Comunidad Sudamericana. Un espacio de geometrías variables

MERCOSUR y Espacio Sudamericano pueden proyectarse hacia el futuro como una tensión creativa o una tensión disruptiva. Estamos interrogándonos sobre el signo de la interdependencia sudamericana, sostuvo el profesor Félix Peña en un ciclo organizado por la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR en Buenos Aires relacionado con la integración regional. Las características del espacio sudamericano fueron analizadas por el académico, que llegó a varias conclusiones: este espacio geográfico cuenta con geometrías variables según sea la perspectiva desde la que se lo refiera; se presta a acciones de distintos tipos de integración de múltiples velocidades; y es el marco en el que confluyen las estrategias multiespaciales de cada país. Sin embargo será partiendo de las estrategias nacionales, que se logrará la masa crítica de cohesión social que dará sustento al proyecto sudamericano.


El espacio sudamericano se puede plantear desde una complementación o desde una contradicción. Por un lado, todo lo que expresa la palabra MERCOSUR y por otro todo lo que expresa la Comunidad Sudamericana o espacio sudamericano representan un gran desafío, el de saber si estas dos realidades que están en tensión van a proyectarse hacia el futuro como una tensión creativa, un proceso dialéctico del cual pueden surgir cosas buenas para nuestros países, o una tensión disruptiva.

Estamos interrogándonos sobre el signo de la interdependencia sudamericana. Esta línea se encarriló en los caminos de la integración a partir de la iniciativa de Alfonsín y Sarney. En toda la etapa anterior, Sudamérica había estado dominada por la lógica de la fragmentación; el gran tema es si estamos volviendo a ese momento o vamos a aprovechar la oportunidad histórica de consolidar la idea de la lógica integracionista.

En momentos en que se exponen diferencias en la propia Unión Europea, es ingenuo creer que en un sistema subregional no se producirán diferencias y contradicciones.

Hay rasgos de la realidad actual que no pueden ser ajenos a nuestro debate. El primero que debemos tener en cuenta es que estamos en un mundo de una gran dinámica de cambio, una realidad de un dinamismo prácticamente revolucionario, que se expresa en muchos factores, y básicamente en uno que es el que simboliza todo: la emergencia de China como competidor global, respondiendo a una voluntad política y deliberada de ser protagonista, simbolizada en la incorporación en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Otro rasgo es que en el alineamiento de países, en cualquier sistema o subsistema internacional, juegan fundamentalmente tres factores: en primer lugar, intereses; en segundo, memorias colectivas del pasado, que son los fantasmas del cementerio que aparecen fácilmente, y las percepciones, los errores de cálculo que se pueden producir como consecuencia de los errores de la percepción; en tercer lugar es la calidad organizativa de cada uno para procesar y defender sus intereses.

Entonces, en un mundo donde hay mucha confusión y perplejidades, los países protagonistas se mueven a partir de intereses, percepciones y organizaciones. Este es el telón de fondo de las reflexiones que haré a continuación.

Un espacio de geometrías variables

En primer lugar una reflexión sobre el escenario del tema, que es el espacio geográfico sudamericano. Este espacio tiene geometrías variables según sea la perspectiva geográfica en la cual nos colocamos. Todo el mundo piensa en su contexto contiguo, de ahí que cuando negociábamos el Tratado del MERCOSUR, en la prensa argentina estaba instalada la idea de Mercado Común del Cono Sur. Para Brasil, su contexto contiguo es toda Sudamérica. Tenemos que tener en cuenta que la geometría variable depende de dónde nos situemos, porque puede explicar muchos de los malos entendidos.

El espacio sudamericano es un espacio que se presta a acciones de distintos tipos de integración de múltiples velocidades. No todos los protagonistas tienen el mismo interés en ir a la misma velocidad para hacer las mismas cosas, dependen de distintos ejes y focos de conectividad entre los respectivos países. Hay ejes y focos de alta densidad, que son muy demandantes de acción, por ejemplo el eje energético, que es de geometría variable, y otros de baja densidad. Otro elemento a tener en cuenta, es que necesariamente la aproximación de cualquier tipo de políticas publicas, acuerdos, acciones concertadas, van a ser multidimensionales.

Los espacios nacionales

La segunda línea de reflexión se refiere a lo que uno puede observar con respecto a las estrategias nacionales para moverse en espacios como puede ser el espacio sudamericano. Lo que se observa es cada país trabaja a partir de la óptica de su interés nacional, nadie se mueve en función de hipotéticas racionalidades supranacionales. Lo que existe son cosas bien tangibles que son las resultantes del choque que puede ser cooperativo o altamente conflictivo, de intereses nacionales.

Cada vez es más claro que la estrategia nacional es la resultante de la movilización de las energías de toda la sociedad. No es la estrategia del Ministerio de Relaciones Exteriores, ni de la Presidencia, ni de la cúpula empresaria o sindical, sino que es, en la medida que sea, las energías generales de una sociedad que se moviliza en función de una estrategia, la estrategia y los desafíos externos se transforman en factor de cohesión social interna.

Graciela Baquero