El sistema financiero y las Pymex. Grandes lechos de negocios desaprovechados
Un rápido desarrollo de las Pymes exportadoras que no está acompañado por propuestas de negocios e inversiones por parte del sistema financiero. Una oferta precaria y poco diversificada produce un fenómeno doble. No sólo no se crea crédito, especialmente a mediano y largo plazo, sino que tampoco es posible captar los excedentes de ahorros que la sociedad tiene, con lo que se produce deseconomía en las dos puntas. En su ponencia “Avances y obstáculos para el financiamiento de las Pymes en Argentina”, en el marco de la 5º Conferencia del Observatorio Pyme desarrollada en Buenos Aires, el director del BC advirtió sobre la lentitud del sistema financiero para responder a los instrumentos requeridos por las Pymex, y su concentración casi exclusiva en segmentos rentables cortoplacistas. El rol del sistema en realidad debería ser el de acompañar a la empresa exportadora en el armado de su ingeniería financiera, un gran lecho de negocios desaprovechado, expresó Arnaldo Bocco. Hoy sólo el 14% del PBI se destina a préstamos al sector privado, además de advertirse un panorama de bajo nivel de bancarización, el menor de la región, y por otra parte concentrado en específicos sectores y regiones geográficas del país.
La Argentina tiene un enorme potencial de evolución a futuro, sin embargo cuenta con una asignación de recursos en el plano de las relaciones entre el mundo de las finanzas y el mundo de la economía real que precisamente deben ser mejoradas en un grado muy importante. La percepción del BCRA era muy difusa sobre lo que estaba ocurriendo y comenzamos con las áreas del Banco especializadas a hacer una serie de trabajos, básicamente sobre la bancarización y la evolución del derrotero que sigue el crédito en la Argentina, y a lo sectores que esta oferta crediticia puede satisfacer, dijo Bocco en su presentación.
Partimos de un punto lamentablemente muy negativo y es que el sistema financiero argentino tiene una participación de créditos que si bien ha venido creciendo a tasas muy importantes, el crédito al sector privado tiene dimensiones no comparables ni con los países emergentes, ni con América Latina ni con ningún país de desarrollo intermedio, mucho menos con los países desarrollados.
Se puede decir que esto es producto de la crisis, previo a la crisis el nivel de préstamos al sector privado pudo haber sido más alto, hoy estamos en menos del 14% del producto llegamos a tener un poquito menos del doble de eso pero realmente necesitamos dar un salto de calidad en materia de ofertas de crédito al sector privado que no está solamente asociado al papel del Estado ni de la diversificación de normas que se puedan hacer, ni tampoco de la voluntad o no voluntad que tenga el sistema en prestar sino un conjunto de determinantes institucionales que han cambiado la lógica de funcionamiento empresarial del mundo financiero en relación al mundo de la economía real, y esto es vital, explicó el directivo.
Los factores que limitan el acceso al financiamiento
Nosotros tenemos aquí las principales caracterizaciones que se mencionan habitualmente como factores que limitan el acceso al financiamiento por parte de la pequeña y mediana empresa, e incluso de medianas grandes empresas, unos son los problemas macroeconómicos, algunos de los cuales en la Argentina se convierten en obstáculos y en otros se convierten en incentivos, otros son jurídicos, que son marcos generales que a veces permiten determinados tipos de cosas y otras veces las leyes que disponemos en materia financiera no facilitan determinadas intervenciones que el Banco Central podría hacer para facilitar algunos aspectos tan vinculados con puntos básicamente de ofertas de servicios financieros. La encuesta hecha por el BCRA muestra que hay una gran disparidad en la bancarización a nivel provincial. Santiago del Estero, Misiones y Formosa presentan una cobertura "extremadamente limitada" mientras que Buenos Aires, Santa Cruz y Tierra del Fuego figuran con la mayor cobertura en relación a la población. Según Bocco, "el panorama es muy delicado en las provincias con oferta limitada" y esto se debe al desinterés de las entidades financieras.
Y después hay problemas también de asimetría en la información porque a veces hay información que no es comparable y eso hace que el sistema no funcione en forma completa.
Para estudiar estos casos, el Banco Central desarrolló una encuesta propia entre las familias y en los hogares argentinos, y otra entre empresas y entidades financieras, reguladas por el Banco Central, y no reguladas. Más o menos se entrevistaron 2500 familias en todo el país, unas 600 empresas, y 165 entidades financieras reguladas y no reguladas.
La encuesta y sus resultados
Es una encuesta muy rica que el BC presentó a las asociaciones de Bancos, y en otros ámbitos, para permitir progresivamente mejor acceso al conocimiento de la realidad y de cómo la sociedad expresada por las familias, por los individuos o expresada por las empresas percibe al sistema bancario. Y no solamente por la actitud frente a la crisis o después de la crisis sino pasados ya prácticamente 6 años posteriores a la crisis, cómo lo percibe.
El grado de bancarización es diferencial, con diferencias que en algunos casos son apreciables. Entre las empresas por sectores, agro, industria, comercio, servicios, etc, el grado de bancarización significa que tiene algún producto financiero, si se trata de sectores el comercio es el menos bancarizado. La industria es el más bancarizado, porque tal vez tiene una cuenta corriente o tiene alguna operación financiera con el sistema, la menos bancarizada es la pequeña empresa.
De acuerdo con la encuesta del BC, en referencia a los productos por tamaño, la micro empresa tiene un menor acceso a las cuentas corrientes, el crédito es mucho menor; las grandes empresas tienen el 48% contra el 31% de la micro y la pequeña, es muy escaso el nivel de ahorro que captan las empresas.
Hay una gran cantidad de empresas que están bancarizadas y otras que no están bancarizadas, unas que no son consumidoras de servicios financieros; otras que no tienen financiamiento y no están interesadas en el sistema bancario; otras no tienen financiamiento pero están interesadas; otras están financiadas por el sistema informal; otras están financiadas por Bancos y por sistema informal, no regulados por el Banco Central, y otras están financiadas sólo por Bancos.
Hay grandes lechos de negocios inexplotados y esa es la percepción que surge de las empresas. Precisamente el grado de desatención que tiene el sistema sobre las empresas exportadoras es muy importante, aún teniendo antigüedad en esa actividad, con empleados que tienen un grado de relevancia importante, y que han invertido. Sin embargo el grado de desatención es extremadamente alto.
El porcentaje de pymes que han solicitado crédito y fracasaron llega al 87%, fenomenal desincentivo que hace que no sea muy probable que por un tema que quizás fue mínimo, el empresario no vuelva a intentarlo. Se trata de aplicar la casuística. Es tremendamente importante que la entidad acompañe a aquella persona que fue excluida porque a lo mejor el problema no era de ella sino de su historia. El Banco Central en eso aplicaba normas para desacoplar el pasado del futuro y si viene con un buen plan de negocios darle la posibilidad de que esa empresa califique nuevamente para reinsertarla en el sistema de crédito. Hay más de 500000 empresas pequeñas que no tienen cuenta bancaria en la Argentina, señaló el economista.
Lo que advertimos es que en la medida en que la oferta es precaria y poco diversificada, se producen dos fenómenos: no solo no es posible el crédito sino que no es posible captar los excedentes de ahorros que la sociedad tiene, entonces hay deseconomía en las dos puntas. Es decir por un lado es muy bueno que las empresas utilicen recursos propios porque probablemente son más baratos, reinvirtiendo utilidades para expandirse, pero también es bueno que esa empresa incentive a lo mejor inversiones en otras actividades y al mismo tiempo apalanque con su propio patrimonio su expansión y eso lo haga a través de financiamiento de mediano y de largo plazo con el sistema bancario. Quien tiene que armar la ingeniería financiera de eso, como empresario es el sistema, y hoy no hay normas que lo obstaculicen, expresó Bocco.
El principal problema que tenemos es el largo y el mediano plazo, ya que lo que hoy crece es el descuento de documentos, es el descuento de cartera comercial, es el financiamiento de una cartera comercial muy simple y no aparecen financiamientos, subrayó el director del BCRA.
Partimos de un punto lamentablemente muy negativo y es que el sistema financiero argentino tiene una participación de créditos que si bien ha venido creciendo a tasas muy importantes, el crédito al sector privado tiene dimensiones no comparables ni con los países emergentes, ni con América Latina ni con ningún país de desarrollo intermedio, mucho menos con los países desarrollados.
Se puede decir que esto es producto de la crisis, previo a la crisis el nivel de préstamos al sector privado pudo haber sido más alto, hoy estamos en menos del 14% del producto llegamos a tener un poquito menos del doble de eso pero realmente necesitamos dar un salto de calidad en materia de ofertas de crédito al sector privado que no está solamente asociado al papel del Estado ni de la diversificación de normas que se puedan hacer, ni tampoco de la voluntad o no voluntad que tenga el sistema en prestar sino un conjunto de determinantes institucionales que han cambiado la lógica de funcionamiento empresarial del mundo financiero en relación al mundo de la economía real, y esto es vital, explicó el directivo.
Los factores que limitan el acceso al financiamiento
Nosotros tenemos aquí las principales caracterizaciones que se mencionan habitualmente como factores que limitan el acceso al financiamiento por parte de la pequeña y mediana empresa, e incluso de medianas grandes empresas, unos son los problemas macroeconómicos, algunos de los cuales en la Argentina se convierten en obstáculos y en otros se convierten en incentivos, otros son jurídicos, que son marcos generales que a veces permiten determinados tipos de cosas y otras veces las leyes que disponemos en materia financiera no facilitan determinadas intervenciones que el Banco Central podría hacer para facilitar algunos aspectos tan vinculados con puntos básicamente de ofertas de servicios financieros. La encuesta hecha por el BCRA muestra que hay una gran disparidad en la bancarización a nivel provincial. Santiago del Estero, Misiones y Formosa presentan una cobertura "extremadamente limitada" mientras que Buenos Aires, Santa Cruz y Tierra del Fuego figuran con la mayor cobertura en relación a la población. Según Bocco, "el panorama es muy delicado en las provincias con oferta limitada" y esto se debe al desinterés de las entidades financieras.
Y después hay problemas también de asimetría en la información porque a veces hay información que no es comparable y eso hace que el sistema no funcione en forma completa.
Para estudiar estos casos, el Banco Central desarrolló una encuesta propia entre las familias y en los hogares argentinos, y otra entre empresas y entidades financieras, reguladas por el Banco Central, y no reguladas. Más o menos se entrevistaron 2500 familias en todo el país, unas 600 empresas, y 165 entidades financieras reguladas y no reguladas.
La encuesta y sus resultados
Es una encuesta muy rica que el BC presentó a las asociaciones de Bancos, y en otros ámbitos, para permitir progresivamente mejor acceso al conocimiento de la realidad y de cómo la sociedad expresada por las familias, por los individuos o expresada por las empresas percibe al sistema bancario. Y no solamente por la actitud frente a la crisis o después de la crisis sino pasados ya prácticamente 6 años posteriores a la crisis, cómo lo percibe.
El grado de bancarización es diferencial, con diferencias que en algunos casos son apreciables. Entre las empresas por sectores, agro, industria, comercio, servicios, etc, el grado de bancarización significa que tiene algún producto financiero, si se trata de sectores el comercio es el menos bancarizado. La industria es el más bancarizado, porque tal vez tiene una cuenta corriente o tiene alguna operación financiera con el sistema, la menos bancarizada es la pequeña empresa.
De acuerdo con la encuesta del BC, en referencia a los productos por tamaño, la micro empresa tiene un menor acceso a las cuentas corrientes, el crédito es mucho menor; las grandes empresas tienen el 48% contra el 31% de la micro y la pequeña, es muy escaso el nivel de ahorro que captan las empresas.
Hay una gran cantidad de empresas que están bancarizadas y otras que no están bancarizadas, unas que no son consumidoras de servicios financieros; otras que no tienen financiamiento y no están interesadas en el sistema bancario; otras no tienen financiamiento pero están interesadas; otras están financiadas por el sistema informal; otras están financiadas por Bancos y por sistema informal, no regulados por el Banco Central, y otras están financiadas sólo por Bancos.
Hay grandes lechos de negocios inexplotados y esa es la percepción que surge de las empresas. Precisamente el grado de desatención que tiene el sistema sobre las empresas exportadoras es muy importante, aún teniendo antigüedad en esa actividad, con empleados que tienen un grado de relevancia importante, y que han invertido. Sin embargo el grado de desatención es extremadamente alto.
El porcentaje de pymes que han solicitado crédito y fracasaron llega al 87%, fenomenal desincentivo que hace que no sea muy probable que por un tema que quizás fue mínimo, el empresario no vuelva a intentarlo. Se trata de aplicar la casuística. Es tremendamente importante que la entidad acompañe a aquella persona que fue excluida porque a lo mejor el problema no era de ella sino de su historia. El Banco Central en eso aplicaba normas para desacoplar el pasado del futuro y si viene con un buen plan de negocios darle la posibilidad de que esa empresa califique nuevamente para reinsertarla en el sistema de crédito. Hay más de 500000 empresas pequeñas que no tienen cuenta bancaria en la Argentina, señaló el economista.
Lo que advertimos es que en la medida en que la oferta es precaria y poco diversificada, se producen dos fenómenos: no solo no es posible el crédito sino que no es posible captar los excedentes de ahorros que la sociedad tiene, entonces hay deseconomía en las dos puntas. Es decir por un lado es muy bueno que las empresas utilicen recursos propios porque probablemente son más baratos, reinvirtiendo utilidades para expandirse, pero también es bueno que esa empresa incentive a lo mejor inversiones en otras actividades y al mismo tiempo apalanque con su propio patrimonio su expansión y eso lo haga a través de financiamiento de mediano y de largo plazo con el sistema bancario. Quien tiene que armar la ingeniería financiera de eso, como empresario es el sistema, y hoy no hay normas que lo obstaculicen, expresó Bocco.
El principal problema que tenemos es el largo y el mediano plazo, ya que lo que hoy crece es el descuento de documentos, es el descuento de cartera comercial, es el financiamiento de una cartera comercial muy simple y no aparecen financiamientos, subrayó el director del BCRA.
Graciela Baquero