Lanzaron un centro mixto histórico el Conicet y la Universidad de Shanghai

Será un centro de investigaciones mixto –único en su tipo en América Latina- para cooperar en estudios sobre la globalización desde las ciencias sociales.


7/4/2017.- El Conicet y la Universidad de Shanghai (SHU) produjeron en Buenos Aires un acontecimiento histórico: tras más de cuatro años de tratativas y miles de millas de vuelos de ida y vuelta, abrieron un centro de investigaciones mixto –único en su tipo en América Latina- para cooperar en estudios sobre la globalización desde las ciencias sociales.

El jueves 6, en la sede del Conicet en el predio del Polo Científico Tecnológico, donde tiene también asiento el MinCyT, quien será director del flamante CIMI, Fortunato Mallimaci, les iba presentando a las autoridades chinas a las autoridades locales del siguiente modo: la SHU es una de las 30 universidades más importantes de China, uno de los países más relevantes de este momento histórico, y en China hay 4.000 universidades. Quizá recién ahí algunos cayeron en la cuenta del paso que se estaba dando.

Y esta mañana, el acuerdo fue presentado en la sede del CEIL (el Centro de Estudios en Investigaciones Laborales, del Conicet), que será agente del acuerdo con contraparte en el Center for Global Studies de la SHU. Hablaron el director del CEIL, Guillermo Neiman; el rector de la universidad china, Luo Hongjie, Mallimaci y Guo Changgan, del CGS, quien será el director adjunto, frente a un público que colmó el auditorio de la calle Saavedra.

Había invitados del Conicet y del CEIL, de la Cancillería argentina, de la Casa de Cultura China, del Centro Universitario de Idiomas, del Instituto Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, del Centro Latinoamericano de Estudios de Política y Economía de China (Clepec) y becarios e investigadores que apuestan mucho a la etapa que se abre, entre ellos uno de sus mayores fogoneros, Nicolás Damin, del CEIL/Conicet y también profesor en la Universidad Nacional de Lanùs. De la SHU también vinieron a Argentina para estas ceremonias los profesores Wan Waggen, Yao Jiacen (además, directora del área de Relaciones Internacionales de esa casa de estudios) y Zhang Kun.

Ayer, en el Conicet, habían estado presentes en el acto de firmas su presidente Alejandro Ceccatto, la directora del área de Ciencias Sociales, Dora Barrancos, autoridades nacionales, de la UBA y otras universidades, del Instituto Confucio y de la Embajada de la República Popular China. También a sala llena. Fueron actos muy significativos, lamentable y prácticamente sin cobertura mediática excepto Dang Dai.

El profesor Luo dijo hoy a este medio que “hay un creciente interés en China por investigar y cooperar con nuestros pares de América Latina. Tenemos centros así en Asia, pero no teníamos ninguno en la región latinoamericana. El CIMI (Centro de Investigación Mixto Internacional Globalización y Sociedad) entre el CEIL/Conicet y el CGS/SHU, es el primero en su tipo. Es algo histórico”, una definición que, en la mesa de presentación, compartió luego el doctor Neiman, quien también recordó que el CEIL cumple 45 años en 2017, la misma cantidad de años que tienen las relaciones diplomáticas entre Argentina y la RPCh.

A su turno, Mallimaci sostuvo en la presentación que “se está ante un enorme desafío, que es salir del ombliguismo y el encierro” en que muchas veces cae el mundo académico y abrirse a nuevos conocimientos “para aprender de y responder a la globalización”. Criticó el mantenimiento de esquemas y categorías que provienen de las ciencias sociales “de los países hegemónicos o imperiales, que nos han oprimido, que no tienen en sus publicaciones todavía ni el idioma chino incorporado”. Y sostuvo que “no habrá globalización justa y distributiva sin Estados justos y distributivos, ni éstos si no están dispuestos a entender y trabajar por otra globalización, que es necesaria y es posible. Sí, se puede”, enfatizó con una clara ironía.

El investigador superior del Conicet abogó porque la relación con China supere lo meramente comercial y por ahondar en estudios sobre iniciativas de ese país como “el sueño chino” o el OBOR, la nueva Ruta de la Seda, One Belt One Road.

Siendo un ámbito de ciencias sociales y de pensamiento crítico, el acto de esta mañana cerró con una ponencia del profesor Guo Changgan sobre uno de los temas de su especialidad: el estado de protesta social que recorre el mundo desde que despuntó el siglo XXI, los cuales analizó y categorizó.

“Se cerró una etapa. Quedó inaugurado el CIMI y se abre otra tan difícil pero confiamos que será con ímpetu y éxito, cooperando entre Argentina y China en estudios sobre la globalización, la economía, el trabajo, la sociedad y las transformaciones en curso”, dijo Neiman. Antes del acto, se descubrió una placa con el nombre del CIMI. Y después del acto, los invitados chinos ya pensaban en Ushuaia, a donde van mañana con sus pares argentinos a otra actividad con el Conicet, la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y el Instituto Antártico Argentino, de cara a nuevos horizontes de cooperación. Néstor Restivo

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