Desafíos y amenazas en un mundo sin petróleo
Aún para los más optimistas, en un plazo máximo de 40 años se habrán agotado las reservas de petróleo, recurso sobre el que está cimentada la organización política, económica y social de la humanidad. Llegado a ese punto el mundo ingresará en una etapa de reconversión sin precedentes que obligará a hallar un camino sustentable para responder a la demanda de energía cada vez mayor, propia del modelo actual de crecimiento. En ese nuevo orden América Latina tiene todas las condiciones dadas para posicionarse en la producción de energías limpias más prometedoras, como son la eólica y la generada a partir de biomasa, con la promesa de que la región se convierta en líder en biocombustibles. Los avances del sector químico y petroquímico en la búsqueda de materias primas a partir de las energías alternativas con las cuales seguir fabricando plásticos, combustibles y una lista interminable de derivados del crudo, fueron expuestos por tres empresas líderes del sector en el marco del seminario "Liderazgo innovador: La conquista de un mundo sin petróleo", organizado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
El decano de la Facultad de Ciencias Económicas de esa casa de estudios, Ricardo Smurra, reconoció que un cimbronazo de esta magnitud es una seria amenaza para las economías del mundo, pero recordó que siempre que cae un paradigma "emergen nuevas ideas y nuevos espacios que son oportunidades que podrán ser aprovechadas por quienes tengan una visión estratégica de mediano y largo plazo y vean más allá del problema inmediato".
Los números
Si bien el crecimiento económico y el espectacular aumento del consumo de energía de los últimos años precipitó el alerta entre los países, hace décadas que el sector químico y petroquímico está trabajando en el tema. El profesor Víctor Sarasqueta señaló que quizás hay discrepancias en cuanto la fecha en la que llegará el cambio, pero lo que no se discute es que la extinción del petróleo es inexorable y a un futuro no muy lejano. Desde 2002 el precio del barril de crudo no ha dejado de trepar y es un hecho que no hay suficientes proyectos de explotación en el presente que permitan hacer frente a la explosión de demanda que se avecina.
Hay algunas cifras que dimensionan tanto la dependencia del gas y del petróleo como del nivel de agotamiento de la tasa de extracción:
• El 86% de la energía primaria que consumen los 6.700 millones de personas que hay en el planeta proviene de la biosfera y de ese porcentaje, 40% es aportado por el petróleo; 40% por gas natural y carbón; y 6% por el uranio.
• El mundo consume 85 millones de barriles diarios de petróleo y sumando las reservas probadas, las posibles y las que se estima quedan por descubrir, se estaría muy cerca –fines de 2008 o primeros meses de 2009- de alcanzar el zenit de la tasa de extracción máxima.
• Se calcula que hay reservas para 40 años en el caso del uranio y petróleo; para 60 años de gas; y 200 años en el caso del carbón.
• Se estima que en 2025 las dos terceras partes de la población mundial vivirá en ciudades y en el año 2030 se necesitará un 30% más de energía.
• En 2020 se calcula que habrá 1.200 millones de automóviles en circulación, algunos de los cuales se están vendiendo hoy, preparados para funcionar con nafta o diesel.
• En 2050 habrá más de 9.000 millones de personas en el mundo y los recursos alimentarios y energéticos del planeta no alcanzarán para todos.
Si bien no es posible evitar el fin de los combustibles fósiles, hay caminos para retrasarlo mediante la utilización eficiente de los recursos, que además ayuda a reducir las emisiones de gases que agravan el efecto invernadero. Pero hasta ahora, la única estrategia concreta del mundo frente al problema del cambio climático es el Protocolo de Kyoto, que entró en vigencia en 2005 con el objetivo de reducir un 5,2% las emisiones de gas globales sobre los niveles de 1990 para el período 2008/2012. Sin embargo, muchos dirigentes y economistas "piensan y se comportan como si la Tierra fuera inagotable", señaló Sarasqueta. “Son pocos los dirigentes políticos que tienen un panorama claro para ofrecer respuestas a sus países en un mundo sin petróleo”, agregó el catedrático.
En este escenario inquietante, las fuentes de energía alternativa se presentan como una posibilidad para suplir a las fuentes actuales basadas en restos fósiles no sólo porque ayudan a morigerar la contaminación ambiental sino sobre todo por su capacidad de renovarse. Actualmente, los esfuerzos de investigación de las empresas están encaminadas a las energías:
• Eólica: es la energía cinética o de movimiento contenida en el viento, que se capta por medio de aerogeneradores o molinos de viento.
• Hidráulica: producida en centrales hidroeléctricas.
• Mareomotriz: producida por la fuerza de las mareas y olas.
• Solar: recolectada en forma directa en centrales solares, o en forma de electricidad mediante paneles fotovoltaicos.
• Geotérmica: originada por el calor del subsuelo en zonas adecuadas.
• Biomasa: energía obtenida a partir de la descomposición de residuos orgánicos.
Fabián García, gerente de Pinturas Industriales para Sudamérica de BASF Argentina, aclaró que por ahora estas fuentes alternativas en conjunto aportan un 13% a la matriz energética mundial, si bien ofrecen la enorme ventaja de ser “de alcance infinito, si sabemos cuidar el planeta”, remarcó. De esa cuota, la energía de biomasa hoy representa cerca de 5,5%, precisó García, mientras que otras como la energía eólica y solar tienen cuotas ínfimas, menores a un 0,5%. El petróleo va a la cabeza con 34%, seguido por el carbón y gas, con 26 y 21% respectivamente. Por último, la energía nuclear suma el 6% restante.
YPF: Combustibles de última generación
Desde principios de los años 70 la petrolera YPF viene trabajando en el desarrollo de nuevos procesos de refinería que llevaron a lo que hoy se conoce como combustibles de última generación. Estos serán claves en poco tiempo más, cuando las fuentes fósiles que hoy alimentan al parque automotor mundial se agoten.
El gerente de Combustibles de Repsol YPF, Raúl Reimer, comentó el trabajo conjunto que se está realizando con las terminales automotrices no sólo buscando cumplir con los requerimientos de los usuarios, sino también con el objetivo de preservar el medio ambiente. De esta manera, se apunta no sólo a la reducción de la liberación de dióxido de carbono de los autos sino también a desarrollar combustibles a partir de fuentes bio-renovables. “Se está analizando el aporte de las energías alternativas al combustible de fósiles”, apuntó, con la intención de aumentar el volumen de la nafta que hoy se utiliza por medio del agregado de productos como el alcohol.
En este sentido, Brasil tiene un papel importante por ser líder en producción y exportación de etanol a partir de la caña de azúcar, y es mirado con mucho interés por EE.UU., que si bien fabrica etanol a partir del maíz, destina todo su stock al mercado doméstico. “La caña de azúcar para generar etanol es la alternativa más práctica y viable porque no hay competencia con el alimento, como existe en el caso del maíz y trigo, que también permiten obtener etanol”, resaltó Reimer. Brasil cuenta con un parque para producirlo y tiene una amplia experiencia de 40 años en ese terreno, en tanto Argentina está en la etapa inicial.
Otra promesa es el biodiesel, un compuesto muy simple y similar al gasoil que se elabora a partir de soja, colza, girasol, aceite de palma, y de otras oleaginosas. “Otra alternativa sería recolectar aceites usados y grasas animales" para contar con otros combustibles, agregó Reimer, si bien aclaró que el área crítica de esta alternativa es el proceso previo de purificación que se requiere para evitar que se tapen filtros y se deterioren los automóviles. Actualmente, se calcula que el déficit de diesel en el mundo asciende a 190 millones de toneladas y que Europa será un demandante ávido porque su parque automotor está basado en ese combustible, y lo que produce no le alcanza. “Tendrían que sembrar más del doble de la superficie disponible para colza si Europa quisiera autoabastecerse”, explicó.
Es claro que allí radica una oportunidad también para Argentina, primer productor mundial en aceite de soja, producto que su población prácticamente no consume. En ese país existe un marco regulatorio –la Ley 26.093- que fija subsidios para plantas de biocombustibles, aunque apunta a economías regionales y a Pymes. En esta normativa se establece además que a partir de enero de 2010 todo el gasoil y la nafta que se comercialice en el mercado interno deberán contener un mínimo de 5% de biodiésel y 5% de bioetanol respectivamente.
Por ahora, las automotrices sólo admiten que se adicione al combustible hasta un 5% de biodiesel, aunque la intención de las petroleras es llegar a una cuota de 7%. “Hay que trabajar en el análisis de productos que sean estudiados en todo su ciclo productivo para determinar su aporte y asegurarse de que para ser producidos no demanden más energía que la que aportan –señaló el ejecutivo de YPF- Es importante trabajar con criterios de sustentabilidad y verificar que estos productos alternativos no compitan con los alimentos y que no se utilicen zonas de cultivos sino terrenos áridos”.
En el marco de la búsqueda de materias primas renovables que está efectuando YFP se inscribe el Programa de Bioenergía 2007-2010 que la empresa está encarando en Mendoza junto con la Universidad Nacional de Cuyo y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Son once los proyectos que participan en la etapa de investigación y desarrollo que engloba los ciclos de biocombustibles.
Por último, la ingeniera Marcela Balige, directora de Ceras y Vegetales de Repsol YPF, dio detalles en su participación en el panel acerca de la experiencia en la búsqueda de materias primas renovables para especialidades, y comentó que la compañía cuenta con una línea de parafinas provenientes de fósiles pero también con una línea desarrollada en base a materias primas vegetales y animales. Hace dos años que YPF trabaja con la empresa Molinos como proveedora de aceites vegetales, y con la Universidad del Litoral.
El déficit a nivel mundial en el mercado de parafina es importante, y eso representa una oportunidad adicional para Brasil, que es el mayor productor a nivel regional, y también lo es para Argentina, que cuenta con capacidad instalada para producirla. En Latinoamérica se consumen 280.000 toneladas, con importaciones por 115.000 toneladas y una producción de 165.000 toneladas, lo que da una primera idea del faltante.
Los números
Si bien el crecimiento económico y el espectacular aumento del consumo de energía de los últimos años precipitó el alerta entre los países, hace décadas que el sector químico y petroquímico está trabajando en el tema. El profesor Víctor Sarasqueta señaló que quizás hay discrepancias en cuanto la fecha en la que llegará el cambio, pero lo que no se discute es que la extinción del petróleo es inexorable y a un futuro no muy lejano. Desde 2002 el precio del barril de crudo no ha dejado de trepar y es un hecho que no hay suficientes proyectos de explotación en el presente que permitan hacer frente a la explosión de demanda que se avecina.
Hay algunas cifras que dimensionan tanto la dependencia del gas y del petróleo como del nivel de agotamiento de la tasa de extracción:
• El 86% de la energía primaria que consumen los 6.700 millones de personas que hay en el planeta proviene de la biosfera y de ese porcentaje, 40% es aportado por el petróleo; 40% por gas natural y carbón; y 6% por el uranio.
• El mundo consume 85 millones de barriles diarios de petróleo y sumando las reservas probadas, las posibles y las que se estima quedan por descubrir, se estaría muy cerca –fines de 2008 o primeros meses de 2009- de alcanzar el zenit de la tasa de extracción máxima.
• Se calcula que hay reservas para 40 años en el caso del uranio y petróleo; para 60 años de gas; y 200 años en el caso del carbón.
• Se estima que en 2025 las dos terceras partes de la población mundial vivirá en ciudades y en el año 2030 se necesitará un 30% más de energía.
• En 2020 se calcula que habrá 1.200 millones de automóviles en circulación, algunos de los cuales se están vendiendo hoy, preparados para funcionar con nafta o diesel.
• En 2050 habrá más de 9.000 millones de personas en el mundo y los recursos alimentarios y energéticos del planeta no alcanzarán para todos.
Si bien no es posible evitar el fin de los combustibles fósiles, hay caminos para retrasarlo mediante la utilización eficiente de los recursos, que además ayuda a reducir las emisiones de gases que agravan el efecto invernadero. Pero hasta ahora, la única estrategia concreta del mundo frente al problema del cambio climático es el Protocolo de Kyoto, que entró en vigencia en 2005 con el objetivo de reducir un 5,2% las emisiones de gas globales sobre los niveles de 1990 para el período 2008/2012. Sin embargo, muchos dirigentes y economistas "piensan y se comportan como si la Tierra fuera inagotable", señaló Sarasqueta. “Son pocos los dirigentes políticos que tienen un panorama claro para ofrecer respuestas a sus países en un mundo sin petróleo”, agregó el catedrático.
En este escenario inquietante, las fuentes de energía alternativa se presentan como una posibilidad para suplir a las fuentes actuales basadas en restos fósiles no sólo porque ayudan a morigerar la contaminación ambiental sino sobre todo por su capacidad de renovarse. Actualmente, los esfuerzos de investigación de las empresas están encaminadas a las energías:
• Eólica: es la energía cinética o de movimiento contenida en el viento, que se capta por medio de aerogeneradores o molinos de viento.
• Hidráulica: producida en centrales hidroeléctricas.
• Mareomotriz: producida por la fuerza de las mareas y olas.
• Solar: recolectada en forma directa en centrales solares, o en forma de electricidad mediante paneles fotovoltaicos.
• Geotérmica: originada por el calor del subsuelo en zonas adecuadas.
• Biomasa: energía obtenida a partir de la descomposición de residuos orgánicos.
Fabián García, gerente de Pinturas Industriales para Sudamérica de BASF Argentina, aclaró que por ahora estas fuentes alternativas en conjunto aportan un 13% a la matriz energética mundial, si bien ofrecen la enorme ventaja de ser “de alcance infinito, si sabemos cuidar el planeta”, remarcó. De esa cuota, la energía de biomasa hoy representa cerca de 5,5%, precisó García, mientras que otras como la energía eólica y solar tienen cuotas ínfimas, menores a un 0,5%. El petróleo va a la cabeza con 34%, seguido por el carbón y gas, con 26 y 21% respectivamente. Por último, la energía nuclear suma el 6% restante.
YPF: Combustibles de última generación
Desde principios de los años 70 la petrolera YPF viene trabajando en el desarrollo de nuevos procesos de refinería que llevaron a lo que hoy se conoce como combustibles de última generación. Estos serán claves en poco tiempo más, cuando las fuentes fósiles que hoy alimentan al parque automotor mundial se agoten.
El gerente de Combustibles de Repsol YPF, Raúl Reimer, comentó el trabajo conjunto que se está realizando con las terminales automotrices no sólo buscando cumplir con los requerimientos de los usuarios, sino también con el objetivo de preservar el medio ambiente. De esta manera, se apunta no sólo a la reducción de la liberación de dióxido de carbono de los autos sino también a desarrollar combustibles a partir de fuentes bio-renovables. “Se está analizando el aporte de las energías alternativas al combustible de fósiles”, apuntó, con la intención de aumentar el volumen de la nafta que hoy se utiliza por medio del agregado de productos como el alcohol.
En este sentido, Brasil tiene un papel importante por ser líder en producción y exportación de etanol a partir de la caña de azúcar, y es mirado con mucho interés por EE.UU., que si bien fabrica etanol a partir del maíz, destina todo su stock al mercado doméstico. “La caña de azúcar para generar etanol es la alternativa más práctica y viable porque no hay competencia con el alimento, como existe en el caso del maíz y trigo, que también permiten obtener etanol”, resaltó Reimer. Brasil cuenta con un parque para producirlo y tiene una amplia experiencia de 40 años en ese terreno, en tanto Argentina está en la etapa inicial.
Otra promesa es el biodiesel, un compuesto muy simple y similar al gasoil que se elabora a partir de soja, colza, girasol, aceite de palma, y de otras oleaginosas. “Otra alternativa sería recolectar aceites usados y grasas animales" para contar con otros combustibles, agregó Reimer, si bien aclaró que el área crítica de esta alternativa es el proceso previo de purificación que se requiere para evitar que se tapen filtros y se deterioren los automóviles. Actualmente, se calcula que el déficit de diesel en el mundo asciende a 190 millones de toneladas y que Europa será un demandante ávido porque su parque automotor está basado en ese combustible, y lo que produce no le alcanza. “Tendrían que sembrar más del doble de la superficie disponible para colza si Europa quisiera autoabastecerse”, explicó.
Es claro que allí radica una oportunidad también para Argentina, primer productor mundial en aceite de soja, producto que su población prácticamente no consume. En ese país existe un marco regulatorio –la Ley 26.093- que fija subsidios para plantas de biocombustibles, aunque apunta a economías regionales y a Pymes. En esta normativa se establece además que a partir de enero de 2010 todo el gasoil y la nafta que se comercialice en el mercado interno deberán contener un mínimo de 5% de biodiésel y 5% de bioetanol respectivamente.
Por ahora, las automotrices sólo admiten que se adicione al combustible hasta un 5% de biodiesel, aunque la intención de las petroleras es llegar a una cuota de 7%. “Hay que trabajar en el análisis de productos que sean estudiados en todo su ciclo productivo para determinar su aporte y asegurarse de que para ser producidos no demanden más energía que la que aportan –señaló el ejecutivo de YPF- Es importante trabajar con criterios de sustentabilidad y verificar que estos productos alternativos no compitan con los alimentos y que no se utilicen zonas de cultivos sino terrenos áridos”.
En el marco de la búsqueda de materias primas renovables que está efectuando YFP se inscribe el Programa de Bioenergía 2007-2010 que la empresa está encarando en Mendoza junto con la Universidad Nacional de Cuyo y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Son once los proyectos que participan en la etapa de investigación y desarrollo que engloba los ciclos de biocombustibles.
Por último, la ingeniera Marcela Balige, directora de Ceras y Vegetales de Repsol YPF, dio detalles en su participación en el panel acerca de la experiencia en la búsqueda de materias primas renovables para especialidades, y comentó que la compañía cuenta con una línea de parafinas provenientes de fósiles pero también con una línea desarrollada en base a materias primas vegetales y animales. Hace dos años que YPF trabaja con la empresa Molinos como proveedora de aceites vegetales, y con la Universidad del Litoral.
El déficit a nivel mundial en el mercado de parafina es importante, y eso representa una oportunidad adicional para Brasil, que es el mayor productor a nivel regional, y también lo es para Argentina, que cuenta con capacidad instalada para producirla. En Latinoamérica se consumen 280.000 toneladas, con importaciones por 115.000 toneladas y una producción de 165.000 toneladas, lo que da una primera idea del faltante.
Silvia Martínez