Cadenas de valor y matrices de insumo-producto:
Un instrumento clave para tomar decisiones en materia de integración económica regional. Pocos son los instrumentos que permiten una visión holística de la economía como la matriz insumo-producto (MIP). La MIP es un cuadro de doble entrada que muestra las relaciones productivas que guardan los sectores de la economía de un país entre sí.
Este ejercicio que permite conocer la complementariedad entre sectores puede extenderse a nivel regional y analizar la complementariedad intersectorial entre los países de la Región SICA.
Wassily Leontief, ganador del premio nobel de economía en 1973 y “padre” del análisis insumo-producto, define este enfoque como: “(una) adaptación de la teoría del equilibrio general al estudio de la interdependencia cuantitativa que existe entre aquellas actividades económicas que guardan entre si una relación recíproca, cuyo propósito es analizar y medir las relaciones existentes entre los diversos sectores de producción y consumo que integran la economía de una nación 1 ”.
La MIP es un cuadro de doble entrada que muestra las relaciones productivas que guardan los
sectores de la economía de un país entre sí; de esta manera, se puede entender la demanda de
productos (insumos) que un sector realiza a todos los demás sectores, de sí mismo, y de las
importaciones, para poder cumplir su cuota de producción, la cual a su vez servirá como
insumo para otro sector. Este ejercicio que permite conocer la complementariedad entre
sectores puede extenderse a nivel regional y analizar la complementariedad intersectorial entre
los países de la Región SICA.
El análisis insumo-producto puede ser utilizado para descubrir patrones óptimos de asignación
de distintos recursos, técnica que ha sido considerada aplicable tanto a problemas micro como
macroeconómicos 2 . Sin embargo, este enfoque de análisis es popularmente conocido por
abordar problemas macro vinculados con la planificación económica.
Las Naciones Unidas a través del desarrollo del Sistema de Contabilidad Nacional, se han
encargado de adaptar -y desarrollar- la MIP por medio de los Cuadros de Oferta y Utilización
(COU). Estos últimos, en su idea más intuitiva presuponen un equilibrio entre la oferta y la
demanda, elemento indispensable de todo sistema de contabilidad nacional.
Ejemplo de ello es la creación del Eurostat: Manual de Cuadros de Oferta y Utilización e Insumo-
Producto en 2008, manual que pretende fortalecer la contabilidad nacional de los países de la
Unión Europea por medio de la elaboración de los COU y MIP, a fin de que estos puedan ser
utilizados en el análisis económico, además de consolidar una cultura de información y del
conocimiento económica y fortaleciendo el proceso de integración por medio de la
armonización de medidas contables supra-nacionales. A partir de este tipo de esfuerzos en el
tratamiento de información cuantitativa, el análisis económico ha podido llegar de manera más
“exacta” a examinar el comportamiento de los agentes individuales y sus relaciones
subyacentes, otorgando mayor rigurosidad al análisis microeconómico, principalmente a nivel
de industria y producto 3 .
Cabe resaltar que, uno de los principales aportes del Manual de Eurostat es la obtención de la
MIP a partir de los grandes agregados macroeconómicos, los cuales se vislumbran en los COU,
por lo que es posible obtener la estimación de la MIP año con año a partir del COU 4 .
Esta disponibilidad de información garantiza un instrumento esencial para la toma de
decisiones en materia de política económica, desde el diseño de meta objetivos -como una
meta de crecimiento-, hasta políticas industriales específicas encaminadas a desarrollar una
cadena de valor determinada. Para ello el análisis insumo producto ofrece una gran gama de
aplicaciones analíticas, a ser los más conocidos los coeficientes de eslabonamiento y
multiplicadores.
En América Latina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha
contribuido con la asistencia técnica para el análisis de diferentes matrices de insumo-producto
nacionales, así como para América del Sur de manera conjunta con el Instituto de Pesquisa
Econômica Aplicada (IPEA) de Brasil. De hecho, actualmente la CEPAL está realizando un
ejercicio de análisis de una MIP latinoamericana para identificar los encadenamientos o
eslabonamientos regionales.
Siguiendo los conceptos planteados por Abelardo Mariña Flores (1993) los coeficientes de
eslabonamiento registran el grado de articulación intersectorial, mientras que los
multiplicadores asociados a dichos eslabonamientos de producción, cuantifican los impactos
potenciales de cambios en la demanda final o en la disponibilidad de insumos sobre la
producción bruta 5 . De esta manera, los hacedores de políticas públicas pueden trazar hojas de
rutas concretas para destinar esfuerzos institucionales y recursos hacia el fortalecimiento de
industrias o productos con capacidad de arrastre, promoviendo el crecimiento económico por
medio del desarrollo de todos los actores del proceso productivo.
Las cadenas regionales de valor se basan en procesos de encadenamiento en donde participan
dos o más países con afinidad productiva, cercanía territorial o complementariedad comercial.
Es decir, existe articulación productiva regional a partir de la integración de los diferentes
eslabones entre los países (eslabonamientos o encadenamientos). En ese sentido, el Consejo
Directivo propuso adoptar como definición de articulación productiva: “las políticas que
promueven acuerdos colaborativos entre los agentes económicos, con el fin de aumentar la
competitividad de las empresas mejorando las condiciones de su entorno” a través del
fortalecimiento de cadenas regionales de valor. La Agenda Regional MIPYME y la Estrategia
Regional de Articulación Productiva MIPYME de CENPROMYPE ofrecen un espacio
óptimo para el diseño y ejecución de políticas públicas armonizadas.
Un elemento clave para el desarrollo inclusivo en la región SICA es la consolidación de un
marco institucional de políticas públicas orientadas a fortalecer la articulación productiva
regional que incluya la mejora de las condiciones generales de las MIPYME a partir del
fortalecimiento de sus capacidades. En este sentido, una gobernanza regional que reconozca
que en materia de intereses económicos y de complementariedad productiva, muchas veces
existen diferentes intereses nacionales, por momentos contrapuestos, que logran sintetizarse en
una estrategia cooperativa que reúne actores, instituciones y territorios bajo una meta común o
complementaria de desarrollo productivo. Los análisis de MIP son fundamentales para
comprender y estimular la complementariedad y articulación productiva regional sobre la base
de la creación de nuevas oportunidades de comercio, sobre todo de bienes intermedios, que
consoliden procesos de escalamiento que permitan la transición hacia actividades de mayor
complejidad tecnológica que al mismo tiempo permitan mejoras en los entornos inmediatos de
las MIPYMES insertas en las cadenas regionales de valor.
*Maestrando en Ciencia Política / UCA.
**Asesor Regional de Entorno de Negocios de CENPROMYPE.
1 Leontief, W., 1970. Análisis Económico Input-Output. Barcelona: Gustavo Gili S. A.
2 Roll, E., 1978. Historia de las Doctrinas Económicas. Segunda ed. México D.F.: Fondo de Cultura
Económica.
3 Un COU es bidimensional, del lado de las filas se ubican los productos de la economía, mientras que en las columnas están las industrias o sectores. Es completamente natural en este caso que el número de filas sea mayor al número de columnas, sin embargo, para el caso de El Salvador los COU son cuadrados, es decir poseen el mismo número de filas que de columnas. A su vez, la MIP se caracteriza por ser unidimensional, es decir tanto en filas como en columnas muestra sólo industrias/sectores o sólo productos. Para mayor amplitud ver (Flores Vásquez, et al., 2017, p. 51:65).
4 Ver (Flores Vásquez, et al., 2017, p. 119:134).
5 Mariña Flores, A., 1993. Insumo-Producto: Aplicaciones Básicas al Análisis Económico Estructural. Primera ed. Azcapotzalco: Universidad Autónoma Metropolitana.