La Nueva Protección Europea
Las políticas activas de la UE generarán nuevos estándares en la certificación de calidad de los productos alimenticios, lo que podría traccionar la elaboración de bienes con un mayor grado de incorporación de valor local. El análisis corresponde al boletín de la Fundación Garantizar el Desarrollo del 9 de setiembre.
En general, los discursos de los más reconocidos economistas y políticos del mundo son moderados a la hora de afirmar que la crisis ha llegado a su final y que la economía mundial está a un paso de iniciar una nueva fase de crecimiento. Este dato, parecería no haber generado ningún tipo vacilación en Europa a la hora de impulsar nuevas erogaciones presupuestarias.
En ese sentido, los funcionarios europeos ya comenzaron a diseñar políticas regionales activas con el objetivo de recuperar a un sector estratégico (que siempre contó con la ayuda gubernamental) habida cuenta de la inseguridad internacional que ocasiona la imposibilidad de autoabastecerse de alimentos.
Durante el transcurso de la semana, la Unión Europea (UE) aseguró la liberación de unos € 4,2 mil millones a los efectos de que los agricultores europeos puedan hacer frente a los “nuevos desafíos globales” impuestos por la crisis económica. Así, los referidos productores, para acceder a estos fondos, deberán impulsar modificaciones en sus actuales modalidades de producción. En detalle, estos cambios deberían generar contribuciones para intentar detener los cambios climáticos, conservar la biodiversidad, la correcta administración del agua potable, o comprar maquinarias que posean fuentes de energía renovables.
Estas nuevas normas podrían constituirse como una amenaza a las exportaciones tanto del MERCOSUR como de Argentina considerando que la UE, al regular la aplicación de los mencionados subsidios, transferirá estas exigencias a terceros países.
Si bien por un lado estas acciones podrían imponer un mayor número de innovaciones que promueven la responsabilidad social, también puede ser considerado como una restricción para los exportadores de estos productos habida cuenta de los nuevos requisitos para la entrada al mercado europeo.
A modo de conclusión, podemos afirmar que estas discutibles medidas generarán un cambio en el mercado de alimentos. Estas modificaciones forman parte de los nuevos desafíos y oportunidades destinados al empresariado nacional. De este sector, dependerá aprovechar estas nuevas condiciones para acceder al mercado internacional a partir de sus propias capacidades de acción dado que los nuevos estándares en la certificación de calidad en la producción de estos productos, podría traccionar la elaboración de bienes con un mayor grado de incorporación de valor local.
En ese sentido, los funcionarios europeos ya comenzaron a diseñar políticas regionales activas con el objetivo de recuperar a un sector estratégico (que siempre contó con la ayuda gubernamental) habida cuenta de la inseguridad internacional que ocasiona la imposibilidad de autoabastecerse de alimentos.
Durante el transcurso de la semana, la Unión Europea (UE) aseguró la liberación de unos € 4,2 mil millones a los efectos de que los agricultores europeos puedan hacer frente a los “nuevos desafíos globales” impuestos por la crisis económica. Así, los referidos productores, para acceder a estos fondos, deberán impulsar modificaciones en sus actuales modalidades de producción. En detalle, estos cambios deberían generar contribuciones para intentar detener los cambios climáticos, conservar la biodiversidad, la correcta administración del agua potable, o comprar maquinarias que posean fuentes de energía renovables.
Estas nuevas normas podrían constituirse como una amenaza a las exportaciones tanto del MERCOSUR como de Argentina considerando que la UE, al regular la aplicación de los mencionados subsidios, transferirá estas exigencias a terceros países.
Si bien por un lado estas acciones podrían imponer un mayor número de innovaciones que promueven la responsabilidad social, también puede ser considerado como una restricción para los exportadores de estos productos habida cuenta de los nuevos requisitos para la entrada al mercado europeo.
A modo de conclusión, podemos afirmar que estas discutibles medidas generarán un cambio en el mercado de alimentos. Estas modificaciones forman parte de los nuevos desafíos y oportunidades destinados al empresariado nacional. De este sector, dependerá aprovechar estas nuevas condiciones para acceder al mercado internacional a partir de sus propias capacidades de acción dado que los nuevos estándares en la certificación de calidad en la producción de estos productos, podría traccionar la elaboración de bienes con un mayor grado de incorporación de valor local.
mercosurabc