MERCOSUR : Refocalizar en lo estratégico

El MERCOSUR necesita de una nueva vuelta de compromisos y consensos de fondo al máximo nivel político, que ratifiquen o redefinan objetivos estratégicos y realistas a la vez, en el marco de un modelo de desarrollo y complementación productiva que garantice la superación de las asimetrías. El Parlamento del MERCOSUR, como representación legítima de las fuerzas políticas y sociales de la integración, debería convertirse en un instrumento institucional indispensable en esta dirección, asegura Casal en la nota que se reproduce a continuación.


La integración es un proceso inevitable en el actual estadio de la globalización. El “modo” en que se integran las regiones y los países es un elemento clave en procura de reglas de juego más equitativas, en especial, para resguardar las ventajas comparativas de aquellas sociedades con menor grado de desarrollo y peso específico de negociación global.

El MERCOSUR fue concebido, entre otras cosas, como una plataforma de inserción internacional de nuestra región en un escenario internacional de intereses, muchas veces despiadado y por cierto asimétrico.

Ahora bien, esta plataforma de inserción, a su vez, debería servir para que el mundo también ingrese al MERCOSUR en un marco de reglas claras y transparentes que potencien el desarrollo de sus economías y den mayor bienestar a sus ciudadanos.

En los últimos años el MERCOSUR ha evidenciado síntomas de estancamiento y desaceleración respecto de la evolución de las economías de sus países miembros.

¿Significa esto descartar al MERCOSUR?

De ningún modo. Muy por el contrario, sería insensato tirar por la borda todo el “patrimonio positivo” que el MERCOSUR ha acumulado en sus 16 años de existencia, pero es momento de restablecer el foco en las cuestiones estratégicas de la integración.

El MERCOSUR necesita de una nueva vuelta de compromisos y consensos de fondo al máximo NIVEL POLÍTICO (y remarco POLÍTICO) que ratifiquen o redefinan objetivos estratégicos y realistas a la vez, metas comprobables y factibles de ser cumplidas, en el marco de un modelo de desarrollo y complementación productiva que garantice la superación de las asimetrías, procurándose una serie de instrumentos políticos, jurídicos e institucionales modernos y apropiados para dotar de gobernabilidad y gestión eficientes al proceso de integración.

La oportunidad histórica difícilmente vuelva a repetirse (coincidencias de perfiles de liderazgos políticos, condiciones internacionales inmejorables para nuestros productos, relativa estabilidad macroeconómica, etc), resulta imprescindible que la voluntad de los Jefes de Estado en el sentido de profundizar el MERCOSUR tenga un amplio compromiso y una acción decidida por parte de los actores políticos que acompañan a sus gobiernos, de aquellas fuerzas políticas que históricamente han estado a favor de una integración profunda, y de la sociedad civil en su conjunto, para que el MERCOSUR a la brevedad funcione como una verdadera Unión Aduanera (a secas, sin calificativos adicionales que sólo indican que no lo es).

No es realista pensar en su profundización sin dar este paso, porque una Unión Aduanera supone asumir un grado de compromiso político e irreversibilidad que va mucho mas allá de acuerdos sobre preferencias arancelarias. Para ello, superados ya los cimbronazos de la crisis argentina de principios del nuevo milenio, es responsabilidad primaria del factor político asumir la urgencia de este salto cualitativo.

En esta dirección, el Parlamento del MERCOSUR, como representación legítima de las fuerzas políticas y sociales de la integración, en articulación permanente con los Parlamentos Nacionales, los Gobiernos Provinciales y Locales y la sociedad civil, debería dotar de mayor potencia y dinámica a su agenda para convertirse en un instrumento institucional indispensable, que actúe como motor y gendarme de la voluntad de los Jefes de Estado de profundizar el MERCOSUR, para llevar a la práctica esa voluntad política sin dilaciones.

La acción o la omisión en los próximos tres años, determinará si el MERCOSUR resultará un instrumento eficaz de integración profunda de nuestros países y sociedades con el mundo, o si el estancamiento acabará siendo estructural, y por ende, se hará necesaria la búsqueda de vías alternativas más eficaces.



* Oscar Casal (odcasal@gmail.com )
Ex Secretario Administrativo Parlamentario Permanente de la Comisión Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR (por indicación de Argentina y Brasil períodos 2002-04 2004- 06 respectivamente – MVD - ROU)
Coordinador Ejecutivo del Grupo Técnico de Alto Nivel para la redacción del Protocolo Constitutivo del Parlamento del MERCOSUR
Actualmente consultor en temas de integración regional.

Oscar Casal