile y Brasil una desaceleración del crecimiento, caída de las exportaciones, y mayor dificultad en las condiciones de liquidez. Sin embargo, ambas economías cuentan hoy con mayores fortalezas que en crisis anteriores para resistir la recesión mundial pronosticada para 2009. En el caso chileno, cuenta con un plafón en base a una batería de medidas contracíclicas desplegadas por el gobierno de Bachelet. En el mismo sentido, a partir de septiembre, el gobierno brasileño respondió a la crisis crediticia interna que generó el derrumbe de la banca de inversión en el mundo, adoptando una serie de medidas que originaron condiciones económicas que permitirán contar con nuevos y más instrumentos para enfrentar mejor la situación, con mayor fortaleza de la que existía en épocas pasadas, durante otros shocks externos.


En línea con lo que sucedió en la región y en el mundo, el año 2008 finalizó con una merma del ritmo de crecimiento que venía experimentando la economía chilena, que pasó de una tasa de 5,1% en 2007 a alrededor de 3,8%, además de una retracción en las exportaciones. El menor crecimiento no se debió pura y exclusivamente a la profundización de la crisis mundial sino que tuvo que ver con factores que ya venían agravándose, entre ellos, la suspensión de la provisión de gas natural desde la Argentina. Estas condiciones sumadas al escenario internacional de baja generalizada de precios, impactaron de lleno en el comercio exterior chileno y hacen suponer que el país trasandino podría estar ante el fin del auge externo que vivió desde 2003.

El pronóstico para Chile no difiere demasiado de las proyecciones para las economías vecinas, con lo cual sería inevitable una desaceleración de la actividad, si bien la estabilidad de su política fiscal y monetaria y la acumulación de reservas que realizó en los últimos años dan a este país un plafón para resistir mejor la debacle mundial. De acuerdo a los pronósticos de la CEPAL, el crecimiento en 2009 se mantendrá positivo aunque será bajo, y la inflación se reducirá.

Este mejor posicionamiento tiene que ver en gran medida con la batería de medidas contracíclicas que desplegó el gobierno de Michele Bachelet y con las políticas fiscales y monetarias aplicadas desde el año 2000, así como con la estrategia de acumulación de reservas. Con estos mecanismos, se cree que se logrará morigerar la gravedad de la recesión que caracterizará el año recién iniciado. Chile cuenta con varios aciertos durante el 2008 en este sentido: nuevos subsidios, ampliación en 2.000 millones de dólares del capital del Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios (FOGAPE), la inyección de 200 millones de dólares a la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) para dar crédito a Pymes, y el aumento de capital de 500 millones de dólares del capital del BancoEstado, también para mejorar la oferta de financiamiento hipotecario.

De acuerdo al balance preliminar de las economías de la región elaborado por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), correspondiente a 2008, en ese año se mantuvo el superávit fiscal estructural, esta vez con un 0,5% del PBI, mientras que el gasto público creció a razón de 5% anual. También continuó la creación bruta de capital fijo, que se expandió 23% anual en el primer semestre con énfasis en inversión en energía y minería, en tanto el consumo total avanzó 6%. Entre los aspectos más negativos se destaca la inflación, que finalizaría en torno al 8,5% en 2008, a pesar de que la política monetaria apuntaba a mantener los precios al consumidor en no más de 4%, y el leve incremento que tuvo el empleo. Esto hace prever que en 2009 aumentará la desocupación hasta rondar el 7,9%. En cuanto a la inflación, para 2009 se espera un enfriamiento a partir del contexto mundial de menores precios, sobre todo respecto al petróleo y los agroalimentos, con lo cual hacia fines de año la tasa inflacionaria se encontraría nuevamente controlada dentro del rango meta, de 2 a 4%.

Una de las medidas que tomó el gobierno chileno durante 2008 fue continuar con el incremento gradual de la tasa de interés, que pasó de 5% en abril de 2007 a 8,25% en septiembre último. El tipo de cambio mantuvo una tendencia a la apreciación hasta mitad de año para luego comenzar a aumentar, conforme arreciaba la crisis externa. Cabe destacar que el Banco Central chileno, antes del estallido de esa debacle, había establecido un programa para incrementar las reservas internacionales en 8.000 millones de dólares que más tarde fue suspendido al notarse su impacto negativo en la expectativa de baja de inflación.

Por otra parte, el debilitamiento de las exportaciones de bienes y servicios verificado en el curso de 2008 obedeció a dos escenarios marcadamente diferenciados. En el primer semestre, los problemas estuvieron dados por conflictos laborales que afectaron los envíos al exterior del sector minero, mientras que en la segunda mitad del año se presentó una problemática diferente, signada por el estallido de la crisis en el mundo, acompañada por una caída de precios de commodities y por una menor demanda de países centrales producto de la falta de liquidez y de la paralización del crédito. La información disponible a octubre de 2007 indica que la caída en los volúmenes de cobre vendidos por Chile alcanzaba a 29% respecto de igual período del año anterior, en tanto el total de las exportaciones mineras del país se contrajeron un 23%. Al mismo tiempo, las importaciones siguieron dinámicas, en especial en equipos y maquinarias, que aumentaron en el mismo período un 25%. El déficit de cuenta corriente calculado a partir de esas cifras sería de 3% del PBI.


Anticipos para Brasil

Si bien Brasil sufrirá las consecuencias de la crisis internacional en 2009, el análisis de la CEPAL señala que hoy día existen en esta nación condiciones económicas que permitirán contar con nuevos y más instrumentos para enfrentar mejor la situación, con mayor fortaleza de la que existía en épocas pasadas, durante otros shocks externos. Aunque para 2009 la CEPAL proyecta un crecimiento más modesto en Brasil, el año 2008 dejó algunos buenos indicadores para Brasil: un avance del PBI de 5,9%, una expansión del empleo formal de 2 millones en el año, y una mejora del salario real de más de 5% según datos de septiembre comparados con el mismo mes de 2007. Otras buenas noticias fueron la estabilización de la inflación, que creció 6,4% acumulado en los 12 meses hasta noviembre, y el mantenimiento de un superávit primario fiscal de 5,6 % del PIB entre enero y octubre.

Del lado negativo, el recrudecimiento de la crisis internacional deterioró las exportaciones y dejó una depreciación de la moneda brasileña de más de 50%, alcanzando los 2,44 reales en noviembre. Disminuyeron las líneas crediticias en tanto se escapaban los fondos y los inversionistas debido a la incertidumbre. Muchas grandes exportadoras que efectuaron arbitrajes en operaciones de derivados apostando a la continuidad de la apreciación del real sufrieron pérdidas que hoy se estiman en más de 2.000 millones de dólares.

Una tendencia que proliferó en medio de la crisis fue el recorte abrupto del financiamiento por parte de los bancos, que priorizaron mantener la liquidez. Se verificó una disminución en las operaciones de crédito para bienes de consumo durables y de automóviles, y se produjo una caída de 38% en la oferta de financiamiento para el sector agrícola. Asimismo, el crédito personal se contrajo 22% en tanto los préstamos comerciales bajaron 12%.

La CEPAL recordó en su informe que la retracción del mercado de crédito llevó paulatinamente a los recortes de producción por parte de sectores industriales clave, dejando como resultado una caída de la industria brasileña que repercutió sobre todo en los bienes de consumo durables y en los intermedios.

A partir de septiembre, el gobierno brasileño respondió a la crisis crediticia interna que generó el derrumbe de la banca de inversión en el mundo, adoptando una serie de medidas. Una de las principales fue inyectar 85.000 millones de reales en el sistema financiero local a partir de la flexibilización de los requisitos para los bancos de mayor envergadura, que compran carteras de crédito de los bancos menores. La CEPAL resaltó que esto permitió “una disponibilidad de alrededor de 30.000 millones de reales”, con lo cual se aumentó el crédito a la agricultura en 6.000 millones de reales, en tanto se dispusieron de 50.000 millones para crédito directo y operaciones interbancarias.

Otras medidas del Banco Central de Brasil:

• Se realizaron operaciones de swaps con compromisos de venta en 30 mil millones de dólares.
• Hubo ventas directas de divisas por 6,7 mil millones de dólares.
• Se crearon líneas directas en dólares por 11,3 mil millones para financiar exportaciones.
• La Reserva Federal anunció una disponibilidad de 30 mil millones de dólares para operaciones de swaps con el Banco Central de Brasil. Esto, sumado a otras medidas, permitió aumentar las reservas disponibles a 235 mil millones de dólares.
• Se ampliaron las facultades del Banco Central brasileño para intervenir en el sistema bancario.
• En la última parte de 2008 se conoció la fusión de los bancos privados Itaú y Unibanco,
• formando el mayor banco de Sudamérica; también se unieron Banco do Brasil y Nossa Caixa, del Estado de São Paulo.
• En octubre se suspendió el incremento de la tasa de interés básica empezado en marzo de 2008.

Silvia Martínez