Conflicto Político Washington-Caracas
La presencia de Venezuela en el MERCOSUR implica un “trade off” de mejor acceso de mercado a las manufacturas del bloque a cambio de inversiones y asistencia técnica, principalmente en el área agrícola. Después de todo, para vender petróleo no es necesario ningún tratado de integración, sostiene Uziel Nogueira*. Sin embargo, establecer un sector agrícola moderno en una economía en desarrollo dominada por el petróleo, requiere un esfuerzo prolongado de cooperación y asistencia técnica por parte de los socios en el proceso de integración. Quizás Brasil y Argentina puedan hacer por Venezuela algo que Estados Unidos no quiso o no pudo hacer en 100 años: diversificar la estructura mono-productora petrolera de la economía andina, reflexiona el economista. El contexto estratégico regional-hemisférico producido por la fuerte tensión política entre los Presidentes Hugo Chávez y George W. Bush -después del intento de golpe contra el mandatario venezolano de 2002- abrió una “ventana de oportunidad” única para atraer ese importante país hacia el MERCOSUR, puntualiza Nogueira.
El ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) presenta características similares al proceso de negociación entre Estados Unidos y México para establecer un área de integración comercial (NAFTA) entre los dos países. Primero, la decisión del ingreso venezolano fue tomada -a priori- por el poder político en Caracas, Brasilia y Buenos Aires. Lo mismo ocurrió entre Ciudad de México y Washington en el caso del NAFTA. Segundo, el factor político prevaleció sobre el económico-comercial. En el caso de Venezuela, el conflicto político entre Caracas y Washington -luego del intento de golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez el 11 de abril de 2002- fue decisivo para una aproximación al MERCOSUR. En el caso del NAFTA, la elite gobernante mexicana decidió que la integración económico-comercial con Estados Unidos era el mejor camino para convertirse en un país avanzado. Sigamos con mayores detalles lo que ha ocurrido hasta ahora con el ingreso de la economía venezolana al MERCOSUR.
El papel político del Palacio do Planalto
La integración de Venezuela al MERCOSUR mostró un importante cambio en el proceso de decisión entre el Ejecutivo Brasileño (Palacio do Planalto) y el Ministerio de Relaciones Exteriores (Itamaraty). Por primera vez, un proceso (delicado) de integración fue decidido previamente en el Palacio do Planalto. La firme decisión política del Presidente Lula fue acompañada por el ex-Presidente Néstor Kirchner y la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El protocolo de adhesión de Venezuela al MERCOSUR fue firmado por los cuatro presidentes durante una cumbre extraordinaria realizada en Caracas en la fecha simbólica del 4 de julio de 2006. Todavía siguen en curso las negociaciones comerciales para armonizar las reglas comerciales del país andino con las de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. El día 29 de octubre de 2009 la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado Brasileño aprobó el protocolo de participación de la República Bolivariana de Venezuela como miembro pleno del bloque. Para completar el trámite legislativo, todavía falta la aprobación por parte del congreso paraguayo, que deberá hacerlo en breve. Los congresos argentino y uruguayo ya han aprobado el proyecto.
El contexto estratégico regional-hemisférico
Es el que explica los motivos del procedimiento seguido por los líderes políticos del MERCOSUR. La fuerte tensión política entre los Presidentes Hugo Chávez y George W. Bush (después del intento de golpe contra Chávez en abril de 2002) abrió una “ventana de oportunidad” única para atraer un país importante hacia el MERCOSUR. Desde el descubrimiento de petróleo a inicios del siglo XX, el país andino se convirtió en principal socio comercial de Washington en América del Sur, exportando petróleo y comprando manufacturas y alimentos. Hasta la llegada de Hugo Chávez al poder, la relación política, económica y comercial de Venezuela con los países miembros del MERCOSUR era inexistente. La participación de la economía andina en el MERCOSUR tiene implicaciones en las áreas geopolítica, económica-comercial y de seguridad y defensa, como se verá más adelante.
Implicación geopolítica
Venezuela aporta densidad a la base de recursos naturales existente en las economías de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Este hecho reforzará la posición geopolítica y estratégica del bloque en las próximas décadas donde la preservación y uso racional de los recursos naturales tendrán un papel fundamental en las relaciones internacionales. El binomio recursos naturales-medio ambiente será clave en la búsqueda de soluciones para el problema del cambio climático, considerado la mayor amenaza para la supervivencia de la humanidad en el siglo XXI. Venezuela posee una amplia base de recursos naturales, principalmente petróleo, gas natural, minerales estratégicos, agua dulce y tierras fértiles para el cultivo tropical. El país tiene el potencial para convertirse en un gran productor de granos, principalmente arroz y soja.
La participación de Venezuela en el MERCOSUR significa un fortalecimiento del bloque y una importante señal política por parte de la diplomacia brasileña. Reafirma su intención de construir un espacio de integración económico-comercial en América del Sur teniendo como base fundamental al MERCOSUR y a la Argentina como principal socio estratégico. La inclusión de Venezuela demuestra que las críticas y predicciones sobre la muerte o irrelevancia del MERCOSUR son superficiales, y muy pobres en sofisticación analítica.
La estrategia integracionista de Brasil tiene dos implicaciones: (a) con la desintegración de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), América del Sur queda dividida en dos grandes esquemas de integración comercial-económico: el MERCOSUR por un lado y el NAFTA-ampliado que incluye a Colombia, Perú y Chile por el otro; (b) la dirigencia política de Ecuador y Bolivia tendrá que decidir a qué esquema de integración se asociará. En función del cuadro de situación existente, lo más probable es que los dos países andinos se conviertan en miembros plenos del MERCOSUR. En el caso de Bolivia, la fuerte e histórica relación económico-comercial con Brasil y Argentina indica una integración “de facto” con las dos principales economías del cono sur.
Implicaciones económico-comerciales
La integración venezolana incrementa el valor del PIB del MERCOSUR a US$ 2.5 billones y un mercado consumidor que alcanza el 70% de la población de América del Sur. Desde el punto de vista de la integración económica, la economía venezolana es complementaria a la del MERCOSUR, principalmente en relación con la brasilera y la argentina. Venezuela es un importante exportador de petróleo, mientras que Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay son exportadores de alimentos y de granos. Brasil, a su vez, tiene una fuerte base productora y exportadora de manufacturas de origen industrial. Así, la asimetría existente entre el sector industrial venezolano y el brasilero (más avanzado y desarrollado) presenta oportunidades y desafíos. La ventaja comparativa de Venezuela está en el área energética, principalmente petróleo y gas natural. Entonces, es esencial que Brasil y Argentina aumenten la cooperación en este ámbito, preferentemente a través de inversiones y compra de crudo. Paraguay y Uruguay, que son importadores de petróleo, deben privilegiar la compra de combustibles originarios del socio andino.
El desequilibrio en la balanza comercial venezolana con Brasil y Argentina es una cuestión que merece atención. Ambos países son productores de petróleo y el déficit en la balanza comercial venezolana con los dos socios del sur debe aumentar a medida que ocurra una mayor apertura comercial. La única manera de compensar parcialmente este déficit comercial -que podría tornarse estructural- sería a través de inversiones directas en la economía venezolana, principalmente en el sector agrícola.
Finalmente, Colombia -principal socio comercial de Venezuela- deberá verse afectada negativamente en sus exportaciones agrícolas y de manufacturas. Habrá desvío de comercio, porque mientras las exportaciones brasileras y argentinas ingresan al mercado venezolano con arancel cero, los productos colombianos estarán sujetos a aranceles de importación.
Implicaciones en seguridad y defensa
La incorporación de Venezuela al MERCOSUR tendrá implicaciones futuras en las áreas de seguridad y defensa. El contexto estratégico sudamericano estará dominado en las próximas décadas por el programa brasilero de desarrollo de un complejo industrial militar de defensa. Este proyecto tiene como base fundamental un acuerdo entre Brasil y Francia en las áreas nuclear, aeronáutica y naval. Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela tendrán prioridad y mayor privilegio de participación en estos programas. Venezuela sería uno de los países más beneficiados del bloque, pues cuenta con recursos financieros y humanos para contribuir de manera sustancial al programa de armamentos convencionales.
Conclusión
El ingreso de Venezuela al MERCOSUR modifica el mapa geopolítico de América del Sur. Aumenta la influencia del bloque de integración en la región, principalmente de la economía brasilera. Al mismo tiempo, crea condiciones para el futuro ingreso de Bolivia y Ecuador. La relación naciente entre Brasil, Rusia, India y China, por su vez, crea sinergias para un mayor intercambio comercial-económico del MERCOSUR con estas economías gigantes que deben liderar el crecimiento mundial en las próximas décadas.
Finalmente, una pregunta válida en relación con Venezuela: ¿Qué gana el país andino -desde el punto de vista económico-comercial- cambiando la integración (de hecho) existente con los Estados Unidos en favor de una con el MERCOSUR? La respuesta está en la calidad superior de la integración sudamericana que apunta a un mercado común, similar a la Unión Europea.
Brasil y Argentina, que son potencias en las áreas agrícola y de alimentos a nivel mundial, poseen recursos humanos y tecnológicos para apoyar técnicamente el desarrollo de una agricultura moderna del socio andino. La autosuficiencia alimentaria es el principal desafío y prioridad para el gobierno venezolano. Como hemos mencionado, el país reúne las condiciones necesarias para una agricultura tropical avanzada, con una producción alimentaria suficiente para su creciente población y exportación de granos como la soja.
Por último, la presencia de Venezuela en el MERCOSUR implica un “trade off” de mejor acceso de mercado a las manufacturas del bloque a cambio de inversiones y asistencia técnica, principalmente en el área agrícola. Después de todo, para vender petróleo no es necesario ningún tratado de integración. Sin embargo, establecer un sector agrícola moderno en una economía en desarrollo dominada por el petróleo, requiere un esfuerzo prolongado de cooperación y asistencia técnica por parte de los socios en el proceso de integración. Quizás Brasil y Argentina puedan hacer por Venezuela algo que Estados Unidos no quiso o no pudo hacer en 100 años: diversificar la estructura mono-productora petrolera de la economía andina.
* Uziel Nogueira, Economista Senior en Integración, BID-INTAL
Uzieln@iadb.org