Mitos y verdades de la ´invasión´ asiática
Un estudio del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) reveló que el mayor intercambio comercial con los países emergentes de Asia tuvo una incidencia baja en el aumento del desempleo industrial argentino durante la década pasada. Los resultados sugieren que el aumento en la penetración total de importaciones solo explica una pequeña fracción (20%) de la caída en el empleo en 91-03. Las importaciones de China solo tuvieron un impacto un poco mayor en el empleo que las importaciones del resto del mundo. Sin embargo, el efecto marginal de las importaciones de Brasil es el doble que el de China (si bien aun reducido). Importaciones provenientes de la India o de otros socios importantes parecen no haber tenido un efecto marginal adicional sobre el empleo industrial. En cuanto a la caída en el empleo industrial en los 90s pareciera residir en los cambios estructurales adoptados a nivel interno.
Para algunos, es sólo producto del imaginario colectivo que se afianzó en el sector empresario argentino tras la apertura de importaciones de la década del '90. Para otros, un grave error estratégico que le costó al país miles de puestos de trabajo y un franco retroceso en lo social y económico. Lo cierto es que, justificado o no, los países asiáticos se han ganado la fama de ser los causantes del deterioro del empleo industrial, y son temidos por las empresas de todo el planeta al punto que su principal exponente, China, encabeza el ranking de denuncias por prácticas dumping.
Determinar el impacto real de la apertura comercial con el continente asiático y expresarlo en cifras concretas fue el objetivo de un estudio realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el cual concluyó en que la apertura de las importaciones sólo explica el 20% de la caída del empleo en la industria argentina entre 1991 y 2003. El trabajo se presentó durante el seminario organizado por CIPPEC, "China e India: ¿Oportunidad o desafío para América Latina?".
Desde el fin de la gestión menemista, entidades como la Unión Industrial Argentina y la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) han atribuido la destrucción del empleo en varios sectores manufactureros argentinos al ingreso irrestricto de productos chinos. Sin embargo, los expertos del CIPPEC Lucio Castro, Daniel Saslavsky y Marcelo Olarreaga, determinaron a partir de un análisis de las cifras del período 1991-2003 que en realidad esas importaciones tuvieron poca responsabilidad en la pérdida de los puestos de trabajo en la industria local. De este informe podría inferirse a su vez que la nueva apertura comercial que se plantea con los países asiáticos en el presente tampoco debería incidir de manera significativa en el empleo.
A grandes rasgos, el estudio reveló que el incremento de la penetración total de importaciones sólo explicó una pequeña fracción de la disminución del empleo en el período analizado, en tanto que el impacto de las compras a China fue apenas superior al promedio del efecto que tuvieron las importaciones del resto del mundo. En cambio, Castro enfatizó en su exposición que la incidencia que lograron los productos brasileños duplicaron a la de los chinos y destacó a su vez que la India y otros países de Asia "parecen no haber tenido un efecto marginal adicional sobre el empleo industrial" argentino. A la luz de esta evidencia, los temidos "gigantes" comerciales no serían los reales causantes del cierre de tantas industrias locales en los 90 sino que la explicación, sugirió Castro, "habría que buscarla en otro lado". Como explicó a su turno el gerente de Estrategia y Ambiente de Inversión de la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones (Prosperar), Ricardo Rozemberg, el recorte de puestos estaría muy relacionado con los cambios estructurales profundos que se dieron en la Argentina en la década anterior, de la mano de privatizaciones, desregulación económica, y tipo de cambio uno a uno con el dólar, por citar algunos.
De hecho, Castro señaló que si se revisan los antecedentes a nivel mundial, no se encuentran pruebas contundentes de que el comercio internacional afecte el nivel de empleo en los sectores productivos. En el caso argentino, el experto de CIPPEC recordó que solamente un trabajo de Galiani y Sanguinetti halló una correlación -aunque reducida- entre apertura comercial y la tasa de empleo en los años '90, mientras que Pessino y Andres (2005) encontraron la explicación de lo ocurrido en aquellos años en distorsiones del mercado laboral argentino.
Antecedentes
La industria argentina perdió el 31% de sus puestos laborales en el período bajo análisis, recorte que si bien en parte fue compensado por el auge en los sectores de servicios, dejó un saldo desfavorable que llevó a que la tasa del desempleo trepara hasta los dos dígitos. Durante su exposición, Lucio Castro explicó que la evidencia recolectada en esta oportunidad no permite determinar a simple vista cuál es el real impacto que tiene el comercio internacional sobre el empleo industrial. Algunos hechos recabados que permiten hacer esa afirmación tienen que ver con que la penetración total de importaciones para la industria aumentó casi 79% entre 1991 y 2003 pero con la salvedad de que ese peso varió en gran medida de un sector a otro. Por otra parte, precisó Castro, mientras que la penetración de importaciones creció en casi todas las ramas industriales con respecto a 1980-1991, "sólo la mitad de estos sectores experimentaron una contracción en su peso en el empleo industrial total", agregó.
Por supuesto que luego de 2003 -año al que llega el análisis de CIPPEC- China cobró un protagonismo inusitado en el comercio mundial, encarando una agresiva estrategia de expansión, por lo que podría pensarse que esta radiografía que ofrece el informe de CIPPEC habría cambiado radicalmente y ya no se ajustaría a la realidad de 2009. Sin embargo, Castro aclaró que entre 2003 y 2005 el peso de China en las importaciones aumentó un 60%, lo que significa que pasó de un 5% a un 8%. Detalló a su vez que la penetración de tales productos se concentró "en algunos sectores de capital intensivos como maquinaria eléctrica y no-eléctrica, instrumentos científicos y profesionales, y otras manufacturas". En cambio, sí se observó una mayor competencia con China en sectores que -aunque pocos en número- son intensivos en mano de obra, como cueros y textiles. "En tanto, la penetración de la India fue en general muy reducida", acotó Castro, y afirmó que a excepción de químicos industriales, "las importaciones indias sólo representaron menos de un 1% de la producción industrial".
Lucio Castro y los economistas Ricardo Rozemberg y Carlos Galperín compartieron el panel "El impacto del comercio con China e India sobre el empleo de la industria manufacturera en Argentina", moderado por Gabriel Sánchez, economista de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo.
Determinar el impacto real de la apertura comercial con el continente asiático y expresarlo en cifras concretas fue el objetivo de un estudio realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el cual concluyó en que la apertura de las importaciones sólo explica el 20% de la caída del empleo en la industria argentina entre 1991 y 2003. El trabajo se presentó durante el seminario organizado por CIPPEC, "China e India: ¿Oportunidad o desafío para América Latina?".
Desde el fin de la gestión menemista, entidades como la Unión Industrial Argentina y la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) han atribuido la destrucción del empleo en varios sectores manufactureros argentinos al ingreso irrestricto de productos chinos. Sin embargo, los expertos del CIPPEC Lucio Castro, Daniel Saslavsky y Marcelo Olarreaga, determinaron a partir de un análisis de las cifras del período 1991-2003 que en realidad esas importaciones tuvieron poca responsabilidad en la pérdida de los puestos de trabajo en la industria local. De este informe podría inferirse a su vez que la nueva apertura comercial que se plantea con los países asiáticos en el presente tampoco debería incidir de manera significativa en el empleo.
A grandes rasgos, el estudio reveló que el incremento de la penetración total de importaciones sólo explicó una pequeña fracción de la disminución del empleo en el período analizado, en tanto que el impacto de las compras a China fue apenas superior al promedio del efecto que tuvieron las importaciones del resto del mundo. En cambio, Castro enfatizó en su exposición que la incidencia que lograron los productos brasileños duplicaron a la de los chinos y destacó a su vez que la India y otros países de Asia "parecen no haber tenido un efecto marginal adicional sobre el empleo industrial" argentino. A la luz de esta evidencia, los temidos "gigantes" comerciales no serían los reales causantes del cierre de tantas industrias locales en los 90 sino que la explicación, sugirió Castro, "habría que buscarla en otro lado". Como explicó a su turno el gerente de Estrategia y Ambiente de Inversión de la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones (Prosperar), Ricardo Rozemberg, el recorte de puestos estaría muy relacionado con los cambios estructurales profundos que se dieron en la Argentina en la década anterior, de la mano de privatizaciones, desregulación económica, y tipo de cambio uno a uno con el dólar, por citar algunos.
De hecho, Castro señaló que si se revisan los antecedentes a nivel mundial, no se encuentran pruebas contundentes de que el comercio internacional afecte el nivel de empleo en los sectores productivos. En el caso argentino, el experto de CIPPEC recordó que solamente un trabajo de Galiani y Sanguinetti halló una correlación -aunque reducida- entre apertura comercial y la tasa de empleo en los años '90, mientras que Pessino y Andres (2005) encontraron la explicación de lo ocurrido en aquellos años en distorsiones del mercado laboral argentino.
Antecedentes
La industria argentina perdió el 31% de sus puestos laborales en el período bajo análisis, recorte que si bien en parte fue compensado por el auge en los sectores de servicios, dejó un saldo desfavorable que llevó a que la tasa del desempleo trepara hasta los dos dígitos. Durante su exposición, Lucio Castro explicó que la evidencia recolectada en esta oportunidad no permite determinar a simple vista cuál es el real impacto que tiene el comercio internacional sobre el empleo industrial. Algunos hechos recabados que permiten hacer esa afirmación tienen que ver con que la penetración total de importaciones para la industria aumentó casi 79% entre 1991 y 2003 pero con la salvedad de que ese peso varió en gran medida de un sector a otro. Por otra parte, precisó Castro, mientras que la penetración de importaciones creció en casi todas las ramas industriales con respecto a 1980-1991, "sólo la mitad de estos sectores experimentaron una contracción en su peso en el empleo industrial total", agregó.
Por supuesto que luego de 2003 -año al que llega el análisis de CIPPEC- China cobró un protagonismo inusitado en el comercio mundial, encarando una agresiva estrategia de expansión, por lo que podría pensarse que esta radiografía que ofrece el informe de CIPPEC habría cambiado radicalmente y ya no se ajustaría a la realidad de 2009. Sin embargo, Castro aclaró que entre 2003 y 2005 el peso de China en las importaciones aumentó un 60%, lo que significa que pasó de un 5% a un 8%. Detalló a su vez que la penetración de tales productos se concentró "en algunos sectores de capital intensivos como maquinaria eléctrica y no-eléctrica, instrumentos científicos y profesionales, y otras manufacturas". En cambio, sí se observó una mayor competencia con China en sectores que -aunque pocos en número- son intensivos en mano de obra, como cueros y textiles. "En tanto, la penetración de la India fue en general muy reducida", acotó Castro, y afirmó que a excepción de químicos industriales, "las importaciones indias sólo representaron menos de un 1% de la producción industrial".
Lucio Castro y los economistas Ricardo Rozemberg y Carlos Galperín compartieron el panel "El impacto del comercio con China e India sobre el empleo de la industria manufacturera en Argentina", moderado por Gabriel Sánchez, economista de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo.
Silvia Martínez