El Mercosur en las puertas del Bicentenario

El Bicentenario de la gesta de 1810, nos descubre retomando algunas de las ideas claves de los revolucionarios de mayo, reivindicando y haciendo realidad el proyecto de integración sudamericana, y construyendo un modelo de desarrollo inevitablemente insertado en las corrientes económicas internacionales pero buscando un perfil adecuado a sus necesidades e intereses, señala la profesora Alicia Moreno en la nota que se reproduce a continuación. En el trabajo, la ex integrante del SGP6 de medio ambiente, analiza el origin del proceso de integración regional y las variables históricas en las que se inserta.


La gesta emancipadora de 1810 representa un momento trascendental para nuestra historia. En un esclarecedor recorrido por los escritos de los hombres de mayo, la historiadora Liliana Varela sostiene la hipótesis de una coincidencia entre la Revolución de Mayo y la Francesa. Para demostrarlo recurre a los escritos de Belgrano, Vieytes y Moreno. Belgrano y Vieytes, como pensadores de un modelo de desarrollo global y sistemático para el Río de la Plata teniendo como base los desarrollos alcanzados por las burguesías de los países desarrollados, sin perder de vista la realidad local. Moreno, en tanto figura que expresa el concepto de revolución, a través de la ruptura con el orden español. 1

Desde la perspectiva de la integración regional, puede vislumbrarse un fuerte vínculo que articula el contexto político-económico de 1810 con la realidad actual, a pocos años del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

Tres son las claves del proceso revolucionario que me interesa señalar en este artículo: la primera es la idea de la elaboración de una estrategia de desarrollo en función de la realidad local. Se buscó en los países europeos aquellos instrumentos políticos, normativos, estratégicos que favorecieran a alcanzar el objetivo del desarrollo sin que ello implicara replicarlos en América descuidando las características locales y regionales y las diferencias en términos de historia y nivel económico alcanzado. La segunda clave se relaciona con el nivel continental de la gesta libertadora. La idea de la independencia tenía sentido y viabilidad en tanto se diera de manera continuada en el tiempo y espacio en todos los territorios bajo dominio español. Por último, resulta oportuno señalar la necesaria aceleración de los tiempos para definir el proceso emancipatorio: la Revolución de Mayo fue gestada y concretada en medio siglo, cuando un proceso similar llevó a Europa cerca de cuatro siglos.

Veamos ahora cómo se originó el proceso de integración regional y en qué variables históricas se inserta. En la década del 80 los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney, se enfrentaban a un enorme desafío político y económico. No solo debían sostener las democracias recién recuperadas sino debían enfrentar un nuevo modelo económico internacional basado en la apertura de los mercados de capitales y bienes transables. Convencidos de que la idea de una alianza estratégica Argentina- Brasil era el mejor camino para mantener la paz en la región y enfrentar los desafíos que presentaba la nueva agenda económica internacional, dieron los primeros pasos para la constitución de un acuerdo de cooperación interinstitucional que finalizaría con la conformación de un mercado común. La visión de la necesidad de superar un modelo que ya asomaba como agotado y la necesidad de una solución innovadora para la región aparece como la primera coincidencia de ambos procesos.

En segundo lugar, cabe señalar que si bien el proyecto integrador tuvo parte de su inspiración en la integración europea, no se establecieron órganos supranacionales sino que el proceso quedó a cargo de los gobiernos de los Estados. Esta decisión obedeció, además de la oposición de Brasil, a la necesidad de evitar repetir el error de experiencias anteriores en las que se crearon verdaderas burocracias de la integración cuyas decisiones tuvieran poco o nulo efecto sobre las administraciones nacionales y locales de los miembros (Bouzas y Soltz 2001). Además, dadas las asimetrías constitucionales, tempranamente hubieran aparecido conflictos derivados de la cesión de soberanía a manos de órganos supranacionales. Se articuló entonces una estructura institucional intergubernamental que, orientada por los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio, permitió que la iniciativa echara raíces en cada uno de los Estados Partes.2 Estamos nuevamente frente al caso de buscar modelos o herramientas en regiones más adelantadas, pero eludiendo replicar sistemáticamente una experiencia que hubiera llevado a nueva frustración.

En último término, señalé la variable tiempo. Si la aceleración de los tiempos tuvo sus costos para la evolución de Mayo, qué decir para el MERCOSUR. A Europa le tomó décadas y el cumplimiento de los compromisos establecidos en varios Tratados para alcanzar un nivel de integración política, económica, monetaria, comercial, educativa, etc., que hoy es única en el mundo. Aún así, no todos los países han entrado al área monetaria común y menos aún suscripto la propuesta de constitución europea. No obstante, no hay dudas de que el concepto de spillover (derrame) que los Funcionalistas habían anticipado, en términos generales se ha cumplido. Prueba de ello es la lista de países recientemente ingresados y los que esperan entrar a la Comunidad porque tarde o temprano cosecharan los frutos del desarrollo y la protección comunitaria.

El MERCOSUR, al igual que la Revolución de Mayo, vivió una aceleración de sus tiempos en relación con el proceso europeo. Si bien es cierto que el MERCOSUR adquirió un sesgo fuertemente comercial, el cumplimiento del proceso automático y progresivo de desgravación arancelaria, establecido en el Anexo I del Tratado de Asunción produjo en pocos años un crecimiento exponencial del comercio intrazona, y la concreción de esquemas de cooperación institucionalizada en otras materias y aspectos relevantes (Bouzas y Soltz 2001). El establecimiento de los fondos estructurales, la introducción de la sociedad civil y el Parlamento como actores relevantes del proceso y la búsqueda de mayor eficiencia y eficacia del esquema jurídico-institucional son las nuevas instancias que, paralelas al eje comercial, vuelven a darle al bloque el perfil político estratégico que había perdido. Sin minimizar dificultades y debilidades, hay evidencias de un proceso que, más allá de los momentos de estancamiento, vivió una aceleración de los tiempos en relación a otras experiencias.

Para finalizar y volviendo a la conmemoración del Bicentenario, queda por señalar las diferencias que han identificado muchos actores en relación con el primer Centenario. El 25 de mayo de 1910 encontró a Buenos Aires de espaldas a América Latina, con la vista en una Europa que seguía siendo modelo, aliada y socia comercial de la clase dirigente argentina. Los festejos del Centenario presentaron la paradoja de haberse realizado bajo estado de sitio y a días de reclamos obreros que amenazaban llegar a esa fecha bajo una huelga general. No obstante, se festejó de manera opulenta, mostrando al mundo los resultados de un modelo económico aún en apogeo.

El Bicentenario nos descubre retomando algunas de las ideas claves de los revolucionarios de mayo, reivindicando y haciendo realidad el proyecto de integración sudamericana, y construyendo un modelo de desarrollo inevitablemente insertado en las corrientes económicas internacionales pero buscando un perfil adecuado a sus necesidades e intereses.

Si los festejos del Bicentenario encuentran reunidos frente al Cabildo de Buenos Aires a los mandatarios y representantes de la sociedad de los países que integran el MERCOSUR y la Comunidad Andina de Naciones –ambos comprometidos con el proyecto de la Comunidad Sudamericana de Naciones- habremos logrado que esta celebración represente mucho más que una efeméride: claramente será en alguna medida el sueño cumplido de los revolucionarios de 1810.

 

Notas
1 Liliana Varela en El concepto de la revolución a través de los escritos de los integrantes de la generación de mayo.
2 No es el momento de analizar ventajas y desventajas de la estructura institucional del MERCOSUR ya que esto se hace en otro artículo de esta publicación. Solo se busca evidenciar la diferencia respecto de la construcción de la Unión Europea desde el punto de vista institucional atendiendo la realidad y experiencias locales.


* Profesora Nacional de Geografía. Maestría en Integración Regional y MERCOSUR de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Docente invitada a la Orientación en Desarrollo Humano y Medio Ambiente de la misma Maestría.
Ex integrante del SGT 6 Medio Ambiente del MERCOSUR

Alicia Moreno