Flexibilización para las pequeñas economías. Política externa coordinada. El liderazgo de Brasil

Con una apuesta por una política externa mancomunada, tanto en el ámbito de la OMC como de las negociaciones bilaterales con la Unión Europea, la reunión del Consejo Mercado desarrollada entre el 27 y 29 de junio en la ciudad de Asunción, culminó con una Declaración en la que se reflejan algunos avances en lo que se refiere a los reclamos de las economías más pequeñas, que en esta reunión no volvieron a referirse al impedimento para la firma de tratados extra Mercosur con Estados Unidos. Venezuela aparece alejada del bloque, más que por la ausencia del jefe de estado de ese país, originado en un cambio de agenda de la Cumbre que coincidió con una gira externa, por los conflictos suscitados con sectores de poder de Brasil (Parlamento y central empresaria) y sus últimas declaraciones en relación con su reingreso a la CAN. Brasil se presenta liderando la política externa del bloque, después de duras posiciones en la ronda de Doha, a favor de una política multilateral inclusiva de los países de la región en el comercio mundial.


Flexibilización de las reglas de origen para los productos comercializados por Paraguay dentro del Mercosur; un aumento del Focem de 100 a 150 millones de dólares; inicio de estudios para la creación de un fondo de apoyo a las pymes; aprobación de la Decisión que crea el sistema de Transacciones Comerciales en Monedas Locales, implementado por convenios bilaterales entre Bancos Centrales, para reducir los costos de intercambio, con la consiguiente creación de una unidad técnica de estadísticas comerciales, fueron algunos de los mecanismos intrabloque aprobados o consensuados en la reunión de Asunción.

El traspaso de la presidencia pro tempore del bloque del Mercosur de Paraguay a Uruguay, se produce después de haber alcanzado acuerdos concretos –aunque tardíos- en la reducción de las asimetrías intrabloque. La pelea por la reducción de los subsidios agrícolas por parte de las grandes economías, apareció como un elemento aglutinador en el documento final de la Cumbre de Asunción, que resalta la “importancia de una acción coordinada en la Organización Mundial de Comercio”. La reunión cumbre se produjo una semana después de que Brasil e India –ambos países líderes del G-20, que reúne países en desarrollo- abandonaran la mesa de negociación de Potsdam con el G-4, ante las duras posiciones de Estados Unidos y la Unión Europea en la Ronda de Doha de la OMC, posición que fue rápidamente apoyada y saludada por la Cancillería argentina. Esta acción fue incluso compartida por países asociados, como Chile, que a través de su canciller Alejandro Foxley, manifestó su intención de trabajar junto a Brasil en la OMC.

La XXXIII cumbre reclamó además el retome de las negociaciones por un con la Unión Europea, a partir de setiembre, a la luz del fracaso de Doha. La Declaración hizo referencia a la "importancia de retomar en breve las negociaciones entre las dos regiones, a fim de alcanzar un acuerdo equilibrado, que tenga en consideración las demandas del Mercosur en materia de flexibilidad y tratamiento especial y diferenciado”. Hasta ahora, existía la idea de vincular las negociaciones a los resultados de la Ronda de Doha, descartada desde el fracaso de Postdam.

Brasil y Argentina no sólo coincidieron en términos de política externa, sino que lo hicieron además cuando debieron actuar en conjunto contra la decisión del presidente de Boliva, Evo Morales, de restringir las exportaciones de gas natural a los dos países. La actual crisis energética de Argentina motivó un llamado del presidente Kirchner. Un desabastecimiento de gas boliviano afectaría el cuadro energético general, en tanto el producto representa el 7% del consumo total argentino. En el caso de Brasil, Petrobrás solicitó recientemente a Bolivia el aumento de las remesas diarias de 26 a 30 millones de metros cúbicos. Se asuma al anuncio del gobierno de La Paz de que las petroleras radicadas en Bolivia que no inviertan en la exploración de gas natural serán desautorizadas a seguir con sus actividades en el país, a raíz del aumento en el consumo interno del mercado boliviano.


Las asimetrías intrabloque

La ayuda directa de los recursos del Fondo de Convergencia Estructural (Focem), destinados en su mayor parte por Brasil y Argentina a proyectos en Uruguay y Paraguay, subieron de u$s 100 M a u$s 125 M.
En lo que se refiere a las reglas de origen, los productos comercializados por Paraguay dentro del Mercosur podrán tener hasta 60% de componentes de países fuera del bloque, con lo que ascendió desde el porcentual del 40% que se manejaba hasta ahora.


Graciela Baquero