Argentina. Exportaciones diversifican mercados
Las exportaciones argentinas crecieron 17% en 2004, alcanzando un valor récord de 34.453 millones de dólares, impulsadas por los mayores envíos de manufacturas de origen agropecuario e industrial y la suba en los precios de las materias primas. De acuerdo con las proyecciones de la consultora Ecolatina, la tendencia creciente de los envíos al resto del mundo continuará durante 2005, pero el incremento se situará alrededor de 7,4%, esencialmente por efecto de la volatilidad de los precios de las materias primas. Se registraron importantes avances en la diversificación de los destinos, con reducción de la dependencia del MERCOSUR y de la Unión Europea, incrementando las ventas a los países asiáticos y a mercados no tradicionales. Sin embargo, la estructura exportadora argentina –estudiada en este trabajo- sigue teniendo un fuerte sesgo hacia los productos primarios. La participación de los bienes tradicionales es cercana a dos tercios del total y se sitúa en un nivel similar al de 1993; pero a diferencia de ese año, se redujo la incidencia de los bienes de especialización y de base científico tecnológica.
Expresadas en dólares de 1993, las exportaciones argentinas en 2004 sumaron 30.636 millones, lo cual constituye una suba de 134% respecto de 1993, señala el informe de Ecolatina. A pesar de las buenas perspectivas sobre la evolución global de las ventas externas, la estructura exportadora argentina muestra un fuerte sesgo hacia los productos primarios, cuya participación durante los últimos veinte años siempre superó el 60%. En la actualidad los bienes tradicionales constituyen casi dos tercios del total (algo menos de 20.000 millones de dólares) y su participación es similar a la de 1993, dado que en términos absolutos crecieron 131% respecto de dicho año. Siguen en importancia los bienes de escala (derivados de las materias primas y vehículos terrestres), que tienen un mayor nivel de valor agregado que los anteriores y cuya participación en el total de envíos al exterior asciende a 20% (6.200 millones de dólares). Este resultado muestra una mayor relevancia de este rubro respecto de 1993 (más de cinco puntos porcentuales), dado que los envíos se triplicaron en el período considerado.
El avance de los bienes de escala se produjo en detrimento de los productos de especialización y aquellos de base científico tecnológica. Ambas categorías registraron importantes aumentos desde 1993 (90% y 35%, respectivamente), pero su ritmo de crecimiento fue inferior al del total exportado. Los primeros representaban en 1993 el 13% de las exportaciones y constituían cerca del 15% en 1995. Sin embargo, la pérdida de competitividad y la crisis de la industria que tuvieron lugar durante la segunda mitad de la década pasada redujeron progresivamente su participación, al impedir un mayor ritmo de crecimiento de las ventas externas. Es por ello que a pesar del cambio de precios relativos y la recuperación de la industria durante los últimos dos años, en 2004 los productos de especialización representan el 10% de las exportaciones (3.140 millones de dólares), igual proporción que en 1998.
Por último, los bienes de base científica y tecnológica, constituyen el 4% de las ventas al resto del mundo (1.163 millones de dólares), en tanto que en 1993, si bien alcanzaban la participación máxima de los últimos veinte años (7%) representaban 500 millones de dólares menos.
Cambios en la composición de los conjuntos de bienes
Asimismo, existieron cambios en el interior de cada conjunto de bienes a lo largo del período considerado. Entre 1993 y 2004, los productos primarios, alimentos y bebidas y aceites y grasas ganaron terreno dentro de las exportaciones tradicionales, mientras que el mayor retroceso se produjo en la participación de los combustibles. Esta caída responde a la suba en las retenciones a las exportaciones petrolíferas que se implementaron para garantizar el abastecimiento en el mercado interno (frente a la crisis energética) y para evitar una suba violenta de los precios internos durante la primera mitad del año pasado. Dentro de los bienes de escala, los mayores incrementos de participación correspondieron a las manufacturas de industrias de procesos medios (plásticos, productos de la fundición de hierro y acero, entre otros), las de origen agropecuario y forestal y algunos bienes industriales de tecnología media y alta (en particular productos farmacéuticos). El resto de las manufacturas basadas en materias primas, el complejo automotor y otras transacciones redujeron su importancia dentro de este rubro. En lo que concierne a las exportaciones de productos de especialización, es notable el retroceso de la contribución de la industria textil e indumentaria, como consecuencia de la dura crisis que el sector sufrió durante la segunda mitad de los noventa. En 1993 representaban el 61% del conjunto, mientras actualmente sólo constituyen el 41%.
La menor importancia de las exportaciones textiles tuvo como contrapartida un aumento de la participación de las manufacturas de industrias de procesos medios, otras transacciones, manufacturas de origen agropecuario y forestal y otras basadas en recursos naturales. Se destacan los productos químicos, aceites esenciales, cosméticos, la madera y sus manufacturas. Por último, el crecimiento de las exportaciones de bienes de base científico tecnológica no fue suficiente para mantener la participación en el total. Un atenuante a la performance de este rubro se encuentra en los cambios que se produjeron al interior del conjunto, dado que los mismos reflejan un incremento en los sub-rubros más elaborados. Así, las exportaciones de manufacturas de industrias de ingeniería media, de productos eléctricos y electrónicos y otros bienes de alta tecnología ganaron importancia, reduciendo la incidencia de las manufacturas de menor contenido tecnológico, en términos relativos.
Menor dependencia del MERCOSUR y diversificación de destinos
A pesar de que persisten las dificultades para acelerar el ritmo de crecimiento de las exportaciones de mayor valor agregado por sobre el total, se registraron importantes avances en la diversificación de los destinos. El objetivo del siguiente análisis consiste en evaluar la participación de cada bloque en los envíos argentinos, descontando el efecto de la volatilidad de precios de los distintos grupos de productos.
Durante los años noventa, el proceso de integración comercial en el marco del MERCOSUR permitió que este bloque se convirtiera en el segundo comprador de los productos argentinos después de la Unión Europea (y el primero de manufacturas), llegando a absorber más de la cuarta parte de las exportaciones totales. A partir de 1999 este destino perdió importancia, debido a que la devaluación del real brasileño encareció los bienes argentinos en el país vecino.
El cambio de precios relativos que resultó de la salida de la convertibilidad constituyó un impulso significativo para las exportaciones argentinas en general y contribuyó al proceso de diversificación de los destinos. Por consiguiente, la participación del MERCOSUR se redujo a 18%. En este contexto, los envíos argentinos se distribuyen en forma bastante pareja entre los distintos bloques. El aumento de la demanda de soja y sus derivados por parte de China contribuyó significativamente en el crecimiento de la contribución del Resto de Asia en el total, que pasó de 10% en 1993 a 14% en 2004.
La participación del NAFTA se mantuvo relativamente constante en torno de 12%. La Unión Europea, por el contrario, redujo sustancialmente su importancia como compradora de productos argentinos. En 1993 concentraba el 29% de las exportaciones, mientras que ahora sólo constituye el 17% del total. La incidencia de las ventas a Medio Oriente permaneció constante alrededor de 3%, mientras que el resto de América Latina y el Caribe redujo su participación de 16% en 1993 a 13% en la actualidad. Asimismo, Argentina ha logrado incrementar las ventas a mercados no tradicionales. Es por ello que la participación del resto del mundo alcanza 22%, frente al escaso 7% de 1993.
Distintos grados de concentración
A pesar de la diversificación de destinos en varios bloques se observa una importante concentración de los productos exportados. Esto sucede precisamente en Medio Oriente, el resto de los países asiáticos y la Unión Europea, donde más del 80% de los envíos corresponde a productos tradicionales. Respecto del primer bloque, el grado de concentración y la composición es similar al registrado en 1993. Las exportaciones al resto de Asia y la Unión Europea, por el contrario, se encuentran menos diversificadas que hace doce años.
La concentración de las exportaciones al NAFTA se redujo entre 1993 y 2004. Si bien los productos tradicionales siguen siendo mayoritarios (43%), ganaron importancia los bienes de escala, que actualmente representan el 35% del total. La participación de los bienes de mayor valor agregado – de base científica y tecnológica y de especialización – en los envíos al NAFTA se redujo en el período considerado. No obstante, el peso relativo de estos ítems es mayor en América del Norte que en el resto de los bloques. En efecto, entre los primeros cinco conjuntos de bienes exportados se encuentran los productos de la refinación del petróleo, los vehículos automotores y sus partes, motores y accesorios.
En el resto de América Latina y el Caribe sucedió algo similar. La importancia de los productos tradicionales no presenta cambios sustanciales y permanece levemente por debajo del 60% y la participación de los bienes de escala se incrementó sustancialmente, reduciendo el peso relativo de los bienes de mayor valor agregado. La contribución de los productos de especialización y base científico tecnológica permaneció constante en las exportaciones al MERCOSUR.
A pesar de ello, entre 1993 y 2004 se incrementó el valor agregado de los envíos en general, conforme los bienes de escala desplazaron a una porción significativa de las ventas tradicionales. Los primeros aumentaron su peso relativo de 26% en 1993 a 41% en 2004, mientras que los productos primarios cayeron del 53% al 38% del total.
Las exportaciones al resto del mundo también mostraron un mayor grado de elaboración. Aunque los productos tradicionales aún constituyen un 75% de los envíos, representaban el 88% doce años atrás. La importancia relativa de los productos de especialización creció significativamente, pasando de 3% en 1993 a 16% en la actualidad.
Desafíos
La evolución de las exportaciones argentinas durante los últimos doce años muestra, como se ha señalado, una importante diversificación de los destinos, reduciendo la dependencia del MERCOSUR y la Unión Europea e incrementando la presencia de los productos nacionales en mercados no tradicionales.
Este panorama resulta sumamente favorable, dado que reduce la volatilidad del sector externo frente a los vaivenes macroeconómicos de un socio comercial en particular. En otras palabras, el riesgo de una crisis de la balanza comercial argentina y de las distintas ramas exportadoras, como consecuencia de una caída en la actividad económica de un país en particular es actualmente menor al de la década pasada. No obstante, ese riesgo aún perdura por el lado de los tipos de bienes exportados, dado el enorme peso de los productos tradicionales dentro de la balanza comercial.
Incrementar las ventas de bienes más elaborados que permitan aumentar la generación de valor, tal como sucede en los envíos al MERCOSUR y al resto del mundo, constituye un importante desafío. Por consiguiente, resulta sumamente importante impulsar el desarrollo exportador de distintas cadenas productivas que busquen incrementar el valor de la tonelada exportada y, simultáneamente, evitar las bruscas oscilaciones de precios en los mercados de commodities. En este sentido, a comienzos de 2004 el Gobierno puso en marcha un programa de grupos consultivos orientados a fomentar el desarrollo e inserción internacional a mediano plazo. Actualmente este plan alcanza a la producción de madera y muebles, gas vehicular, software y servicios informáticos, biotecnología, maquinaria agrícola, cuero y sus manufacturas, textil e indumentaria, construcción civil e industrias de base cultural.