LA RELACIÓN ESTRATÉGICA ENTRE ARGENTINA Y BRASIL

Se pueden identificar varios frentes de acción que requerirán la concertación entre la Argentina y el Brasil, la que tendrá que estar articulada con sus socios en el Mercosur y con los demás países latinoamericanos. Uno de ellos incluirá el trabajo conjunto entre los distintos esquemas que actual –en especial entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico- y del avance que pueda lograrse a partir de la propuesta de nuevos acuerdos en el ámbito de la ALADI.


La idea de la conveniencia de una lectura compartida sobre desafíos, amenazas y oportunidades que se puedan originar en el entorno internacional de la Argentina y del Brasil, estuvo en el centro mismo del libro –o librito!- que publicáramos junto con Celso Lafer en 1973 (Celso Lafer y Félix Peña, “Argentina y Brasil en el sistema de relaciones internacionales”, Fichas 17, Ediciones Nuevas Visión, Buenos Aires 1973 y, en portugués, “Argentina e Brasil no sistema das relaçôes internacionales”, Livraria Duas Cidades, Sâo Paulo 1973; ver el texto del libro en español en http://www.felixpena.com.ar/index.php?contenido=libro2).

Al participar en 1972 de una reunión de un proyecto de Carnegie Endowment for International Peace, los entonces jóvenes especialistas constataron que habían escrito, poco tiempo antes, sendos artículos sobre su respectivo país en el sistema internacional y en América Latina. Constataron, además, que había muchas similitudes en sus respectivos enfoques sobre la realidad mundial en la que cada uno de los dos países se insertaba.

Llegaron entonces a la conclusión que debían emprender una lectura compartida de cómo Argentina y Brasil podían encarar sus estrategias de inserción internacional y, en particular, del valor que la región latinoamericana tenía para ambos países para mejor navegar el mundo del futuro. De allí surgió el capítulo inicial del libro escrito en conjunto en la era pre-Internet, por lo tanto, con mucho uso del correo para poder llegar, a la distancia, a elaborar el texto final.

Acordaron solicitarle al profesor Helio Jaguaribe que prologara el librito (http://www.felixpena.com.ar/index.php?contenido=libro2&capitulo=prefacio-helio-jaguaribe). Ambos lo conocían y lo admiraban. En su prólogo Jaguaribe describe lo esencial del aporte de los dos autores. Señala que “apoyados en dos estudios previos en los que analizaban, a partir de presupuestos básicos semejantes, la política exterior de la Argentina y el Brasil, Peña y Lafer elaboran en conjunto un estudio de las condiciones internacionales en que se encuentran los dos países dentro del contexto latinoamericano”. Se refiere luego a que las dos características centrales del sistema internacional que observan los autores, son la relativización de su bipolarismo por el equilibrio nuclear y la importancia creciente de la bi-segmentación, que enfrenta a las naciones subdesarrolladas del sur con las supe desarrolladas del norte, en tránsito de la saciedad industrial a la postindustrial. El bipolarismo persiste, en términos militares y estratégicos, pero la impasse del equilibrio nuclear conduce a una amplia neutralización ideológica del mundo, en donde la confrontación industrial-tecnológica pasa a tomar el lugar de la antigua guerra fría. Lo que importa es el acceso a los mercados y su dominio, así como la innovación tecnológica y el control de la transferencia de tecnología”.

Casi cuarenta y cinco años después, en un seminario realizado el pasado 25 de abril en la Fundación Fernando Henrique Cardoso en Sâo Paulo, sobre el tema: “Brasil y Argentina: deben los dos países actuar juntos en un mundo fragmentado”? (ver http://fundacaofhc.org.br/iniciativas/debates/brasil-e-argentina-devem-os-dois-paises-atuar-juntos-num-mundo-em-fragmentacao), Lafer y Peña constataron en el panel que compartieron que, a pesar de los profundos cambios que se han operado en el sistema internacional, especialmente en los últimos años, a los dos países les conviene aprovechar juntos su pertenencia a la región latinoamericana, a fin de proyectarse a un mundo que, más que en los años en que escribieron el mencionado libro, ofrece hoy múltiples opciones para una inserción internacional funcional a sus objetivos de desarrollo económico y social.

Ello implica reconocer que captar desafíos y oportunidades que plantea el entorno externo a un país, es una de las condiciones necesarias para el desarrollo de una estrategia eficaz de inserción en el mundo. En tal sentido, la calidad de los diagnósticos que al respecto se realizan, es precisamente lo que le permite a una nación apreciar los márgenes de maniobra que eventualmente posee en función de sus intereses concretos, tanto de corto como de largo plazo. En la medida, como es obvio, que tales intereses estén correctamente definidos y que la nación respectiva tenga claro no sólo lo que quiere obtener en sus relaciones con otros países, pero sobre todo, lo que puede lograr dado su valor relativo para cada uno de tales países. Ello implica lograr la articulación de las visiones de los sectores gubernamental, empresario y social, y académico.

Lo anterior tiene mayor validez aun, cuando países que comparten un espacio geográfico regional se interrogan sobre la conveniencia de trabajar juntos, cooperando en múltiples frentes de acción y mejor integrando sus respectivos sistemas productivos. Todo ello, a la vez que aspiran a preservar su carácter de naciones independientes que comparten, en lo que fuere necesario, el ejercicio de sus respectivas soberanías –lo que no es equivalente a ceder su soberanía y por ende, su independencia para eventualmente dar marcha atrás en lo acordado-. En América Latina es precisamente, entre otros, el caso de la Argentina y del Brasil. En Europa, desde la mitad del siglo pasado, ha sido el caso de la relación entre Alemania y Francia.

El sentido estratégico de una relación entre naciones vecinas está entonces, en buena medida, basado en una lectura compartida de sus intereses más relevantes en el entorno internacional. Es tal lectura –que requiere una continua actualización cuánto más dinámica sea la realidad mundial- la que les permite alcanzar y, eventualmente, profundizar la articulación necesaria para relacionarse y negociar con otros países y, en especial, con los que tienen mayor poder relativo.

La dinámica y complejidad del actual escenario global, con sus consiguientes impactos en la región latinoamericana, tornan más necesario entonces, el que se intensifiquen los esfuerzos orientados a tener una lectura compartida, tanto por parte de la Argentina y del Brasil, como de los otros países de la región, sobre las tendencias profundas que se están observando y, como en su momento nos enseñaran los prospectivistas franceses, sobre los hechos cargados de futuro.

Es una tarea que requerirá, en particular, de una intensa cooperación entre los centros especializados en cuestiones internacionales. En tal cooperación podrá cumplir un papel protagónico, el Consejo de Relaciones Internacionales de América Latina y el Caribe (RIAL), que fuera presidido hasta el mes de abril por Ricardo Lagos, el ex Presidente de Chile, y que ahora lo preside Enrique García, el ex Presidente de la CAF-Banco Latinoamericano de Desarrollo.

Además de intensificar los esfuerzos para desarrollar una capacidad eficaz de diagnóstico sobre los cambios que se seguirán operando en la realidad internacional, se pueden identificar por lo menos tres frentes de acción que requerirán una acción concertada entre la Argentina y el Brasil, y que tendrá que estar, por cierto, articulada con sus socios en el Mercosur y con los demás países latinoamericanos. 

Sin perjuicio de otros relevantes, tales frentes de acción prioritarios serán:

los aportes que se puedan efectuar desde la región, con ideas e iniciativas que contribuyan al cada vez más requerido rediseño de las reglas de juego e instituciones del sistema multilateral del comercio internacional –que estarían hoy siendo cuestionadas, incluso en países que tuvieron un papel fundamental en sus momentos fundacionales-, sobre todo teniendo en cuenta la realización en Buenos Aires, en diciembre próximo, de la Conferencia Ministerial de la OMC y luego, en el 2018 de la Cumbre del G20; la articulación de los países de la región para avanzar en sus esfuerzos de cooperación e integración económica, a través del trabajo conjunto entre los distintos esquemas que existen en la actualidad –en especial entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico- y del avance que pueda lograrse a partir de la propuesta de nuevos acuerdos en el ámbito de la ALADI, incluyendo la necesidad de desarrollar una cooperación eficaz y sostenida con Cuba –que es uno de sus países miembros- y con otros países del Caribe, y la adaptación de los métodos del trabajo conjunto entre los países miembros del Mercosur a las nuevas realidades regionales y globales y, en especial, a las de sus países miembros, aprovechando al respecto el hecho que los cambios que se observan en el plano internacional, han tornado obsoletos muchos conceptos, paradigmas y modelos, que se consideraban que eran los únicos que podían adaptarse a los requerimientos del sistema multilateral del comercio internacional institucionalizado en la OMC.

En los próximos meses, la Argentina y el Brasil tendrán oportunidad no sólo de producir avances concretos en el plan de acción acordado en la reunión de Presidentes del mes de febrero de este año, pero también de plantear iniciativas conjuntas para debatir con sus socios del Mercosur, con los países de la Alianza del Pacífico y, asimismo, en el marco de la iniciativa que ha tomado la ALADI para avanzar el análisis de ideas orientadas a fortalecer los mecanismos de cooperación e integración regional (ver al respecto este Newsletter del mes de marzo de este año, en http://www.felixpena.com.ar/index.php?contenido=negociaciones&neagno=informes/2017-03-iniciativa-oportuna-aladi y http://www.aladi.org/nsfaladi/Prensa.nsf/vbusquedaComunicadoswebR/2C21222EEB06ADD40325810D0053F3FF).

 

Texto completo: www.felixpena.com.ar
 

(*) Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales - Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group.

 

 

Félix Peña