Junta Interamericana de Agricultura: sanciones amenazan la seguridad alimentaria en la región

El 17 de marzo, una reunión virtual organizada por Brasil, con la participación de Ministros de Agricultura de 34 países de América, expresó la preocupación por los el efecto de las medidas unilaterales contra Rusia, que propenden a la escasez de fertilizantes, insumo básico para la producción agropecuaria, la aceleración de los precios de los alimentos, que comenzarán a escasear, en un círculo vicioso.


La entonces ministra de Agricultura de Brasil y presidenta de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), Tereza Cristina Corrêa da Costa Dias, junto a ministros de EEUU, Guatemala, Paraguay y otros, expresó la necesidad de unirse, en tanto como una de las mayores regiones agrícolas del mundo y sobreponerse a los desafíos”, al tiempo que pidió excluir a los fertilizantes de sanciones al comercio.

La funcionaria brasileña agregó: “Los países tienen desequilibrio en las finanzas, los productores dificultades en lo que se refiere a los insumos y la población carestía en los alimentos; grupos vulnerables como mujeres y pueblos indígenas sufren desproporcionadamente. El alza del costo de alimentos agravada por la crisis en Europa impacta a todo el globo y esta coyuntura nos impone más obstáculos”.

Corrêa da Costa Dias vino planteando en las últimas semanas su preocupación por las sanciones que afectan a la exportación de fertilizantes, de los que Rusia es un importante proveedor mundial, y calificó la imposición de sanciones unilaterales al comercio del rubro como una “amenaza a la seguridad alimentaria mundial”.

Semanas atrás, poco después de iniciado el conflicto militar, en el marco de la Asamblea General de la ONU, el embajador de Brasil ante el organismo, Ronaldo Costa Filho, había criticado los pilares de la estrategia de Occidente para responder al ataque: el suministro de armas a Ucrania y la aplicación de sanciones económicas. “El suministro de armas, el uso de ciberataques y la aplicación de sanciones selectivas, que pueden afectar a sectores como los fertilizantes y el trigo, con gran riesgo de hambruna, implican el riesgo de agravar y prolongar el conflicto”, expresó.

En 2021 Rusia fue el principal exportador de fertilizantes a Brasil y representó el 22% del total de estos insumos comprados por el mercado brasileño, publicó el influyente diario Folha de S.Paulo. A comienzo de mes, el mismo medio tituló que “las sanciones a Rusia podrían obstaculizar el comercio con Brasil” y que el “temor de los expertos” es por la eventual “falta de fertilizantes y el precio de los insumos” que se podrían disparar en medio de la convulsión comercial derivada del conflicto militar entre Rusia y Ucrania.

“Las sanciones impuestas a Rusia, como la exclusión de bancos del sistema de pago internacional Swift y el congelamiento de parte de las reservas internacionales, pueden imposibilitar el envío de productos de ese país a Brasil e incluso retrasar la llegada de mercancías que ya están camino de Brasil”, advirtió Folha en una nota del martes 1° de marzo.

Especialistas en comercio exterior opinan que el mayor riesgo para Brasil es que no se pueda garantizar la llegada de fertilizantes. A lo anterior se suma que las navieras Maersk y MSC anunciaron un cese temporal de todo el transporte de contenedores hacia y desde Rusia.

La preocupación no es sólo de Brasil, también de Estados Unidos y la Unión Europea, en relación con un posible salto en el precio de los fertilizantes”.

Respecto a Estados Unidos y ante una nueva temporada de siembra “el estado de ánimo de los agricultores estadounidenses es pesimista”, y si bien “el aumento de los precios golpea los bolsillos de los agricultores, también se afectará el costo de los alimentos para la gente común”, advirtió Agro XXI, un sitio web ubicado en Moscú. “Estados Unidos está comprando una gran cantidad de fertilizantes rusos, y lo que sucederá con los suministros y los precios en los próximos meses aún no está claro”.

El director de Desarrollo del Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas de la Universidad de Florida en el condado de Jackson, Doug Mayo, señaló que crece la preocupación “porque Rusia es un importante proveedor de los productos que agregamos a nuestros fertilizantes para cultivos”. De hecho, Rusia produce los tres elementos principales de los fertilizantes: nitrógeno, fósforo y potasio.

Mayo aclaró que Canadá “también es un importante productor de fertilizantes” y está la posibilidad de importar desde allí, “pero cuando se interrumpe la cadena de suministro global, la redistribución del mercado significa más demanda, competencia más alta, precios en aumento. Encontrar otro proveedor en el último minuto no es la mejor opción”.

La escasez de insumos en Europa

Los ministros vinculados a la agricultura de los países integrantes de la Unión Europea han mantenido reuniones para analizar la posible suba de precios de los alimentos empujados por la guerra. Europa depende de los fertilizantes, el gas natural ruso y también del trigo y maíz producido en Ucrania y de Rusia, además de los fertilizantes.

Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indican que en 2020 la producción de maíz de Ucrania fue de 30,3 millones de toneladas, en tanto que Rusia produjo 13,87 millones, lo que hace a esos países el quinto y el décimo mayor productor en el ranking mundial. Rusia es el tercer mayor productor de trigo con 85,89 millones de toneladas, y Ucrania el octavo con 24,91 millones.

En medio de la conmoción global por la crisis entre Rusia y Ucrania, los países europeos buscaron en las últimas semanas diferentes alternativas para evitar la escasez de insumos agrícolas. En este marco, España y Francia propusieron a la Unión Europea (UE) eliminar restricciones para los granos genéticamente modificados provenientes de Sudamérica y Estados Unidos, en principio, de manera temporal.

Además de EEUU, los beneficiados serían Argentina, Brasil y Canadá. Actualmente el país tiene la entrada restringida al mercado europeo a raíz de determinados residuos a raíz de determinados residuos fitosanitarios que contienen. La medida se enfoca sobre todo en el aprovisionamiento de maíz, según la agencia de noticias Bloomberg.

"Necesitamos que la Unión Europea flexibilice los reglamentos respecto de la importación de granos", sostuvo en una entrevista el ministro de Agricultura español, Luis Planas.

El funcionario de la Moncloa justificó la liberación de las restricciones de envíos de países como la Argentina, en el hecho de que Europa tardará años en alcanzar el autoabastecimiento de proteínas vegetales. Hasta el momento, Ucrania -el cuarto exportador mundial de alimentos- representaba el 30% y el 62% de las importaciones de maíz y aceite de girasol, respectivamente, a España, según Planas.

Sin embargo, para hacer frente a las necesidades generadas por la guerra y asegurar la alimentación en el país, el Gobierno de Volodimir Zelenski prohibió hasta fin de año las exportaciones de trigo, centeno, cebada, mijo, azúcar, sal y carne, según la agencia de noticias ANSA.

La producción agraria ya se veía afectada antes de la medida por las disrupciones de la guerra, tanto en la continuidad de la cosecha como en el transporte.

La Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac) respaldó la propuesta de Planas para importar cereales en mercados como la Argentina, Estados Unidos y Canadá. La patronal española recordó que en la Argentina hay disponibles 7,5 millones de toneladas de maíz (sumándose otras 15,4 a partir de fines de marzo) y 100.000 toneladas de semilla de girasol.

"Estas cantidades servirían para cubrir sobradamente las necesidades de la producción española de alimentos compuestos para animales y buena parte de la demanda europea", señaló un comunicado de la patronal difundido por Europa Press.

Fuente: Fuente: Bilaterals.org/ Despachantesargentinos.com/Agromeat.com

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