Argentina – China. Coincidencias y divergencias con un socio estratégico
Además de las concordancias en el plano internacional y regional, los intereses chinos en Argentina se manifiestan en términos de inversión en transporte, relacionados con el carácter bioceánico de este país por su salida a Chile. Esto no debe permitir olvidar el "activo político" argentino en relación con el gigante asiático, que se traduce en una comunidad china que reside hoy en Argentina con todos los derechos de educación, subsistencia y desarrollo de actividades económicas de los que disfrutan los demás habitantes, recuerda Cesarin.
Concidencias de agenda global y/ o tratamiento en organismos internacionales
• Reforma de la arquitectura financiera internacional: Concuerdan ambos
países en dotar de mayor representatividad en instituciones financieras a los países en
desarrollo o “economías emergentes”; un punto de coincidencia micro es el rechazo a
la falta de regulación de los paraísos fiscales, abogan por la necesidad de control
sobre flujos financieros globales. Para países como la Argentina el apoyo de China en
el Banco Mundial (BM) y Fondo Monetario Internacional (FMI) será crucial para lograr
una exitosa reinserción en el sistema financiero internacional.
• No proliferación: Coinciden en evitar la proliferación nuclear y la erosión del
Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP); el caso iraní es un ejemplo, si bien no
totalmente coincidentes en sus posiciones, ambos países acuerdan sobre el riesgo
que implica para la ruptura del régimen multilateral.
• Seguridad, desarme y desminado internacional: Acuerdan en generar
resultados sobre la base de la Convención de Otawa. La Argentina trabaja en el
desminado de la frontera con Chile, China en el desminado de las provincias del
noreste junto con Japón.
• Colonialismo: China apoya los reclamos argentinos sobre las Islas Malvinas.
• Derechos humanos: Visiones discordantes, China reconoce su validez
universal pero su “aplicación acorde a la idiosincrasia nacional”, Argentina sostiene
una posición más universal sobre su alcance, vigencia y aplicación.
• Lucha contra el narcotráfico y el terrorismo: Ambos países coinciden y
cooperan activamente (acuerdos bilaterales) sobre estos temas, en particular
atendiendo a los problemas que China evidencia en las provincias del sur.
De agenda regional
• China y la política hemisférica: Argentina apoyó el ingreso de China como
observador en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la
Organización de Estados Americanos (OEA) y como Miembro Extrarregional del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se asume que China será cada vez más
importante como proveedor regional, y facilitador del crédito aplicado a infraestructura
para la integración (energética, vial, marítima).
• Operaciones sobre mantenimiento de la paz: Contingentes de ambos países
operan en Haití bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidad (ONU) y
la OEA.
• China y los equilibrios regionales: Es evidente que el socio principal de
China en Suramérica es Brasil, por el tipo de economía y sus ambiciones como poder
emergente, una de cuyas vías es el BRIC, ámbito multilateral que ambos países
comparten.
• China y la geoeconomía latinoamericana: Las obras de infraestructura, el
tendido de ejes bioceánicos para exportación y los Acuerdos de libre Comercio (TLC)
por ejemplo entre China y Chile y China y Perú, modifican lentamente la geografía
económica suramericana. Argentina aún parece no observar un posicionamiento
económico y político acorde a estas lógicas que modificarán los equilibrios regionales
en el mediano plazo.
• Diálogo con el MERCOSUR: Aunque dormidos, los acuerdos con China
persisten y constituyen un antecedente importante, posible de reflotar para la
negociación de un Acuerdo Preferencial de Comercio a medida que Paraguay abra
sus relaciones económicas con Beijing, la apertura de una Oficina de representación
por parte de Asunción durante 2010 es un paso en este sentido.
De agenda bilateral
• Fricciones comerciales: Son persistentes desde hace casi dos décadas,
siendo éste sólo un nuevo capítulo cuya diferencia cualitativa es que China hoy tiene
mayor “poder de imposición” sobre Argentina soja-dependiente y con otras
“necesidades fiscales”. No obstante, es un tema más de agenda superable mediante
otras concesiones y gracias a la diversificación de mercados de exportación por parte
del complejo oleaginoso.
• Interés inversor chino: Los principales sectores son el energético y el minero.
El acuerdo de compra del 40% de Pan American Energy por parte de la estatal china
CNOOC es un ejemplo concreto; otros datos refieren a la normalización del Ferrocarril
Belgrano Cargas y el otorgamiento de una concesión definitiva a operadores chinos
junto con socios argentinos. El interés chino radica en la interconexión bioceánica, la
provisión de material rodante y sobre todo la rápida salida de materias primas hacia
puertos chilenos. En este orden, se impulsaría el proyecto del Paso de Agua Negra, de
particular interés para la Provincia de San Juan, como paso alternativo al del Cristo
Redentor.
• Interés en minería: Enfocados hacia minería a cielo abierto considerando las
leyes nacionales de promoción, la cercanía con yacimientos chilenos y la posibilidad
de rápida salida del mineral por ferrocarril hacia Chile.
• Cooperación financiera: Un capítulo importante es el Acuerdo sobre swaps
entre los Bancos Centrales. Asimismo es de esperar que China otorgue créditos para
la compra de maquinaria de ese origen.
Los activos no citados
• Argentina en su relación con China cuenta con “activos” importantes poco
resaltados cuando se construye discurso sobre la importancia de la relación bilateral.
Más allá de fricciones comerciales, o problemas con la soja, la Argentina ha
demostrado ser un país amistoso con China.
• Gracias a esto, miles de ciudadanos chinos residen hoy en un país que les ha
dado cobijo y en el que desarrollan actividades económicas que permiten su
subsistencia, reinvertir ganancias, educar a sus hijos y enviar remesas a sus familiares
en China.
• Por lo tanto, es un “activo político” que no debería dejar de mencionarse, si no
es así, parece que siempre estamos construyendo una relación subordinada, con el
otrora Imperio del Centro, en la que sus “graciosas concesiones” deben ser alabadas y
aceptadas en su forma primigenia por Estados y/o gobiernos.
Fuente: CEPES
* Sergio Cesarin es investigador del CONICET
• Reforma de la arquitectura financiera internacional: Concuerdan ambos
países en dotar de mayor representatividad en instituciones financieras a los países en
desarrollo o “economías emergentes”; un punto de coincidencia micro es el rechazo a
la falta de regulación de los paraísos fiscales, abogan por la necesidad de control
sobre flujos financieros globales. Para países como la Argentina el apoyo de China en
el Banco Mundial (BM) y Fondo Monetario Internacional (FMI) será crucial para lograr
una exitosa reinserción en el sistema financiero internacional.
• No proliferación: Coinciden en evitar la proliferación nuclear y la erosión del
Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP); el caso iraní es un ejemplo, si bien no
totalmente coincidentes en sus posiciones, ambos países acuerdan sobre el riesgo
que implica para la ruptura del régimen multilateral.
• Seguridad, desarme y desminado internacional: Acuerdan en generar
resultados sobre la base de la Convención de Otawa. La Argentina trabaja en el
desminado de la frontera con Chile, China en el desminado de las provincias del
noreste junto con Japón.
• Colonialismo: China apoya los reclamos argentinos sobre las Islas Malvinas.
• Derechos humanos: Visiones discordantes, China reconoce su validez
universal pero su “aplicación acorde a la idiosincrasia nacional”, Argentina sostiene
una posición más universal sobre su alcance, vigencia y aplicación.
• Lucha contra el narcotráfico y el terrorismo: Ambos países coinciden y
cooperan activamente (acuerdos bilaterales) sobre estos temas, en particular
atendiendo a los problemas que China evidencia en las provincias del sur.
De agenda regional
• China y la política hemisférica: Argentina apoyó el ingreso de China como
observador en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la
Organización de Estados Americanos (OEA) y como Miembro Extrarregional del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se asume que China será cada vez más
importante como proveedor regional, y facilitador del crédito aplicado a infraestructura
para la integración (energética, vial, marítima).
• Operaciones sobre mantenimiento de la paz: Contingentes de ambos países
operan en Haití bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidad (ONU) y
la OEA.
• China y los equilibrios regionales: Es evidente que el socio principal de
China en Suramérica es Brasil, por el tipo de economía y sus ambiciones como poder
emergente, una de cuyas vías es el BRIC, ámbito multilateral que ambos países
comparten.
• China y la geoeconomía latinoamericana: Las obras de infraestructura, el
tendido de ejes bioceánicos para exportación y los Acuerdos de libre Comercio (TLC)
por ejemplo entre China y Chile y China y Perú, modifican lentamente la geografía
económica suramericana. Argentina aún parece no observar un posicionamiento
económico y político acorde a estas lógicas que modificarán los equilibrios regionales
en el mediano plazo.
• Diálogo con el MERCOSUR: Aunque dormidos, los acuerdos con China
persisten y constituyen un antecedente importante, posible de reflotar para la
negociación de un Acuerdo Preferencial de Comercio a medida que Paraguay abra
sus relaciones económicas con Beijing, la apertura de una Oficina de representación
por parte de Asunción durante 2010 es un paso en este sentido.
De agenda bilateral
• Fricciones comerciales: Son persistentes desde hace casi dos décadas,
siendo éste sólo un nuevo capítulo cuya diferencia cualitativa es que China hoy tiene
mayor “poder de imposición” sobre Argentina soja-dependiente y con otras
“necesidades fiscales”. No obstante, es un tema más de agenda superable mediante
otras concesiones y gracias a la diversificación de mercados de exportación por parte
del complejo oleaginoso.
• Interés inversor chino: Los principales sectores son el energético y el minero.
El acuerdo de compra del 40% de Pan American Energy por parte de la estatal china
CNOOC es un ejemplo concreto; otros datos refieren a la normalización del Ferrocarril
Belgrano Cargas y el otorgamiento de una concesión definitiva a operadores chinos
junto con socios argentinos. El interés chino radica en la interconexión bioceánica, la
provisión de material rodante y sobre todo la rápida salida de materias primas hacia
puertos chilenos. En este orden, se impulsaría el proyecto del Paso de Agua Negra, de
particular interés para la Provincia de San Juan, como paso alternativo al del Cristo
Redentor.
• Interés en minería: Enfocados hacia minería a cielo abierto considerando las
leyes nacionales de promoción, la cercanía con yacimientos chilenos y la posibilidad
de rápida salida del mineral por ferrocarril hacia Chile.
• Cooperación financiera: Un capítulo importante es el Acuerdo sobre swaps
entre los Bancos Centrales. Asimismo es de esperar que China otorgue créditos para
la compra de maquinaria de ese origen.
Los activos no citados
• Argentina en su relación con China cuenta con “activos” importantes poco
resaltados cuando se construye discurso sobre la importancia de la relación bilateral.
Más allá de fricciones comerciales, o problemas con la soja, la Argentina ha
demostrado ser un país amistoso con China.
• Gracias a esto, miles de ciudadanos chinos residen hoy en un país que les ha
dado cobijo y en el que desarrollan actividades económicas que permiten su
subsistencia, reinvertir ganancias, educar a sus hijos y enviar remesas a sus familiares
en China.
• Por lo tanto, es un “activo político” que no debería dejar de mencionarse, si no
es así, parece que siempre estamos construyendo una relación subordinada, con el
otrora Imperio del Centro, en la que sus “graciosas concesiones” deben ser alabadas y
aceptadas en su forma primigenia por Estados y/o gobiernos.
Fuente: CEPES
* Sergio Cesarin es investigador del CONICET
Sergio Cesarin