El fracaso de un acuerdo entre partes

En coincidencia con las abundantes señales de reactivación de la economía argentina, el año 2003 trajo nuevos vientos para la producción textil, cuya recuperación se vio afectada por las crecientes importaciones del rubro provenientes del Brasil. Esto llevó a que los empresarios locales acusaran a sus pares del vecino país de “inundar el mercado argentino”. Fue con el objetivo de solucionar este enfrentamiento que se había acordado alcanzar un “pacto de caballeros” entre ambos, es decir sin la intervención de sus respectivos gobiernos.


Esta búsqueda de un acuerdo sin intervención gubernamental mostró recientemente fuertes señales de haber fracasado, luego de que las firmas locales rechazaron la propuesta de sus pares de comenzar a discutir con un piso equivalente a las importaciones de 2003. Fue así que en una nota, la Fundación Pro-Tejer, que representa a las empresas argentinas, desestimó finalmente la idea de un acuerdo de tipo verbal, propuesto por el titular de la Asociación Brasileña de la Industria Textil (ABIT), Paulo Skaf.

"El pacto de caballeros que propone el presidente de la ABIT, para imponer sus condiciones; y sus amenazas al gobierno argentino de que recurrirán a la Organización Mundial del Comercio si se llegaran a tomar medidas unilaterales para frenar la invasión de productos textiles brasileños a nuestro país, merecen nuestro profundo rechazo", afirmó Pro-Tejer. La entidad señaló así que "si Skaf propone un acuerdo privado de caballeros no puede señalar por anticipado que su mejor oferta para comenzar a negociar, son los volúmenes de importaciones registrados en el 2003".

"Aceptar como piso para el futuro comercial entre ambos países, las exportaciones de textiles brasileños a la Argentina -incrementadas entre 2001 y 2003 en un 34,6 por ciento- sería firmar nuestra propia acta de defunción como industriales y dejar en la calle a más de 450.000 personas", agregó la entidad.

Luego de estos hechos –que parecen marcar el fin de las negociaciones sin intervención estatal- el ministro de Economía, Roberto Lavagna, anunció que la Argentina pondrá en marcha "un sistema de licencias no automáticas para la importación de una serie de productos textiles". Junto a Lavagna, el secretario de Industria de la Nación, Alberto Dumont, explicó en conferencia de prensa que "se trata de un listado de productos que ha sido motivo de seguimiento por parte de las autoridades de ambos gobiernos, principalmente tejidos de algodón e hilados y fibras sintéticas".

Dumont agregó que la importación de tales productos "ha registrado incrementos muy marcados durante el año 2001 y 2003", al tiempo que señaló que "son productos que la industria argentina está muy capacitada para fabricar y abastecer al mercado interno".

Evitando futuras acusaciones de proteccionismo, Dumont remarcó que la medida anunciada constituye "un sistema totalmente OMC (Organización Mundial del Comercio) compatible". "No se trata de medidas para-arancelarias sino de un esquema totalmente contemplado en el acuerdo de la OMC", reiteró.

Buena recepción del empresariado argentino

Tras el anuncio, el empresariado industrial local salió a expresar su apoyo a la aplicación de un sistema de licencias no automáticas para la importación de productos textiles, La Unión Industrial Argentina (UIA) expresó en un comunicado su "satisfacción" por el anuncio de la medida que servirá "para monitorear las importaciones de una serie de productos textiles desde Brasil". "La decisión del Gobierno avanza en el camino de resguardar a la producción nacional de importaciones masivas que afecten el crecimiento de la economía, en particular de aquellos sectores de mano de obra intensiva y que tienen un enorme potencial de nuevas inversiones", señaló la central fabril.

Por su parte, el presidente de la Federación de Industrias Textiles de la Argentina (FITA), Alejandro Sampayo, calificó de "correcta, oportuna y necesaria" la decisión del Ministerio de Economía de otorgar licencias no automáticas a las importaciones textiles, y consideró que el Gobierno "ha dado una señal clarísima de que los problemas de la producción y empleo generados por el comercio exterior no le son ajenos". "No es más que una medida de las que existen en la OMC", destacó Sampayo, quien remarcó que "no significa una restricción, sino una vigilancia al ingreso".

En su rol de impulsor de una medida que contribuya a la solución del conflicto, el presidente de la Fundación Pro-Tejer, Aldo Karagozian, sostuvo a su vez que el sistema de licencias no automáticas "demuestra la vocación del gobierno nacional de cumplir con su palabra de proteger a la industria nacional y de combatir el desempleo". Karagozian denunció "la invasión de productos textiles brasileños que afectaba seriamente el desarrollo de nuestra industria y la estabilidad de 450.000 puestos de trabajo". "Esta resolución -dijo- es una muestra explícita de que la industria textil es considerada, por primera vez en la historia política de nuestro país, como un factor estratégico para el desarrollo productivo nacional", concluyó.

Pese a los hechos y dichos actuales, todavía la puerta de una negociación entre los productores no está cerrada completamente. Muestra de esto es que luego de más de un semestre de negociación, los fabricantes de denim de la Argentina y Brasil ya cerraron el primer acuerdo para limitar el ingreso en el mercado local de la tela utilizada para confeccionar prendas de jean, acordando un volumen 30% inferior al del 2003.

Las tratativas se realizaron entre la local Cámara de Productores de Denim, Corderoy y Afines y la poderosa Associação Brasileira da Indústria Têxtil e de Confecção (ABIT), que luego de marchas y contramarchas lograron un avance sustancial cuando el Gobierno argentino anunció que aplicará licencias no automáticas de importación para productos textiles que trabará burocráticamente el ingreso en el mercado local.

Germán G. Glaz