´La comprobación de que la geopolítica existe es que las fronteras se mueven´

En una clase magistral el especialista en geopolítica Miguel Ángel Barrios dejó para la reflexión del auditorio un generoso bagaje de conceptos y proyecciones acerca del nuevo tablero internacional y el rol que en él va a desempeñar Sudamérica.


Gobiernos que se parecen a sus pueblos. Nuevas formas institucionales que recogen el legado del pasado

Las nuevas formas institucionales que se están cristalizando tales como la Unasur, son la continuidad de un proceso de independencia regional que comenzó con los libertadores. La UNASUR – ejemplificó Barrios- es la unión del Pacto Andino con los países integrantes del otro gran bloque regional, el Mercosur y recoge el legado histórico de la gran Colombia y los pueblos del cono sur.

Los procesos de integración regional son fundamentales para consolidar al sur de América en un papel destacado en el mundo que se está reconfigurando. Barrios destacó aspectos que determinan la potencialidad estratégica de Sudamérica y que desde el resto del mundo se la considere como una región “emergente”. La visibilidad cada vez mayor de la zona se debe a sus formidables recursos naturales que serán insumos claves en el futuro como por ejemplo aguas potables, alimentos, y minerales. Pero también la región está siendo observada atentamente por los modelos políticos que se han dado la gran mayoría de sus países. A los que el especialista en geopolítica definió, más allá de sus matices y diferencias, como “Democracias de inclusión social”.

En cuanto al papel de EEUU, Barrios desplegó un análisis histórico de su rol en la región. Desde hace casi dos siglos las ideas libertadoras y los proyectos regionales emancipatorios, conviven con las estrategias imperiales de EEUU para subordinar a la región a sus propios intereses. Con la aparición de la llamada doctrina Monroe y su mandato “de América para los americanos”, los Estados Unidos han desarrollado mecanismos de control sobre la región entre los que mencionó a la Junta Interamericana de Defensa y la OEA cuya hipocresía e inoperancia quedó clara en el marco del conflicto de Malvinas.

Las estrategias de dominación estadounidense sufrieron un duro golpe en Mar del Plata con la sepultura del ALCA, pero EEUU está lejos de perder influencia en la región. Su complejo militar / industrial dispone de estrategias asentadas en cuerpos doctrinarios y usinas ideológicas que plantean la idea de “Estados Fallidos” en la región.

La estrategia actual de EEUU para el Sur de América tiene aristas y líneas de acción concretas:
-El intento de intervención luego de la previa estigmatización de determinadas regiones como la Triple Frontera.
-La agudización de cualquier conflicto bilateral al interior de la región
Colombia – Venezuela
Argentina – Uruguay
Chile – Bolivia.
-La Carga contra Venezuela
-La actualización de cualquier equipamiento de índole militar como excusa para la intervención.

La importancia de la región para los intereses estratégicos de EEUU queda evidenciada en las declaraciones de quien es tal vez, uno de sus estrategas más importantes. Henry Kissinger prevé que luego de esta fase “apolar momentánea” el rumbo de la geopolítica se encaminará hacia la constitución de dos bloques hegemonizados por Estados Unidos y China pero ya no bajo el concepto de Estado/Nación sino como referentes máximos de “Entidades culturales Continentales”.


El mundo que viene: Nuevas certezas y desplazamiento de los centros geopolíticos

El mundo que emerge luego de la ruptura de las certezas de occidente será un mundo multilateral dotado de nuevas certezas. El epicentro geopolítico del nuevo tablero internacional pasará del Atlántico a la zona del Indico / Pacífico. “El Atlántico, quizá pase a ser en esta nueva etapa el nuevo Mar Mediterráneo “ metaforizó Barrios aludiendo al papel menor del Mediterráneo respecto al rol estratégico que jugara en periodos históricos pasados.

Todo hace suponer que EEUU intentará resolver su crisis y la pérdida de su rol dominante, a través de lo que denominó “un Neokeynessianismo militar”. Intentando exportar su propia crisis y resolverla a través de la expansión.

Sudamérica en ese contexto, deberá darse políticas estratégicas que piensen en la prevención de conflictos, la interoperabilidad y la defensa regional.

Mecanismos de seguridad colectiva, mutua colaboración, independencia política y articulación de cadenas productiva son algunas de las aristas que propuso Barrios. La continuidad de los procesos históricos de liberación y el objetivo de concluir con la tarea iniciada por los libertadores, parece resumirse en una disyuntiva que pone de relieve los dos modelos en discusión: el panamericanismo originado en la doctrina Monroe o la “Patria Grande” pensada por los libertadores.

Miguel Angel Barrios describió históricamente la categoría geopolítica “latino americanismo”, a partir de la cual se incluye al Brasil que no había protagonizado las luchas emancipadoras. Destacó la coherencia de las políticas de la cancillería brasileña y comprender el rol de Brasil, que se piensa en América del Sur pero también como jugador global. En ese sentido planteó la necesidad de que Argentina no se olvide de escuchar a los países menores de la región y que junto a ellos conforme un polo hispánico que equilibre posibles asimetrías con el gigante de la región.

Barrios propuso pensar el rol de la región en un mundo que está cambiando con una mirada estratégica: “la comprobación de que la geopolítica existe es que las fronteras se mueven” concluyó.

Daniel Calabrese