La trampa de la liquidez

La inyección de liquidez en el sistema, que llevaron a cabo los países para atenuar la debacle, puede no tener un impacto sobre la economía real, sostuvo Mario Cimoli de CEPAL.


Las políticas que probablemente logren supremacía sobre las tecnológicas tienen que ver con el sistema financiero, donde se originó la actual debacle mundial que sigue cobrándose miles de puestos de trabajo todos los días, señaló el economista en el marco del Seminario del CEFID de noviembre pasado. “¿Por qué, viendo lo que sucedió en esta crisis, es legítima la intervención en el sistema financiero mientras que cuando nosotros hablamos de intervenciones a la política industrial y a la tecnológica, hay que convencer a todos y justificarla con libros, argumentos, y cuando llegamos al concepto de picking the winners todos nos miran mal?”, se preguntó Cimoli. Esta tendencia, que se acentúa particularmente en América Latina después de las reformas, lleva a que “se hable de impacto sistémico sólo cuando se trata de la destrucción de un acervo o de un activo financiero, pero cuando se trata de la destrucción de un activo productivo, tecnológico, o de capabilities del proceso de aprendizaje que lleva incorporado la construcción de un producto, nunca se habla de un efecto sistémico”, se quejó Cimoli. “La clave para entender cómo una economía sale de una crisis o no –apuntó- es entender los impactos microeconómicos y no exclusivamente los macro porque si cierra una empresa y otra más, y otras más, en el agregado pueden explicar la disminución del producto, la disminución de la ocupación o la disminución de la inversión”.

De esta forma, concluyó explicando que “la desproporcionalidad entre el sistema financiero y la parte real es uno de los argumentos fundamentales para explicar esta crisis. (Rudolf) Hilferding explica que esa desproporcionalidad da origen a crisis agudas endógenas y que estas crisis muchas veces dan lugar, incluso, a transformaciones en el sistema político, a la construcción de nuevas estructuras de poder”.

El experto cita también a la escuela keynesiana para demostrar que cuando esa desproporcionalidad -la actividad de la especulación- supera completamente la relación con la economía real, se da lugar a una “trampa de liquidez”. En este esquema, es fácil que los sistemas financieros se desarticulen completamente de la economía real con el consecuente impacto. Este concepto, aplicado al análisis de la crisis actual que vive el mundo, hace entrever que “la inyección de liquidez en el sistema (que llevaron a cabo los países para atenuar la debacle) puede no tener un impacto sobre la economía real y, como Krugman recientemente ha dicho muy bien, creo que seguir interviniendo a un descrédito que hay sobre el mercado financiero quizás no va a servir para otra cosa que para acumular liquidez en los sistemas financieros”, finalizó.
SM