Argentina lanza Plan Estratégico Agroalimentario 2016-2020
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2016-2020 (PEA), que prevé incrementar la producción del campo argentino 60% para 2020.
La Presidenta, acompañada por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, presentó las metas del plan para el período 2016-2020, con miras a repotenciar el rol del país como gran productor de alimentos con valor agregado, de manera de atender la demanda local y externa.
A través de la implementación del PEA se pretende alcanzar durante el próximo decenio una cosecha de granos de 157 millones de toneladas frente a los 100 millones actuales, mientras que la producción de carne se incrementaría en 70%.
El PEA se asienta en tres ejes: la soberanía decisional del Estado; la seguridad alimentaria; y la promoción del valor agregado en origen; y participaron de su elaboración 43 universidades nacionales, 150 cámaras empresarias, autoridades provinciales, organizaciones rurales y sociales y organismos como el INTA, el INTI y el SENASA, entre otros.
Domínguez destacó la importancia de la iniciativa al señalar que "hay que aumentar la productividad", y sostuvo que "con el plan vamos a cumplir en 10 años las metas que la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) fijó para los próximos 40".
Según este organismo, para los próximos 40 años será necesario incrementar la producción en 70% para abastecer el crecimiento exponencial de la demanda mundial.
De acuerdo con los estudios del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial, la soja seguirá siendo el principal cultivo, con 70,9 millones de toneladas en 2020, pero en proporción crecerá menos que el maíz, que aportará 43,9 millones.
En términos proporcionales, la recolección de soja aumentará 34% y la de maíz lo hará en 106%, en ambos casos en comparación con la producción de la última cosecha.
El cuadro estimativo se completa con un incremento del trigo de 57%, al pasar de 14,7 a 23,1 millones de toneladas, y del girasol (45%), de 12.500 a 19.100 millones.
La tendencia, según las estimaciones del PAE, apunta hacia una contracción de la soja en la producción agropecuaria, ya que de representar 50% de la producción actual, pasaría a 46,6% en 2020; a su vez, crecerá la participación del maíz, de 23% actual a 29,3%.
En cuanto al sector ganadero, tras reducirse el stock en 10 millones de cabezas en los últimos cuatro años, el PEA prevé que crezca 70%, a partir de una mejora en la rentabilidad en aquellos suelos marginales que fueron ocupados para la soja; el incremento mayor se daría en la producción de porcinos, que para 2020 podría llegar a 822 mil toneladas, lo que representa un aumento de 197%.
Según las proyecciones del PAE, una mayor producción porcina y aviar quitaría presión sobre el sector ganadero, lo que derivaría en una mayor cantidad de carne vacuna destinada a la exportación.
Otro aspecto destacado en la iniciativa es la importancia que adoptan las cadenas de valor en la producción agraria e industrial, con miras a la generación de empleo.
Un estudio del INTA, que forma parte del PAE, precisa que una integración vertical de toda la cadena agroalimentaria podría crear en diez años casi un millón de nuevos empleos.
El grueso de ese aumento en las fuentes laborales se registraría en las principales cadenas de agroalimentos (carne vacuna, aviar y porcina; lácteos; trigo; maíz y sus derivados; legumbres; soja; y maquinaria agrícola) con 317 mil empleos directos y 512 mil indirectos, vaticina el Plan.
A través de la implementación del PEA se pretende alcanzar durante el próximo decenio una cosecha de granos de 157 millones de toneladas frente a los 100 millones actuales, mientras que la producción de carne se incrementaría en 70%.
El PEA se asienta en tres ejes: la soberanía decisional del Estado; la seguridad alimentaria; y la promoción del valor agregado en origen; y participaron de su elaboración 43 universidades nacionales, 150 cámaras empresarias, autoridades provinciales, organizaciones rurales y sociales y organismos como el INTA, el INTI y el SENASA, entre otros.
Domínguez destacó la importancia de la iniciativa al señalar que "hay que aumentar la productividad", y sostuvo que "con el plan vamos a cumplir en 10 años las metas que la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) fijó para los próximos 40".
Según este organismo, para los próximos 40 años será necesario incrementar la producción en 70% para abastecer el crecimiento exponencial de la demanda mundial.
De acuerdo con los estudios del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial, la soja seguirá siendo el principal cultivo, con 70,9 millones de toneladas en 2020, pero en proporción crecerá menos que el maíz, que aportará 43,9 millones.
En términos proporcionales, la recolección de soja aumentará 34% y la de maíz lo hará en 106%, en ambos casos en comparación con la producción de la última cosecha.
El cuadro estimativo se completa con un incremento del trigo de 57%, al pasar de 14,7 a 23,1 millones de toneladas, y del girasol (45%), de 12.500 a 19.100 millones.
La tendencia, según las estimaciones del PAE, apunta hacia una contracción de la soja en la producción agropecuaria, ya que de representar 50% de la producción actual, pasaría a 46,6% en 2020; a su vez, crecerá la participación del maíz, de 23% actual a 29,3%.
En cuanto al sector ganadero, tras reducirse el stock en 10 millones de cabezas en los últimos cuatro años, el PEA prevé que crezca 70%, a partir de una mejora en la rentabilidad en aquellos suelos marginales que fueron ocupados para la soja; el incremento mayor se daría en la producción de porcinos, que para 2020 podría llegar a 822 mil toneladas, lo que representa un aumento de 197%.
Según las proyecciones del PAE, una mayor producción porcina y aviar quitaría presión sobre el sector ganadero, lo que derivaría en una mayor cantidad de carne vacuna destinada a la exportación.
Otro aspecto destacado en la iniciativa es la importancia que adoptan las cadenas de valor en la producción agraria e industrial, con miras a la generación de empleo.
Un estudio del INTA, que forma parte del PAE, precisa que una integración vertical de toda la cadena agroalimentaria podría crear en diez años casi un millón de nuevos empleos.
El grueso de ese aumento en las fuentes laborales se registraría en las principales cadenas de agroalimentos (carne vacuna, aviar y porcina; lácteos; trigo; maíz y sus derivados; legumbres; soja; y maquinaria agrícola) con 317 mil empleos directos y 512 mil indirectos, vaticina el Plan.
mercosurabc