Brasil alcanzaría los USD 30.000 M en la IED de 2009
A pesar de la crisis internacional, la economía brasileña logró captar Inversiones Extranjeras Directas (IED) en 2008 por 45.060 millones de dólares, 30% por encima de la marca de 2007. Los números de la Agencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) mostraron que Brasil siguió recibiendo inversiones al finalizar 2008, en momentos en que los dueños de los capitales huían de otros mercados. La explicación a este fenómeno tiene que ver principalmente con el incremento de 13,6% de las fusiones y adquisiciones de empresas brasileñas, que totalizaron 9.700 millones de dólares en 2008 gracias a operaciones puntuales que alcanzaron cifras millonarias y que difícilmente se repetirán este año. Es decir que si bien en 2009 la IED de Brasil deberá necesariamente ser menor, igualmente se prevé llegar a una buena cifra, estimada en cerca de 30.000 millones de dólares por el Banco Central brasileño.
La crisis financiera internacional se hizo sentir con fuerza en la última parte de 2008 en todo el planeta, y uno de los tantos indicadores que acusó el golpe fue el flujo de la Inversión Extranjera Directa (IED), que finalizó el año con una caída global de casi 21%, con un total de 1.449,1 billones de dólares. La economía brasileña no estuvo exenta de los efectos devastadores de la debacle pero aún así logró atraer capitales externos por 45.060 millones de dólares, cifra que no sólo es récord desde 1947 sino que además significa un crecimiento de 30% en relación al año anterior. De hecho, el éxito logrado por Brasil en este terreno explica la mayor parte del alza de 13% de la IED registrado por América latina y Caribe.
Este buen cierre de año no invalida que la crisis está instalada y que sus consecuencias sobre la economía real ya se están notando con fuerza. El viceministro brasileño de Desarrollo, Iván Ramalho, manifestó su preocupación por las exportaciones de su nación y dijo en Buenos Aires que el comercio bilateral con Argentina se derrumbó un 40% en las tres primeras semanas de enero en comparación con el mismo lapso del año anterior. Por otra parte, agregó que desafortunadamente, los pronósticos y la lógica indican que esta tendencia negativa continuará en los próximos meses.
Sin embargo, a pesar de esta realidad adversa, los números de la Agencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) mostraron que Brasil siguió recibiendo inversiones al finalizar 2008, en momentos en que los dueños de los capitales huían de otros mercados. La explicación a este fenómeno tiene que ver principalmente con el incremento de 13,6% de las fusiones y adquisiciones de empresas brasileñas, que totalizaron 9.700 millones de dólares en 2008 gracias a operaciones puntuales que alcanzaron cifras millonarias y que difícilmente se repetirán este año. Es decir que si bien en 2009 la IED de Brasil deberá necesariamente ser menor, igualmente se prevé llegar a una buena cifra, estimada en cerca de 30.000 millones de dólares por el Banco Central brasileño.
El caso brasileño sería la prueba de que en los próximos meses serán los mercados emergentes los que contarán con mayores chances de captar los capitales que están escapando de las economías centrales, las más castigadas por la crisis, que sufrieron una reducción de su flujo de IED en 33% entre 2007 y 2008. Sin embargo, la UNCTAD advirtió que la capacidad de cada emergente para hacerse de inversiones dependerá de la pericia de sus gobiernos para aplicar las políticas más atractivas a los ojos de los inversores y de la estabilidad política. De hecho, este último fue uno de los factores que influyó positivamente en el resultado obtenido por Brasil, según la Agencia de la ONU. Más allá de esta advertencia, una señal contundente de que los países emergentes serán los mejor posicionados para sortear lo que sigue de la crisis es que en 2008 todos consiguieron aumentar su flujo de IED, en un promedio de 4%.
Los analistas de COFACE consideraban hasta fines del año pasado que los indicadores brasileños estaban sólidos teniendo en cuenta la gravedad del escenario de crisis en el mundo. Destacaron especialmente la reducción y diferimiento de la deuda externa de las compañías de Brasil desde el año 2002, la fortaleza de su sistema bancario para afrontar la turbulencia internacional, la cantidad de reservas y la mayor diversificación de sus exportaciones. También Kenneth Rogoff, anterior economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), opinó que los principales focos de riesgo están en Hungria, Turquía, y los países bálticos mientras que Brasil es, junto con India, uno de los mejor plantados en medio de la crisis y en mejor situación que los restantes miembros del BRIC. El experto espera un crecimiento de entre 1 y 2% para su economía en 2009 y Alicia García Herrero, economista jefe para mercados emergentes de BBVA de Hong Kong, coincidió con él en que Brasil está en buena situación para afrontar la presente crisis.
Desde luego, el consenso también indica que todos los guarismos se deteriorarán en mayor o menor medida en el transcurso de este año y que los emergentes serán afectados por la caída internacional en el precio de los commodities. Pero el mensaje fundamental es que las proyecciones para los mercados en desarrollo son bastante menos pesimistas que en las naciones centrales. Es un hecho que mientras en el mundo avanzado los sectores financiero, automotriz y la construcción muestran una recesión verdaderamente alarmante, muchos de los proyectos de expansión en los emergentes siguen, a pesar de todo, su curso. Por ejemplo, siguen en pie los planes de Pepsi Cola para invertir 1 billón de dólares para incrementar sus negocios en China asi como Fiat todavía proyecta aumentar su producción en Rusia.
Este buen cierre de año no invalida que la crisis está instalada y que sus consecuencias sobre la economía real ya se están notando con fuerza. El viceministro brasileño de Desarrollo, Iván Ramalho, manifestó su preocupación por las exportaciones de su nación y dijo en Buenos Aires que el comercio bilateral con Argentina se derrumbó un 40% en las tres primeras semanas de enero en comparación con el mismo lapso del año anterior. Por otra parte, agregó que desafortunadamente, los pronósticos y la lógica indican que esta tendencia negativa continuará en los próximos meses.
Sin embargo, a pesar de esta realidad adversa, los números de la Agencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) mostraron que Brasil siguió recibiendo inversiones al finalizar 2008, en momentos en que los dueños de los capitales huían de otros mercados. La explicación a este fenómeno tiene que ver principalmente con el incremento de 13,6% de las fusiones y adquisiciones de empresas brasileñas, que totalizaron 9.700 millones de dólares en 2008 gracias a operaciones puntuales que alcanzaron cifras millonarias y que difícilmente se repetirán este año. Es decir que si bien en 2009 la IED de Brasil deberá necesariamente ser menor, igualmente se prevé llegar a una buena cifra, estimada en cerca de 30.000 millones de dólares por el Banco Central brasileño.
El caso brasileño sería la prueba de que en los próximos meses serán los mercados emergentes los que contarán con mayores chances de captar los capitales que están escapando de las economías centrales, las más castigadas por la crisis, que sufrieron una reducción de su flujo de IED en 33% entre 2007 y 2008. Sin embargo, la UNCTAD advirtió que la capacidad de cada emergente para hacerse de inversiones dependerá de la pericia de sus gobiernos para aplicar las políticas más atractivas a los ojos de los inversores y de la estabilidad política. De hecho, este último fue uno de los factores que influyó positivamente en el resultado obtenido por Brasil, según la Agencia de la ONU. Más allá de esta advertencia, una señal contundente de que los países emergentes serán los mejor posicionados para sortear lo que sigue de la crisis es que en 2008 todos consiguieron aumentar su flujo de IED, en un promedio de 4%.
Los analistas de COFACE consideraban hasta fines del año pasado que los indicadores brasileños estaban sólidos teniendo en cuenta la gravedad del escenario de crisis en el mundo. Destacaron especialmente la reducción y diferimiento de la deuda externa de las compañías de Brasil desde el año 2002, la fortaleza de su sistema bancario para afrontar la turbulencia internacional, la cantidad de reservas y la mayor diversificación de sus exportaciones. También Kenneth Rogoff, anterior economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), opinó que los principales focos de riesgo están en Hungria, Turquía, y los países bálticos mientras que Brasil es, junto con India, uno de los mejor plantados en medio de la crisis y en mejor situación que los restantes miembros del BRIC. El experto espera un crecimiento de entre 1 y 2% para su economía en 2009 y Alicia García Herrero, economista jefe para mercados emergentes de BBVA de Hong Kong, coincidió con él en que Brasil está en buena situación para afrontar la presente crisis.
Desde luego, el consenso también indica que todos los guarismos se deteriorarán en mayor o menor medida en el transcurso de este año y que los emergentes serán afectados por la caída internacional en el precio de los commodities. Pero el mensaje fundamental es que las proyecciones para los mercados en desarrollo son bastante menos pesimistas que en las naciones centrales. Es un hecho que mientras en el mundo avanzado los sectores financiero, automotriz y la construcción muestran una recesión verdaderamente alarmante, muchos de los proyectos de expansión en los emergentes siguen, a pesar de todo, su curso. Por ejemplo, siguen en pie los planes de Pepsi Cola para invertir 1 billón de dólares para incrementar sus negocios en China asi como Fiat todavía proyecta aumentar su producción en Rusia.
Silvia Martínez