El futuro de España y América Latina (II)
España enfrentará desafíos y oportunidades en el contexto europeo y doméstico. El principal desafío es cómo reposicionar la economía de manera competitiva entre los 27 países miembros de la Unión Europea y el resto del mundo. La principal oportunidad pasa por aprovechar, de la manera más eficiente posible, las inversiones directas hechas en Sudamérica, principalmente en los países del MERCOSUR, señala Uziel Nogueira* en su segundo trabajo de la serie.
En el primer artículo publicado en mercosurabc, (agregar link España I) delineo el marco de las relaciones internacionales en el cual los países irán a navegar durante este nuevo siglo. Fundamentalmente, la creciente migración del poder económico, financiero y militar (futuro) desde el occidente hacia el oriente. China-Asia, pos crisis económica-financiera 2007/9, muestra un mercado de consumo en franco crecimiento, sistema financiero sólido, más alto nivel de ahorro global y un sector comercial muy dinámico.
En 2011, China se tornará en la principal fuente de financiamiento global, principalmente a través de inversiones directas en bienes (commodities) y servicios (tecnología) que irán a sostener la modernización de su economía. Además, por razones geo – políticas y financiera, China podría jugar un importante rol en el financiamiento de la deuda pública europea a partir de ahora.
UE-EEUU muestra la contra cara de los países de la cuenca Asia-Pacifico. Mercados de consumo en declive, fuerte nivel de endeudamiento público y déficit estructural, sector financiero en crisis y pérdida de competitividad comercial, excepto en el caso de Alemania. Además, la crisis provocará un hecho de alcance político imprevisible.
Durante la según mitad del siglo 20, los países del G-7 distribuyeran toda clase de generosos beneficios a sus ciudadanos en el área de jubilaciones, salud, educación, condiciones laborales y sueldo de los funcionarios públicos. En este inicio del siglo 21, todo lo contrario. El Estado deberá recortar beneficios sociales y, además, aumentar impuestos para el pago de la deuda pública incrementada por la insolvencia del sistema financiero.
La cuestión política pasa por cómo reaccionará la población a raíz de un prolongado periodo de austeridad en la Unión Europea. La situación es algo suavizada por el hecho de que gran parte de la población está compuesta por personas mayores, poco propensas a la acción directa de enfrentamiento en las calles. Al contrario del debate político- ideológico que dominó la escena europea durante la segunda mitad del siglo 20, la cuestión de fondo a partir de ahora, será netamente económica. Bajas tasas de crecimiento económico combinado con austeridad fiscal y alto nivel de desempleo.
España irá a enfrentar desafíos y oportunidades en el contexto europeo y doméstico mencionados arriba. El principal desafío es cómo re-posicionar la economía de manera competitiva entre los 27 países miembros de la Unión Europea y el resto del mundo. La principal oportunidad pasa por aprovechar, de la manera más eficiente posible, las inversiones directas hechas en Sudamérica, principalmente en los países del MERCOSUR. Tales inversiones, utilizadas de manera estratégica, podrían tornarse un importante instrumento para apoyar la economía durante el periodo de austeridad que se avecina.
Superar la actual crisis y sostener un crecimiento económico convergente con el alemán y francés es el gran desafío español. En otras palabras, como alcanzar un nivel de eficiencia y productividad económica compatible con la moneda común, el Euro, que refleja los fundamentos de la economía alemana. La única manera de llegar a este objetivo es provocar una deflación de precios y salarios internos, empezando por el sector público. Las últimas medidas tomadas por las autoridades españolas apuntan a esta dirección. Asimismo, el grado de endeudamiento público indica que el ajuste, con mayor o menor intensidad, podría llevar años. Esto significa bajas tasas de crecimiento del PIB, costo más alto del dinero y poca generación de nuevos empleos.
Los jóvenes con educación universitaria serán el principal grupo social a sufrir los efectos negativos del desempleo. Lo único cierto para el rompecabezas español – y otros países en la periferia de la zona euro – es que terminaron los tiempos en que fue posible trabajar como mediterráneo y recibir como norte europeo.
España ha sido el país con la estrategia más inteligente en aprovechar el periodo de bonanza en la zona euro a partir de los años 90. Periodo caracterizado por un Euro fuerte, tasas de interés bajas y abundancia de crédito. La economía española fue modernizada en todos los sectores, desde la infraestructura de transporte, manufacturas, servicios financieros e ingeniería, hasta el cultural y educacional.
El español consolidó su posición de segundo idioma (después del inglés) en Europa y
Norteamérica. Según la OECD, entre los años 1995-2007 la inversión española directa en el exterior pasó del 6% al 40% del Producto Interno Bruto (PIB). Con fuerte apoyo estatal, la inversión de empresas públicas y privadas superó los US$140,000 millones en 2007. Brasil, México y Argentina han sido el destino de preferencia latinoamericano.
La inversión está concentrada en sectores/áreas estratégicas de la economía que generan un flujo constante y creciente de dinero. El caso más conocido es de Repsol, Telefónica, Santander y centenas de otras empresas españolas que actúan en la región. Con inversiones equivalentes a casi la mitad de su producto interno bruto, puede decirse que la prosperidad futura de España esta intrínsecamente ligada al futuro económico de América Latina, principalmente Brasil y Argentina. El actual ciclo de crecimiento y prosperidad en Sudamérica, liderado por Brasil, ofrece una ventana única de oportunidad al gobierno español. Dinamizar la integración económica de facto existente con los países claves de la región. Para que esto ocurra, es necesario revisar puntos de la agenda de integración tanto de fondo como de forma.
Primero, es necesario desarrollar una agenda estratégica, de corto y mediano plazo, junto a los países miembros del MERCOSUR sobre el papel de las empresas e inversiones españolas en la agenda de desarrollo de cada país. Hay que recordar la sensibilidad política involucrada en el tema. Muchos creen que la empresa petrolera YPF en Argentina y la empresa telefónica TELESP en Brasil han sido 'regaladas' por Carlos Menem y Fernando Henrique Cardoso a los intereses económicos españoles. Así, hay que buscar una agenda positiva para tratar el tema. Por ejemplo, combinar la sinergia de empresas españolas y empresas locales con el propósito de atraer inversiones asiáticas, principalmente de China. La perspectiva de integrar negocios MERCOSUR + España/Portugal + UE presenta un paquete muy atractivo para el inversor chino que busca economía de escala para expandir sus inversiones y negocios a nivel global.
Segundo, es necesario rejuvenecer y modernizar el aparato institucional de conexión con el MERCOSUR. Las actuales cumbres presidenciales son una pérdida de tiempo y dinero para los contribuyentes españoles y sudamericanos. Las cumbres son conocidas acá como turismo de jefes de estado y gobierno. Además, es imposible que órganos de enlace -- liderado por ex políticos septuagenarios – puedan generar algún pensamiento nuevo o llevar a cabo alguna acción concreta para dinamizar el proceso de integración en el siglo 21. Finalmente, una consejo (diplomático) a los funcionarios españoles, académicos, políticos y hombres de negocio que visitan Buenos Aires y Brasilia. Nunca decir en las conversaciones, formales o informales, que España es “el puente” para que Sudamérica ingrese y comparta la prosperidad europea. Es considerado un chiste de mal gusto entre los diplomáticos de Itamaraty y la Cancillería argentina.
• Uziel Nogueira, consultor brasileño sobre temas de relaciones internacionales