¿Después de Doha qué?

El panorama post Doha va a seguir reflejando las presiones internas y externas sobre Brasil, con una presencia geopolítica que implique vencer barreras por un lado y ampliar la presencia en el comercio internacional por el otro, señaló el especialista en integración Raúl Ochoa* en una reunión académica multidisciplinaria convocada por la Universidad Tres de Febrero. Brasil ha avanzado claramente en su liderazgo a nivel internacional, ha recibido la mención de socio estratégico por parte de la Unión Europea y fue muy importante la presencia de Lula da Silva en Bruselas con su presentación sobre biocombustibles, con gran impacto a nivel internacional. Pero sufre grandes presiones internas de un empresariado que en algunos casos, como el del agrobusiness, cuentan con enorme peso. Son sectores que ante un post Doha congelado o muerto necesitan retomar negociaciones bilaterales con la Unión Europea o con otros destinos que consideran de importancia, como México o Canadá. Los think tanks brasileños trabajan febrilmente en ese sentido.


Un investigador del Tattoo Institute, analiza en su trabajo el impacto comercial y geopolítico de Estados Unidos en la frustrada reunión multilateral de Doha. El análisis se centra en este país por su marcada visión mercantilista y unilateral, en las que las barreras de acceso a los mercados y los subsidios a sus productores son tomados como “activos”, señaló Ochoa en su intervención. Esto da enorme cantidad de argumentos para que los países en desarrollo no cedan posiciones, en tanto las principales economías no puedan ceder parte de sus beneficios en aras del bien común. La falta de apertura como liberalización comercial para favorecer el desarrollo económico, complica a los países menos desarrollados, y en especial a los de desarrollo relativo menor, puntualizó.

Como consecuencia de las barreras en algunos commodities, por ejemplo en los países africanos, se aumenta la producción de cacao o de café más de lo necesario, para tratar de escapar al problema de las barreras, lo que produce a su vez consecuencias negativas como resultado de la sobreproducción.

Estados Unidos, que podría decirse está en uno de sus peores momentos en cuanto a su imagen internacional, hubiera logrado un impacto favorable de haber liderado el proceso en esta negociación en particular. La administración Bush otorgó prioridad a los acuerdos de tipo bilateral, sin ceder absolutamente nada en cuanto a las negociaciones agrícolas, que hubieran dado la oportunidad de trabajar sobre las asimetrías.

Otro problema es el timing de las negociaciones, en lo que se refiere a los países que estaban en proceso de reformas internas de acuerdo con la ronda Uruguay del GATT. Después del atentado de 2001, este escenario encontró a países que evaluaron la posibilidad de diferir las reformas hasta que se celebrara la Ronda de Doha, y obtener así cierto tipo de beneficios. Esto complicó el frente interno entre aperturistas y conservadores y creó un nuevo frente de tormenta en el tema multilateral. En este periodo aparecen múltiples organizaciones no gubernamentales (ONG), que operaron en defensa de los países emergentes, especialmente a partir de la Reunión de Cancún de 2003. La influencia de las ONG se ve por ejemplo en las negociaciones entre Estados Unidos y algunos países centroamericanos y sudamericanos, explica el economista.


En el ámbito regional, la pregunta es “¿Después de Doha qué?”

En el periodo 2001/2007 Brasil ha avanzado claramente en su liderazgo a nivel internacional, su rol en el G-20, las posiciones asumidas en las reuniones de los grupos G-5, G-6 y G-4; además de su participación con otros países emergentes en las reuniones del G-8. Hace pocos días recibió la mención de socio estratégico por parte de la Unión Europea y fue muy importante la presencia de Lula da Silva en Bruselas con su presentación sobre biocombustibles, con gran impacto a nivel internacional.

Es un período en el que existe una gran presión interna y externa para que Brasil se involucre en negociaciones, tanto en el ámbito del Mercosur como en el intrabrasileño, que se refleja claramente en la búsqueda de acuerdos sectoriales, como las brasileñas multinacionales automotrices en la relación bilateral con la Unión Europea.

Estos sectores tienen la necesidad de que ante un post Doha congelado o muerto se retomen las negociaciones con la Unión Europea y otras bilaterales consideradas importantes, como el retome de acuerdos con México, Canadá; el tema de las terminales brasileñas e indias que comienzan a cruzarse, que exige un acuerdo mas importante que el existente relacionado con las preferencias fijas, y otros.

En Brasil hay temas externos e internos, declaraciones muy claras de la central FIESP, del Consejo Empresario recientemente formado entre la Unión Europea y Brasil. Incluso se formó un Consejo Empresario en ocasión de la visita de George Bush a Brasil para tratar de avanzar decididamente en el campo de las relaciones comerciales.

En los think – tanks brasileños se estudia el avance decidido en la liberalización comercial atendiendo los intereses de una cantidad de segmentos de Brasil y teniendo en cuenta el gran peso que tiene hoy en ese país el Agrobusiness.

En lo que se refiere a Argentina, en el mismo periodo 2001/2005 y en el marco de un Mercosur con problemas pendientes con las pequeñas economías y los nuevos miembros que no completan su proceso de adhesión, ha sido el de apoyar las posiciones de Brasil, pero en general atender más a problemas de orden práctico como el suscitado con Bolivia y la energía; suplir algunas falencias energéticas con recursos venezolanos y atender al avance de los proyectos comerciales de las empresas argentinas en Venezuela, que también se instalan en Brasil sin que se necesite ningún tipo de negociación. El panorama post Doha va a seguir reflejando las presiones internas y externas sobre Brasil, con una presencia geopolítica que implique vencer barreras por un lado y ampliar la presencia en el comercio internacional por el otro.


* Raúl Ochoa es profesor de la Universidad Nacional de Tres de Febrero raulochoa@fibertel.com.ar
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