"Nadie parece advertir la enorme oportunidad que tiene Argentina para crecer"
El economista y profesor de la Universidad de San Andrés, José María Fanelli, disertó sobre las oportunidades que se abren para la región a partir del fin de la crisis. El diagnóstico para Argentina indica que el país cuenta con las herramientas y todas las posibilidades para volver a crecer, con un contexto internacional en el cual la crisis parece haber encontrado un piso y en el que se espera el retorno del crecimiento: aunque en 2009 la actividad mundial caería 1,1%, la proyección es que en 2010 se alcance una mejora de 0,3% y de 4,2 a 4,6% entre 2011 y 2014. Para los miembros del G-7 se espera un amesetamiento mientras que las mayores tasas se encontrarán en China e India. "Nadie parece advertir la enorme oportunidad que tiene Argentina para crecer. Hay que recuperar la confianza y empezar a invertir", expresó. El economista advirtió sin embargo que será clave el manejo distributivo y fiscal.
Después del terremoto que sufrió el sistema financiero mundial, "la gran noticia es que la caída encontró un piso", sostuvo el economista y profesor de la Universidad de San Andrés, José María Fanelli. Las consecuencias no serán fáciles de superar: el comercio mundial se desplomó como nunca -12% en 2009, algo sin precedentes-, la recesión se ensañó especialmente con las economías desarrolladas, y el crédito quedó destruido. Sin embargo, los países de América Latina tienen por delante un buen panorama para capitalizar esa experiencia y comenzar a expandirse.
Las posibilidades de crecimiento fueron el eje del encuentro organizado por la casa de estudios, donde Fanelli expuso sobre "La Economía argentina: Futuro y expectativas para los negocios internacionales". Compartió el panel con Gabriel Aramouni, director del Centro de Educación Empresaria de la Universidad, y con Emiliano Cisneros, gerente de Posicionamiento Estratégico e Inserción Comercial de la Fundación ExportAR.
Cisneros destacó el trabajo que está realizando la Fundación ExportAR cada año, no sólo organizando misiones comerciales de promoción en el exterior sino además asesorando a empresas nacionales que buscan colocar sus productos en otros mercados. "Para nosotros esta última función es estratégica -reconoció- Cada año trabajamos con 5.000 a 6.000 empresas que inician el proceso de internacionalización, de las cuales alrededor de 2.000 lo hacen efectivamente, es decir que hay allí una gran cantidad de firmas que trabajan para prepararse, hay toda una tarea que realizamos, que es estratégica". El ejecutivo instó a "generar una arquitectura de relaciones, porque nadie puede exportar solo: hay que capacitarse y generar buenas alianzas".
Después de la crisis
Antes de evaluar las oportunidades de comercio, Fanelli analizó el escenario mundial tras lo peor de la crisis internacional y, en particular, la situación de Estados Unidos, el motor del consumo. El economista interpretó la génesis de la crisis como el resultado de factores estructurales y no como un problema puntual de un día, y consideró que de poco sirven las estimaciones en este caso porque "esta crisis es algo que nunca se vio". De hecho, a partir de septiembre del año pasado el comercio mundial pasó de un aumento interanual de 25% a una caída del orden del 28%, acompañado de una fuerte retracción del financiamiento. En América del Sur, la crisis marcó claramente el fin de un ciclo de expansión al pasar de una banda de crecimiento del PBI regional del 5,8-7% a una modesta suba de 0,23%. En el resto del mundo, la caída promedio fue 0,47%.
A la luz de estos cambios radicales, Fanelli prefirió tomar con precaución las estimaciones de recuperación para los Estados Unidos que están circulando en todo el mundo, ya que todavía falta definir si el crecimiento del orden de 3,5% que está mostrando esa nación se explica por actividad genuina o si todavía se debe al enorme gasto público en el que está incurriendo el gobierno de Obama para sostener la economía. "No hay lugar para excesivo optimismo, Estados Unidos tiene un déficit fiscal enorme y si bien logró salir de la recesión está con respirador -advirtió- Una de las grandes preguntas es cuánto tiempo puede seguir así porque no está claro qué pasaría sin los planes de estímulo, cuál es el momento adecuado para reducir o levantar los subsidios del Estado norteamericano".
Lo cierto es que el nuevo escenario mundial está planteando un vuelco radical en la dinámica de la productividad mundial, donde las economías centrales tradicionales como Alemania y Japón muestran un mantenimiento del crecimiento pero muy lejos del boom que está experimentando China, un fenómeno que "es cada vez importante y que no va a cambiar", acotó Fanelli. En cambio, es un hecho que Estados Unidos va perdiendo posiciones en la carrera de la productividad mundial, y también lo es que los países productores de petróleo seguirán necesitando de los mercados internacionales de capitales para reciclar el dinero que producen. "Quieran o no, todos los países deberán adaptarse este escenario y sin duda lo sufrirán más los productores de todo aquello que China fabrica con una altísima productividad", resaltó Fanelli.
Otra tendencia que se está anticipando es que los actuales déficits y superávits que muestra cada país se mantendrán. Esto quiere decir que muy probablemente las naciones que en los últimos años se mantuvieron con buen excedente seguirán en esa condición, mientras que aquellas que han acumulado enormes rojos, como es el caso de Estados Unidos, continuarán también con esa tónica con poca expectativa de revertirlo.
"Hoy son dos los desafíos: manejar los desbalances sistémicos y reconstruir la intermediación financiera", sintetizó Fanelli.
Perspectivas para Argentina
El diagnóstico para Argentina indica que el país cuenta con las herramientas y todas las posibilidades para volver a crecer, con un contexto internacional en el cual la crisis parece haber encontrado un piso y en el que se espera el retorno del crecimiento: aunque en 2009 la actividad mundial caería 1,1%, la proyección es que en 2010 se alcance una mejora de 0,3% y de 4,2 a 4,6% entre 2011 y 2014. Para los miembros del G-7 se espera un amesetamiento mientras que las mayores tasas se encontrarán en China e India. "Nadie parece advertir la enorme oportunidad que tiene Argentina para crecer -dijo Fanelli- Hay que recuperar la confianza y empezar a invertir".
Sin embargo, el economista mencionó dos amenazas principales para que Argentina afiance el crecimiento:
• Una aceleración de la inflación, que según datos oficiales acumula un alza de 6,3% entre enero y septiembre de este año frente a las mediciones privadas, que dan cuenta de un 13,4%.
• El gasto público, que está creciendo por encima del ritmo de los ingresos, por lo cual el superávit primario se está debilitando. Ese desfasaje es un preocupante frente de riesgo ya que mientras los ingresos trepan a razón de 12 a 15% los egresos lo hacen a tasas del 30 a 35%. De esta forma, el resultado primario viene morigerándose al punto de pasar de casi 6.000 millones de pesos en mayo de 2008 a una modesta suma de 766,4 millones en julio de 2009. En tanto, el déficit financiero ya alcanza a 570 millones de pesos.
La conclusión de Fanelli es que la Argentina "tiene con qué superar estos factores ya que hay suficiente superávit externo y ahorro, y cuenta además con la gran oportunidad que significa la demanda de China y de los emergentes", resumió. El economista advirtió que será clave el manejo distributivo y fiscal, y también habrá que seguir de cerca la inversión, que se deprimió fuertemente en los últimos meses. En caso de no seguir estas consignas, "la consecuencia a largo plazo será que el dinero de los argentinos se termine invirtiendo en el exterior", alertó. Cabe destacar que la Posición de Inversión Internacional de Argentina en 2007 era de 13,4% del PBI mientras que en Brasil es de poco más de 36.
Una última consideración que hizo el experto es que hoy por hoy, en Argentina no están dadas las condiciones para repetir la debacle de 2001, un fantasma que todavía atemoriza a gran parte de la sociedad. "No existe el escenario que hizo posible aquella crisis -aclaró- En aquel año teníamos déficit de cuenta corriente y un endeudamiento del 160% de PBI en tanto que hoy contamos con superávit fiscal y un endeudamiento del 40%; ahora, en cambio, están dadas las condiciones para crecer pero hay que pensar cómo hacerlo y este desafío no se puede plantear sin pensar cómo exportamos".
Las posibilidades de crecimiento fueron el eje del encuentro organizado por la casa de estudios, donde Fanelli expuso sobre "La Economía argentina: Futuro y expectativas para los negocios internacionales". Compartió el panel con Gabriel Aramouni, director del Centro de Educación Empresaria de la Universidad, y con Emiliano Cisneros, gerente de Posicionamiento Estratégico e Inserción Comercial de la Fundación ExportAR.
Cisneros destacó el trabajo que está realizando la Fundación ExportAR cada año, no sólo organizando misiones comerciales de promoción en el exterior sino además asesorando a empresas nacionales que buscan colocar sus productos en otros mercados. "Para nosotros esta última función es estratégica -reconoció- Cada año trabajamos con 5.000 a 6.000 empresas que inician el proceso de internacionalización, de las cuales alrededor de 2.000 lo hacen efectivamente, es decir que hay allí una gran cantidad de firmas que trabajan para prepararse, hay toda una tarea que realizamos, que es estratégica". El ejecutivo instó a "generar una arquitectura de relaciones, porque nadie puede exportar solo: hay que capacitarse y generar buenas alianzas".
Después de la crisis
Antes de evaluar las oportunidades de comercio, Fanelli analizó el escenario mundial tras lo peor de la crisis internacional y, en particular, la situación de Estados Unidos, el motor del consumo. El economista interpretó la génesis de la crisis como el resultado de factores estructurales y no como un problema puntual de un día, y consideró que de poco sirven las estimaciones en este caso porque "esta crisis es algo que nunca se vio". De hecho, a partir de septiembre del año pasado el comercio mundial pasó de un aumento interanual de 25% a una caída del orden del 28%, acompañado de una fuerte retracción del financiamiento. En América del Sur, la crisis marcó claramente el fin de un ciclo de expansión al pasar de una banda de crecimiento del PBI regional del 5,8-7% a una modesta suba de 0,23%. En el resto del mundo, la caída promedio fue 0,47%.
A la luz de estos cambios radicales, Fanelli prefirió tomar con precaución las estimaciones de recuperación para los Estados Unidos que están circulando en todo el mundo, ya que todavía falta definir si el crecimiento del orden de 3,5% que está mostrando esa nación se explica por actividad genuina o si todavía se debe al enorme gasto público en el que está incurriendo el gobierno de Obama para sostener la economía. "No hay lugar para excesivo optimismo, Estados Unidos tiene un déficit fiscal enorme y si bien logró salir de la recesión está con respirador -advirtió- Una de las grandes preguntas es cuánto tiempo puede seguir así porque no está claro qué pasaría sin los planes de estímulo, cuál es el momento adecuado para reducir o levantar los subsidios del Estado norteamericano".
Lo cierto es que el nuevo escenario mundial está planteando un vuelco radical en la dinámica de la productividad mundial, donde las economías centrales tradicionales como Alemania y Japón muestran un mantenimiento del crecimiento pero muy lejos del boom que está experimentando China, un fenómeno que "es cada vez importante y que no va a cambiar", acotó Fanelli. En cambio, es un hecho que Estados Unidos va perdiendo posiciones en la carrera de la productividad mundial, y también lo es que los países productores de petróleo seguirán necesitando de los mercados internacionales de capitales para reciclar el dinero que producen. "Quieran o no, todos los países deberán adaptarse este escenario y sin duda lo sufrirán más los productores de todo aquello que China fabrica con una altísima productividad", resaltó Fanelli.
Otra tendencia que se está anticipando es que los actuales déficits y superávits que muestra cada país se mantendrán. Esto quiere decir que muy probablemente las naciones que en los últimos años se mantuvieron con buen excedente seguirán en esa condición, mientras que aquellas que han acumulado enormes rojos, como es el caso de Estados Unidos, continuarán también con esa tónica con poca expectativa de revertirlo.
"Hoy son dos los desafíos: manejar los desbalances sistémicos y reconstruir la intermediación financiera", sintetizó Fanelli.
Perspectivas para Argentina
El diagnóstico para Argentina indica que el país cuenta con las herramientas y todas las posibilidades para volver a crecer, con un contexto internacional en el cual la crisis parece haber encontrado un piso y en el que se espera el retorno del crecimiento: aunque en 2009 la actividad mundial caería 1,1%, la proyección es que en 2010 se alcance una mejora de 0,3% y de 4,2 a 4,6% entre 2011 y 2014. Para los miembros del G-7 se espera un amesetamiento mientras que las mayores tasas se encontrarán en China e India. "Nadie parece advertir la enorme oportunidad que tiene Argentina para crecer -dijo Fanelli- Hay que recuperar la confianza y empezar a invertir".
Sin embargo, el economista mencionó dos amenazas principales para que Argentina afiance el crecimiento:
• Una aceleración de la inflación, que según datos oficiales acumula un alza de 6,3% entre enero y septiembre de este año frente a las mediciones privadas, que dan cuenta de un 13,4%.
• El gasto público, que está creciendo por encima del ritmo de los ingresos, por lo cual el superávit primario se está debilitando. Ese desfasaje es un preocupante frente de riesgo ya que mientras los ingresos trepan a razón de 12 a 15% los egresos lo hacen a tasas del 30 a 35%. De esta forma, el resultado primario viene morigerándose al punto de pasar de casi 6.000 millones de pesos en mayo de 2008 a una modesta suma de 766,4 millones en julio de 2009. En tanto, el déficit financiero ya alcanza a 570 millones de pesos.
La conclusión de Fanelli es que la Argentina "tiene con qué superar estos factores ya que hay suficiente superávit externo y ahorro, y cuenta además con la gran oportunidad que significa la demanda de China y de los emergentes", resumió. El economista advirtió que será clave el manejo distributivo y fiscal, y también habrá que seguir de cerca la inversión, que se deprimió fuertemente en los últimos meses. En caso de no seguir estas consignas, "la consecuencia a largo plazo será que el dinero de los argentinos se termine invirtiendo en el exterior", alertó. Cabe destacar que la Posición de Inversión Internacional de Argentina en 2007 era de 13,4% del PBI mientras que en Brasil es de poco más de 36.
Una última consideración que hizo el experto es que hoy por hoy, en Argentina no están dadas las condiciones para repetir la debacle de 2001, un fantasma que todavía atemoriza a gran parte de la sociedad. "No existe el escenario que hizo posible aquella crisis -aclaró- En aquel año teníamos déficit de cuenta corriente y un endeudamiento del 160% de PBI en tanto que hoy contamos con superávit fiscal y un endeudamiento del 40%; ahora, en cambio, están dadas las condiciones para crecer pero hay que pensar cómo hacerlo y este desafío no se puede plantear sin pensar cómo exportamos".
Silvia Martínez