La Quinta Cumbre de las Américas 2009
La expresión porteña “un clásico” define muy bien las Cumbres de las Américas a partir de la primera en Miami 1994. Por un lado, la administración en Washington pregonando las bondades de los acuerdos de libre comercio, la apertura comercial, la privatización de bancos/empresas estatales. Por otro, países latinoamericanos y caribeños rogando mejores condiciones de acceso al mercado norteamericano o ayuda financiera para resolver sus problemas económicos y sociales. La ultima Quinta Cumbre llevada a cabo en Trinidad & Tobago (16-18 Abril 2009) fue la excepción. La re-integración de Cuba al sistema político y financiero hemisférico ocupó el centro de atención de los presidentes y jefes de Estado. Sin embargo, aunque el comercio no haya sido la estrella de la cumbre, este ocupará un lugar central en muy poco tiempo. Esto se explica por el cambio estructural que deberá ocurrir en la economía norteamericana, señala Uziel Nogueira, economista jefe del BID-INTAL, en su análisis sobre la reunión hemisférica.
EE.UU. necesita los mercados de América Latina y el Caribe, lo que constituye un cambio histórico. Un fuerte impulso exportador es clave para que la economía norteamericana salga de la profunda crisis en que se encuentra. America Latina, incluyendo México, representó 22,3% de las exportaciones totales norteamericanas en 2008. Un esfuerzo adicional podría elevar esta participación a 30% en los próximos 2-3 años. ¿Como se explica esta necesidad exportadora estadounidense? ¿Es un fenómeno coyuntural o estructural, de corto o mediano plazo?
Recesión y cambio de paradigma
La recesión norteamericana actual presenta características únicas, muy distintas de las del pasado. Se trata de una combinación letal de crisis financiera (bancos insolventes) en un contexto económico de alto nivel de endeudamiento público y privado, acompañado de rápida destrucción del ahorro familiar concentrado en el valor de las viviendas y fondos de jubilación privados (401)K, aplicados en acciones de Wall Street. Así, un cambio de paradigma económico es inevitable. Una economía netamente consumidora --el mercado consumidor más grande del mundo – pasará a ser una economía en la cual el sector exportador juega un papel importante. Algo parecido a la moderna economía alemana.
Un breve análisis macro ayuda a entender el cambio de paradigma mencionado arriba. La identidad básica que expresa el PIB ilustra este punto: Y = C + I + X – M donde Y = PIB; C = Consumo; I = Inversión; X = Exportaciones y M = Importaciones. El consumo privado representa 70% del PIB norteamericano. Por ello, históricamente la recuperación del crecimiento del PIB estuvo apoyada en el estímulo fiscal y financiero para reactivar el consumo doméstico y generar nuevas inversiones en la construcción de viviendas.
La crisis actual tiene características inéditas que hacen imposible que el consumo y el sector de viviendas sean los únicos motores de la recuperación económica. Algunos factores que explican lo anterior:
(a) Las familias norteamericanas estaban endeudadas en US$14 billones en un PIB de $15 billones en 2008;
(b) Cerca de 20 millones de casas se encuentran disponibles para la venta. Es decir que para proveer vivienda para la población, no seria necesario ninguna construcción adicional en los próximos años;
(c) Han sido destruidas las dos principales fuentes de ahorro de las familias, la vivienda (precio en caída libre) y los fondos de jubilación (401) k aplicados en acciones de Wall Street;
(d) Sector financiero y bancario insolvente en gran medida;
(e) Gobierno con deuda pública cerca de 80% del valor del PIB y déficit presupuestario equivalente a 11% del PIB en 2009.
La salida exportadora
En el contexto descripto arriba, hay dos posibilidades de resolver el desequilibrio macro norteamericano. El primero -- baja probabilidad – de mantener el status quo. Que el resto del mundo esté dispuesto a continuar financiando el creciente déficit fiscal y de balanza de pagos. El segundo -- alta probabilidad -- que las exportaciones (X) se conviertan en el motor para un crecimiento sostenible en el mediano plazo.
Anticipando el impacto de la crisis a nivel mundial y regional, la administración Obama ha tomado algunas medidas en las últimas semanas:
(a) En el marco del G-20 presionó a los demás países, principalmente Unión Europea, Japón y China a estimular el consumo doméstico y, por ende, sostener los flujos comerciales;
(b) Para los países emergentes, incluyendo América Latina y Caribe, apoyó la re-capitalización del FMI ($500 mil millones adicionales)+ y la autorización de aumento en $250 mil millones de las reservas conocidas como Derechos Especiales de Giro (DEG); recapitalización del Banco Mundial en $250 mil millones adicionales para financiamiento comercial; apoyo a la re-capitalización futura del BID.
En un nuevo escenario de una economía norteamericana exportadora, ¿cuáles serían las implicaciones para las economías latinoamericanas, principalmente los países miembros del MERCOSUR?
El impacto en el hemisferio
El impacto del esfuerzo exportador norteamericano, incluyendo competencia en terceros mercados, será sentido de manera diferenciada en los países hemisféricos. Un primer grupo, integrado a la economía norteamericana a través de los acuerdos de libre comercio, estilo TLCAN. Es el caso de México, Centro América y República Dominicana, Colombia, Perú y Chile. Los términos del acuerdo de integración comercial no permiten el uso de instrumentos de defensa comercial, incluyendo los autorizados por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
México -- el país de mayor población y más industrializado -- sería el más impactado en este nuevo escenario. Gran parte de las exportaciones mexicanas al mercado norteamericano son vehículos de transporte. Por parte de las importaciones, México es un importante mercado para los productos agrícolas norteamericanos, principalmente granos y maíz.
Los países miembros del MERCOSUR, incluyendo Venezuela, serían presionados por productos agrícolas y manufacturas norteamericanas, pero disponen de mecanismos de defensa comercial autorizados por la OMC. Por ejemplo, en el caso de la producción automotriz, MERCOSUR tiene margen para subir considerablemente los aranceles de importación que dañe la producción doméstica.
En conclusión, están dadas las condiciones para un cambio de paradigma en la primera economía mundial, que pasará de ser consumidora neta a proveedora mundial. Las implicaciones de corto y mediano plazo para los países hemisféricos, incluyendo MERCOSUR son profundas y complejas de ser evaluadas por el momento. Sin embargo, las conclusiones del presente texto indican que el ciclo económico-financiero-comercial, de más de un siglo, en el cual Estados Unidos fue el principal inversor y fuente de financiamiento del comercio hemisférico podría estar llegando a su fin.
Uziel Nogueira es Economista Senior de Integración BID-INTAL *
* La opiniones expresadas en el articulo son de total responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, el pensamiento o la posicion official del BID-INTAL.