La participación Argentina-Brasil/MERCOSUR en el G-20

El mundo conocido del siglo 20 ha cambiado definitivamente. En su primera participación internacional, la futura presidenta Dilma Rousseff y la actual presidenta Cristina Kirchner debatieran problemas de los países ricos. Algo inaudito en la historia moderna de los dos países. La cumbre marcó la primera ronda de confrontación entre los BRICS, liderado por China y el G-7/GPAE - Grupo de Países Altamente Endeudados, dirigidos por EEUU. El conflicto es inevitable debido al ciclo económico divergente, de corto y mediano plazo, entre los dos grupos de países. Mientras las economías de Brasil,Rusia, India, China y Sudáfrica crecen de manera robusta y sostenible, las economías europeas (excepto Alemania) y norteamericana presentan bajas tasas de crecimiento o estancamiento. Esto ocurre debido a los fuertes equilibrios macro-económicos en estas economías, revelados por la insostenible deuda pública.


La agenda del debate

La Cumbre G-20 (11/11/010) finalizó de la misma manera que reuniones anteriores de jefes de estado en las últimas décadas. Ninguna decisión sobre el tema en cuestión pero un comunicado final de solidaridad hacia a los países más pobres. La agenda (implícita) de la reunión fue debatir un escenario internacional complejo, muy parecido al de los años 30.

Primero, sacar rápidamente la economía norteamericana de una fuerte recesión económica.
Segundo, debatir el costo global asociados a la emisión monetaria incontrolada por parte del banco central norteamericano (FED). Política monetaria novedosa para la reserva federal pero de amplio conocimiento y experiencia en América Latina y el Caribe.

El primer punto (reactivar la economía estadounidense) es la prioridad número uno de la Casa Blanca con vistas a las elecciones presidenciales de 2012. El segundo punto -- impacto de política monetaria del FED – tema a ser discutido y resuelto por los demás países.

En resumen, la agenda internacional Corea/G-20, por segunda vez en la historia moderna (1929 – 2009), consistió en lidiar con las consecuencias funestas de una crisis financiera y económica generada por los excesos de Wall Street.

Claramente, la agenda estadounidense es incompatible con el resto del mundo. No existe solución óptima para satisfacer agendas tan conflictivas y divergentes. La propuesta del Departamento del Tesoro es un buen ejemplo. Previo a la cumbre presidencial, el joven Secretario del Tesoro Tim Geithner presentó una propuesta para lidiar con los problemas económicos globales. El plan Bernanke- Summers- Geithner (bautizado Besarme por las iniciales de sus idealizadores) propone restablecer un nuevo marco de equilibrio macro-económico global entre los países con fuerte ahorro en sus cuentas externas y aquellos deficitarios.

En el primer grupo se encuentran Alemania, China y Japón. En el segundo grupo, EEUU e Inglaterra.


La propuesta Bernanke-Summers-Geithner

Quizás por el escaso tiempo de preparación y la presión política en Washington, la propuesta adolece de consistencia intelectual-conceptual y práctica. La misma busca limitar las exportaciones de países
con fuerte superávit en la balanza comercial como Alemania, China y Japón. Para
que el lector entienda el sentido de la propuesta, pensemos en fútbol. Seria equivalente a adoptarse una nueva regla en la FIFA. Ninguna selección puede ganar a la norteamericana por más de un gol de diferencia. Regla que resolvería, parcialmente, la mala racha de jugar como nunca y perder como siempre. Durante la cumbre, las diversas delegaciones solicitarán estudios adicionales al Departamento
del Tesoro. En la misma oportunidad, la numerosa delegación norteamericana declinó, por unanimidad, la amable oferta de la Presidenta Cristina Kirchner de designar a Mar del Plata como sede de la próxima cumbre presidencial de 2011.

Con relación a los BRICS, los mismos no presentarán un frente común durante la cumbre debido a situaciones económicas, sociales y geopolíticas distintas. El complejo cuadro enfrentado por China -- la segunda economía global -- ejemplifica este punto. No es un buen negocio para la potencia asiática enfrentarse con EEUU, su principal cliente y deudor. El mercado norteamericano es el principal destino para las exportaciones chinas, mientras el banco central asiático mantiene las mayores reservas mundiales de dólares y Letras del Tesoro cuyo valor está en picada. India, a su vez, está en la fase de seducción por parte de Washington que estaría dispuesto a apoyar su candidatura al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Hecho que explicaría la zona de confort de las autoridades económicas indias con la
apreciación de su moneda, la rupia. Hay fuertes ingresos de dólares en el mercado accionario indio y sustanciales inversiones en bienes raíces e infraestructura.


La participación Argentina-Brasil/MERCOSUR.

El mundo conocido del siglo 20 ha cambiado definitivamente. En su primera participación internacional, la futura presidenta Dilma Rousseff y la actual presidenta Cristina Kirchner debatieran problemas de los países ricos. Algo inaudito en la historia moderna de los dos países.
La cumbre marco la primera ronda de confrontación entre los BRICS, liderado por
China y el G-7/GPAE - Grupo de Países Altamente Endeudados, liderados por
EEUU. El conflicto es inevitable debido al ciclo económico divergente, de corto y
mediano plazo, entre los dos grupos de países.

Mientras las economías de Brasil,Rusia, India, China y Sudáfrica crecen de manera robusta y sostenible, las economías europeas (excepto Alemania) y norteamericana presentan bajas tasas de crecimiento o estancamiento. Esto ocurre debido a los fuertes desequilibrios macro-económicos en esta economías, revelados por la insostenible deuda pública. Así, en el mejor de los escenarios, las economías del G-7/GPAE irán a experimentar bajas tasas de crecimiento en los próximos años. En el peor de los escenarios, estancamiento económico e inflación. Sin embargo, los dos escenarios
significan altas tasas de desempleo, conflictos sociales y desestabilización del
sistema político. Situación resuelta por la mayoría de los países emergentes al final
del siglo pasado.

Por el momento, la principal preocupación es el enfoque del G-7/GPAE para salir de
la crisis originada en Wall Street. Hay dos enfoques distintos, el alemán y el
norteamericano. Alemania busca un crecimiento económico sostenible, manteniendo
los equilibrios macro fundamentales como el valor y estabilidad de la moneda, el
Euro. Esto significa un fuerte ajuste fiscal y recortes del gasto público para varios
países de la zona euro, principalmente Grecia, Irlanda, Portugal y España. Del otro
lado del Atlántico, EEUU busca reactivar la economía utilizando mayor gasto
público y devaluando la moneda. Estrategia de crecimiento económico muy conocida
por sus resultados (no muy exitosos) en América Latina durante la segunda mitad del
siglo 20. La aspiración de la administración Obama es reproducir la estrategia alemana
de crecimiento vía elaboración de bienes y servicios de alta calidad y sofisticación
demandados en los mercados globales. Algo muy complicado de implementarse
debido a la estructura internacionalizada de la economía norteamericana. Las
empresas más exitosas del Fortune 500 dependen, básicamente, de los mercados
externos emergentes como fuente de lucro. Además, pocas empresas mantienen
EEUU como base primaria de producción. Le va hacer falta al Presidente Obama,
tener una Petrobras para implementar una política industrial de generación de
empleos domésticos.


Cristina Kirchner expresa pensamiento del MERCOSUR en la Cumbre del G- 20

La estrategia alemana y norteamericana tienen impactos distintos en los países
emergentes. La estrategia alemana favorece la estabilidad financiera y
macroeconómica global, mientras la norteamericana es altamente desestabilizadora.
Esto debido a que el dólar es la principal moneda de transacción comercial y reserva
de los bancos centrales. Una política de devaluación del dólar – denominada
expansión cuantitativa (EC2) – significa que el costo del ajuste de la economía
norteamericana será compartido por todos los países, principalmente los más pobres.
La mayoría de los países pobres son importadores netos de alimentos y energía,
insumos vitales que deberán sufrir fuertes aumentos de precios debido a la
devaluación del dólar. Una nueva crisis alimentaria-energética en los países más
pobres es solamente una cuestión de tiempo.

La estrategia norteamericana (dólar barato) es altamente desestabilizadora para la
economía brasileña. El Real brasileño se encuentra muy valorizado en relación al dólar,
yuan chino y el peso argentino, monedas cuyos mercados representan el 70% de las
exportaciones totales del país. Florianopolis, ciudad en el sur de Brasil, donde tengo
residencia, tiene un costo de vida más alto que Washington DC. Mantenida la fuerte
entrada de dólares, el gobierno de Rousseff estaría delante de opciones económicas
excluyentes en 2011: evitar una apreciación, aun mayor, del Real o mantener la
estabilidad de precios. No hay instrumentos de política económica para conseguir los
dos objetivos simultáneamente. En un próximo artículo analizaremos este
conundrum a ser enfrentado por el gobierno de Dilma Rousseff. Al final, la única
certidumbre en la economía mundial, pos-cumbre G-20, es que ya empezó la era del
dólar barato-devaluado. Hay que pasar el invierno financiero de la nueva realidad
mundial del dólar barato-devaluado, incluyendo los jubilados de organizaciones
internacionales.

Finalmente, el relato de un (supuesto) hecho ocurrido durante la cumbre que revela el
pensamiento de los líderes presentes. Estilo porteño de charla de quincho. El
presidente Barack Obama había finalizado su discurso mostrando las bondades, para
el resto del mundo, de su plan para reactivar la economía estadounidense. La
presidenta Cristina Kirchner – con la serenidad y pulcritud, típica del hablar porteño
-- había dicho a su colega de mesa: Nos van a ca#&ar a todos!


Uziel Nogueira es consultor brasileño en temas internacionales y fue economista jefe del BID/INTAL (nogueirauzi@hotmail.com )

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