El Mercosur sigue siendo el núcleo duro de la integración regional

El consenso en el manejo de la crisis paraguaya y la resuelta decisión de usar el vacío jurídico dejado por la suspensión paraguaya para incluir a Venezuela en el Mercosur, deshace la discusión en cuanto a la posible licuación del bloque en la Unasur. El Mercosur sigue siendo el núcleo duro de la integración latinoamericana. Al asumir la presidencia pro tempore del semestre, Dilma Rousseff, afirmó que el objetivo es lograr que América Latina no sea vista "solamente como una proveedora de alimentos, minerales y energía", sino que deseamos " tener pueblos educados, y para eso es necesario generar valor agregado". La línea de trabajo de Argentina del último semestre, con fuertes avances en debates sobre integración productiva y tecnológica, destacó; será impulsada desde su presidencia.


Aseguró que es "consciente de que tenemos retos y oportunidades". "Retos, porque debemos integrarnos cada vez más para enfrentar la crisis económicas que afecta a los países desarrollados, en especial a la zona del euro, y debemos hacerlo planteando la necesidad de lograr la distribución del ingreso y la inclusión Social". "De esa manera el crecimiento de nuestras economías se realizará de manera sostenible", sentenció la mandataria.

El Mercosur es un "mercado común que construimos a lo largo de varias décadas con mucho esfuerzo" y una de las características principales de esta integración es "el compromiso democrático fundamental", dijo haciendo referencia a la situación en Paraguay, luego que Fernando Lugo fue destituido. Y añadió que todos los países de la región deben "hacer los mejores esfuerzos para que las próximas elecciones de Paraguay sean libres y justas".

Mientras tanto, el presidente de Venezuela, la quinta economía latinoamericana, con un PBI de US$ 337,4 mil millones y una población de 30,4 millones de habitantes, anunció que designará una comisión presidencial para abordar el tema del ingreso pleno de su país al Mercosur en la que, señaló, "puede haber incluso" miembros del sector privado.

"Quiero crear una comisión presidencial del Mercosur (...) y que no solo esté un grupo de ministros, sino otros venezolanos, una comisión integral, puede haber incluso miembros del sector privado productivo, ese sector privado que produce y trabaja", dijo Chávez al presidir un Consejo de Ministros dedicado al área económica.

Tras la cita en Montevideo, los mandatarios anunciaron la creación de un "Grupo de Diálogo de Alto Nivel para el impulso de la incorporación de nuevos miembros plenos al bloque regional", asegurando que esto constituye "un paso fundamental para la consolidación del bloque y el fortalecimiento del proceso de integración de América del Sur".

Se cumplía de esta manera la premisa del dimitente Alto Representante del Mercosur, Samuel Pinheiro Guimaraes, que recomendó la ampliación del proceso de integración desde el Mercosur y no desde la naciente Unasur.

En el proceso de la crisis paraguaya y la resolución de incluir al país andino en el bloque suramericano, Mercosur no dudó en usar sus armas políticas y económicas, que son las que marcan la diferencia con los parámetros esenciales, pero eminentemente políticos de Unasur. El organismo no logró reunir a sus representantes en Lima y debió llamar a una reunión de emergencia pos Mercosur para producir su declaración contra el juicio político sumarísimo a Fernando Lugo.

Sin duda, la geopolítica de la región mudará con una Venezuela orientada hacia América del Sur, y en la que existen fuertes lazos comerciales y de inversiones con Brasil. Sin contar con una nueva ecuación energética para el Mercosur que lo beneficiará sin duda alguna.

En la cumbre de Montevideo de diciembre de 2011, el representante de Aladi, Carlos Alvarez, señalaba, en momentos en que el senado paraguayo frenaba el ingreso venezolano, que desde su punto de vista, el ingreso de esta nación como miembro pleno terminaría de completar el mapa regional energético. “Es una economía complementaria y es la primera vez en la historia que un país de esa importancia se relaciona con los países del cono sur”, subrayaba Álvarez.

La entrada de Venezuela como miembro pleno al Mercosur tendrá un impacto en lo social, económico y geopolítico, así como en el fortalecimiento de la integración latinoamericana y de la propia instancia regional.


Reacción de los empresarios de San Pablo

No todas las reacciones al ingreso de Venezuela como miembro pleno al bloque fueron favorables. El presidente del Consejo de Comercio Exterior de la Federación de Empresarios de San Pablo (Fiesp), Rubens Barbosa, acusó al gobierno argentino de “herir de muerte” al Mercosur y sostuvo que el bloque dejó de lado lo comercial para ser un instrumento de política regional. Según el empresario "el Mercosur hoy como instrumento de política comercial terminó, no vale nada para la apertura de comercio, ahora se transformó en un foro político, lo que vimos ayer (por el viernes) fue eso, con el juzgamiento a Paraguay y el ingreso de Venezuela sin negociación ni compromiso de ingreso".

Lo cierto es que si se pasa a una etapa de activa integración, el aspecto comercial, que quedará regulado en el caso de Brasil y Argentina por comisiones de ambos gobiernos (ver nota aparte), dejará de tener el primer lugar, para ocupar el primero la integración productiva multilatinas/ pymes y pymes/ pymes.

"Argentina adoptó medidas que van en contra del Mercosur, y ahora esto culminó con el ingreso de Venezuela sin ninguna negociación concreta", dijo el empresario que fue funcionario de la cancillería brasileña durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y representante permanente de Brasil ante la Asociación latinoamericana de Integración (ALADI).

En Uruguay hubo posiciones muy duras por parte de la oposición. El ex canciller y senador del Partido Nacional, Sergio Abreu, aseguró que permitir el ingreso de Venezuela al bloque, "es un golpe de estado en el Mercosur, es una ruptura de la relación jurídica, una interpretación abusiva de los derechos que tienen los estados", según lo recogido por AFP.

Con el apoyo que dio Uruguay a la decisión impulsada por Argentina y Brasil "no se está defendiendo el derecho internacional y como país pequeño siempre debe ceñirse a las normas internacionales porque mañana nos puede pasar a nosotros", agregó Abreu.

Curiosamente, el representante del Partido Independiente, del espectro de izquierda, coincidió con estas posiciones conservadoras y aseguró que las decisiones tomadas en Mendoza "completan la destrucción del Mercosur, destruido en lo comercial hace mucho tiempo por decisión de los países grandes y ahora se suma esta destrucción desde el punto de vista político".

Por su parte, el ex presidente Tabaré Vázquez apoyó la medida, y por tanto la decisión del presidente de la República, Pepe Mujica.


En Venezuela

El ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercado Común del Sur (Mercosur) profundiza el proceso de integración regional y reafirma la posibilidad de dar un salto al desarrollo y derrotar la pobreza, declararon las autoridades de ese país.

De acuerdo con el presidente del Parlamento Latinoamericano (Grupo Venezuela), Rodrigo Cabezas, la integración no es un tema meramente comercial-aduanero sino sustentado en principios como la complementación productiva y la solidaridad.

A juicio del también economista, la incorporación de esta nación, oficialmente a partir del próximo 31 de julio, supondrá un desafío para la economía venezolana, pues debe reforzar su estrategia de industrialización para las exportaciones. Esta preocupación es compartida por Fedecámaras, que temen por el ingreso de los productos de sus nuevos socios. El vicepresidente de la entidad empresaria, Jorge Roig, sostuvo que ”a menos que se tomaran medidas importantes para incentivar la producción y la exportación, lo que se generaría sería una mayor entrada de productos extranjeros".

Para aprovechar el ensanchamiento del mercado a un área de 400 millones de habitantes y de 3,1 billones de dólares en cuanto al tamaño de la economía para colocar los productos nacionales, Venezuela iniciará un proceso de negociación de plazos y condiciones diferentes con los tres países del Mercosur para adoptar zonas de libre comercio.

Esto se hace, añadió el legislador y economista, en un contexto que establece para el ingreso de países mecanismos de gradualidad, flexibilidad, equilibrio y reconocimiento de asimetrías, con el propósito de evitar distorsiones productivas al interior del nuevo socio. Según Cabezas, la nación suramericana tendrá plazos de ocho a 10 años para adecuar su estructura aduanera y comercial al Mercosur, que desde 1991 adelanta normas y acuerdos entre sus miembros y también con otros países y mecanismos.


Graciela Baquero