Parlamento del MERCOSUR. De la superestructura a la integración de los pueblos.
Hay un debate planteado en el proceso de integración acerca de cuál es la forma de recuperar algunas de las ideas originarias de los ´80, y cómo ubicarlas en el marco de un mundo que ha cambiado. ¿Cómo hacemos para transformar el Mercosur del Acuerdo superestructural intergubernamental en una integración profunda de los pueblos? Para el embajador Eduardo Sigal, un Parlamento del MERCOSUR elegido por los pueblos en forma directa obraría en esta dirección. El subsecretario de Integración Económica americana y de MERCOSUR de la Cancillería lo planteó en el marco de un curso sobre integración para gobiernos locales organizado por la cartera de Relaciones Exteriores argentina*.
Sin embargo, dentro de esta etapa pragmática el proceso de integración ha tenido distintas improntas. En términos generales, se puede decir que en las discusiones de la década del ’80, que derivan en las tratativas que desembocarán en 1991 en el Tratado de Asunción, existía un enfoque del proceso de integración de carácter abarcativo: comercial, económico, político, institucional. La década del ’90 impuso la impronta de las ideas hegemónicas de la época del neoliberalismo y estuvo caracterizada por una búsqueda de la integración del comercio. Desde los intereses de Argentina, el incremento de casi el 300% en el comercio intrazona se podría percibir como positivo. Incluso analizando las características de ese comercio, resulta más positivo aún, ya que el 49% de nuestro comercio intrazona está asentado en manufacturas de origen industrial (MOI), mientras que en el comercio global de Argentina las MOI constituyen el 23%; por supuesto que nuestro principal socio en este comercio intrazona es Brasil. Sin embargo, se podría decir también que esta concepción mercantilista ha sesgado la idea del MERCOSUR original de los ’80, y dejó establecida una institucionalidad débil en el Mercado Común. Se ha pensado muy poco en el proceso del MERCOSUR desde la utilidad para los ciudadanos de la región y desde el punto de vista político.
Un modelo para la integración
Hay distintos tipos de integración y hay que pensar cuál es la que necesitamos los países que formamos parte del MERCOSUR, que a su vez quiere conformar la Comunidad Sudamericana de Naciones (que hoy es una voluntad más que una realidad), todo esto vinculado al mundo global en que nos toca vivir. De la misma manera debemos descubrir la forma en que ese proceso de integración permitirá defender no solamente los intereses de nuestras producciones, sino la calidad de vida de nuestros pueblos, que también tiene que ver con la tecnología, la ciencia y la educación.
En estos días hay un debate planteado en el proceso de integración acerca de cuál es la forma de recuperar algunas de las ideas originarias de los ´80, y cómo ubicarlas en el marco de un mundo que ha cambiado; en donde ya no estamos discutiendo la globalización sino de qué manera nos insertamos en ese mundo global respetando y haciendo respetar nuestras propias ventajas interrelativas. En ese sentido, hay una discusión que nos debemos los gobiernos, ya que este es un MERCOSUR (como se está concibiendo en la Unión Sudamericana) de la intergubernamentalidad, de la superestructura, de la relación entre los gobiernos de los Estados.
En la discusión del año 2004, cuando nos aproximábamos a la Cumbre de Ouro Preto y nos habíamos propuesto rever la institucionalidad del MERCOSUR a diez años de su concreción, no pudimos avanzar porque según creo, hay temor en estos gobiernos a delegar parte de nuestras soberanías en la construcción de una soberanía regional, porque esto implicaría pensar decisiones hoy fuertemente centralizadas en el poder nacional en términos de una soberanía de carácter regional. Esto es un salto conceptual, un salto de calidad e implica una gran decisión política.
El Parlamento del Mercosur
Uno de los debates más importantes se relaciona con el pasaje de esa integración de gobiernos a una integración de países y pueblos. Lo mismo sucede con la propia estructura institucional. Por ejemplo, nosotros desde la Argentina, somos firmemente partidarios de avanzar en la dirección de concretar un Parlamento del MERCOSUR.
En un momento en que hay una crisis política y de representatividad importante en toda la región, en donde se desconfía de los políticos, no se puede dejar de observar qué es lo que está pasando en las sociedades. Entonces, ¿cómo hacemos para transformar ese Mercosur desde un Acuerdo superestructural intergubernamental a una integración profunda de los pueblos? Entre otras cosas, pensamos que un Parlamento que sea elegido por los pueblos en forma directa, debería instalar un debate profundo en las sociedades.
Hay otros debates de fondo que hacen a las estructuras decisorias del MERCOSUR que hoy se ubican en tres ámbitos: en el Consejo, en el Grupo Mercado Común y la Comisión de Comercio. Los desafíos que tienen nuestros gobiernos y pueblos en este momento se vinculan con el comercio y la producción. Es imprescindible avanzar en un ámbito decisorio en los temas de producción, de integración productiva, de cadenas de valor; idear la forma en que estableceremos las “mercoempresas” y buscaremos las asociatividades.
· I Curso sobre Integración Regional, Gobiernos Locales y Sociedad Organizado conjuntamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina; la Red de Pensamiento Social por la Integración, dependiente del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil; la Fundación Friedrich Ebert y la Secretaría Ejecutiva de la Red de Mercociudades. Se inició con el Panel “La integración en el proceso de globalización”del que participaron los profesores Aldo Ferrer y Tullo Vigevani.