Empresarios brasileños y europeos en la cooperación pos crisis
Paralelamente a la cumbre bilateral, la reunión empresaria concluyó con una declaración que define claramente la cooperación estratégica entre sectores industriales brasileños y europeos, en el mundo de pos crisis, explica Félix Peña en su trabajo.
Simultáneamente a la cumbre bilateral, se realizó también en Estocolmo la tercera reunión empresaria Brasil-UE, cuya agenda se encuentra en: http://www.medefinternational.fr/.
Como resultado de esta reunión empresaria se aprobó una declaración final con el título de "Building cooperation for the post-crisis world" (ver http://www.cni.org.br/ ).
En la práctica, ambas reuniones parecen privilegiar la relación europea con el Brasil frente a lo que se había planteado en el Tratado de Madrid de 1995 como espacio de cooperación entre el Mercosur y la UE, que si bien sigue vigente y que cuenta con una agenda muy amplia, ésta no ha sido desarrollada hasta el presente.
Merece destacarse el siguiente párrafo de la declaración empresaria, ya que pone en evidencia una intención de avanzar por carriles bilaterales sobre temas que se podía suponer eran propios del carril bi-regional: "Sectoral dialogues under the Strategic Partnership need now to move forward and begin to deliver trade and investment opportunities for companies: The EU Brazil Strategic Partnership is an important milestone in our economic relations, recognizing the pre-eminent role of the bilateral relationship in Latin America and acknowledging the shared economic objectives for both parties. EU and Brazilian companies note with approval that steps have been taken toward the establishment of regulatory dialogues on important industrial sectors (steel, non-ferrous metals and minerals; forest products; and textiles and clothing). Industry is ready to work with the Brazilian government and the European Commission to tackle the problems of their sectors. Companies now call for a recommitment to taking action on both sides. In time other dialogues can be envisaged, particularly on intellectual property rights, customs policy and regulations on climate change affecting trade in goods and services".
Uno de los supuestos de esta alianza estratégica es la capacidad de liderazgo regional que el Brasil podría tener especialmente en el espacio sudamericano. Una reflexión cabe al respecto. Es un hecho que el Brasil - que es sin duda un país relevante - ha adquirido una protagonismo global y regional y un prestigio en buena medida basado en su dimensión económica - muy potenciada por aciertos indudables de su política económica en los últimos diez años y por sus recientes descubrimientos de una enorme riqueza de hidrocarburos - y por una creciente calidad institucional que reconoce su origen en los logros acumulados durante los períodos gubernamentales de los Presidentes Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva. Con todo lo positivo que ello significa, incluso para la Argentina y la región sudamericana, ello no implica necesariamente que como consecuencia de su poder relativo y su prestigio creciente, el Brasil pueda legítimamente sostener que habla en nombre de América del Sur ni que pueda ejercer un liderazgo regional indiscutido. Un reciente artículo de Julio María Sanguinetti, publicado en el diario La Nación del 2 de octubre con el elocuente título "Brasil y el triunfalismo", alerta con razón sobre los riesgos de un "triunfalismo" que conduzca a asumir tal liderazgo. Dar por sentada la calidad futura del relacionamiento del Brasil con sus socios sudamericanos, incluso con la Argentina, es algo no recomendable ya que podría conducir a errores serios de tipo estratégico.
Como resultado de esta reunión empresaria se aprobó una declaración final con el título de "Building cooperation for the post-crisis world" (ver http://www.cni.org.br/ ).
En la práctica, ambas reuniones parecen privilegiar la relación europea con el Brasil frente a lo que se había planteado en el Tratado de Madrid de 1995 como espacio de cooperación entre el Mercosur y la UE, que si bien sigue vigente y que cuenta con una agenda muy amplia, ésta no ha sido desarrollada hasta el presente.
Merece destacarse el siguiente párrafo de la declaración empresaria, ya que pone en evidencia una intención de avanzar por carriles bilaterales sobre temas que se podía suponer eran propios del carril bi-regional: "Sectoral dialogues under the Strategic Partnership need now to move forward and begin to deliver trade and investment opportunities for companies: The EU Brazil Strategic Partnership is an important milestone in our economic relations, recognizing the pre-eminent role of the bilateral relationship in Latin America and acknowledging the shared economic objectives for both parties. EU and Brazilian companies note with approval that steps have been taken toward the establishment of regulatory dialogues on important industrial sectors (steel, non-ferrous metals and minerals; forest products; and textiles and clothing). Industry is ready to work with the Brazilian government and the European Commission to tackle the problems of their sectors. Companies now call for a recommitment to taking action on both sides. In time other dialogues can be envisaged, particularly on intellectual property rights, customs policy and regulations on climate change affecting trade in goods and services".
Uno de los supuestos de esta alianza estratégica es la capacidad de liderazgo regional que el Brasil podría tener especialmente en el espacio sudamericano. Una reflexión cabe al respecto. Es un hecho que el Brasil - que es sin duda un país relevante - ha adquirido una protagonismo global y regional y un prestigio en buena medida basado en su dimensión económica - muy potenciada por aciertos indudables de su política económica en los últimos diez años y por sus recientes descubrimientos de una enorme riqueza de hidrocarburos - y por una creciente calidad institucional que reconoce su origen en los logros acumulados durante los períodos gubernamentales de los Presidentes Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva. Con todo lo positivo que ello significa, incluso para la Argentina y la región sudamericana, ello no implica necesariamente que como consecuencia de su poder relativo y su prestigio creciente, el Brasil pueda legítimamente sostener que habla en nombre de América del Sur ni que pueda ejercer un liderazgo regional indiscutido. Un reciente artículo de Julio María Sanguinetti, publicado en el diario La Nación del 2 de octubre con el elocuente título "Brasil y el triunfalismo", alerta con razón sobre los riesgos de un "triunfalismo" que conduzca a asumir tal liderazgo. Dar por sentada la calidad futura del relacionamiento del Brasil con sus socios sudamericanos, incluso con la Argentina, es algo no recomendable ya que podría conducir a errores serios de tipo estratégico.
Félix Peña