Parlamento del MERCOSUR: sin levantar vuelo

A un año de su efectiva puesta en marcha, el Parlamento del MERCOSUR no logra levantar vuelo. Subsumido en cuestiones de organización interna, una gestión operativa errática y dificultades de financiamiento, el Parlamento del MERCOSUR lejos está de las expectativas que generaron su instalación en actores de la sociedad civil vinculados al proceso de integración.


Si bien su puesta en marcha fue realizada en tiempo record para los standares mercosurianos, caracterizados por velocidades tortuga, este Parlamento regional “part time” no ha podido siquiera activar el 25% de las atribuciones conferidas en su protocolo constitutivo.

Indudablemente, la desafortunada decisión de continuar con la lógica semestral de presidencias pro tempore de los órganos del MERCOSUR (a propuesta de Argentina) ha contribuido a restarle sustentabilidad y dinámica a su agenda de trabajo.

En efecto, el Parlamento desnuda las dificultades de ciertos actores políticos de visualizar y decodificar al proceso de integración dentro de las prioridades reales de su agenda doméstica, más allá de discursos carentes de contenidos profundos.

No obstante esta dificultad, es prioritario generar un debate transformador acerca de la oportunidad histórica que marca tanto el escenario regional como el internacional. La no inclusión en la agenda política domestica de un marco regional de cooperación e integración eficiente y profundo, como un instrumento de inserción en el escenario internacional, es un componente de alto riesgo a corto y mediano plazo que debería evitarse, y Argentina bien debería haber aprendido esa lección. Hoy no se puede conformar un modelo político de país con una agenda de desarrollo seria y sustentable, sin incorporar a la misma cuestiones de integración regional fundamentales para potenciar su productividad y competitividad.

El resultado electoral en Paraguay termina por conformar un color de liderazgo político regional, inédito, único y tal vez difícil de repetir a partir de 2011, ¿ no es este un momento inmejorable para que los máximos líderes políticos del MERCOSUR den señales concretas de que la profundización del proceso de integración implica ir mas allá de una integración de mercados, lo cual no es poco, sino que incluye integración política, integración productiva, integración energética, integración en infraestructura e integración de sociedades? ¿No sería ésta la señal POLITICA, hasta hoy sólo presente en el discurso, que indicaría que “el nuevo modelo” de integración es en esencia una evolución del modelo de integración neoliberal de la década del 90?

El Parlamento del MERCOSUR, con clara mayoría de actores políticos identificados con estos nuevos liderazgos regionales, no puede estar ajeno a este desafío, que en definitiva plantea la necesidad de comenzar a visualizar y generar políticas de integración en “clave regional” con una consistencia y una velocidad sustancialmente diferentes, para el máximo aprovechamiento de la actual coyuntura internacional en defensa de los intereses comunes, las potencialidades de desarrollo y en un reposicionamiento regional dentro de la agenda global.

Para ello es imprescindible que desde la política se aprehenda que la integración no es materia de exclusividad de los buenos oficios de las diplomacias nacionales, sino un componente fundamental de la agenda política doméstica y que sin ella cualquier intento, por mejor intencionado que sea, carecerá de la necesaria proyección estratégica y por ende de la indispensable dosis de realismo y sustentabilidad.


* Ex Secretario Ejecutivo de la Comisión Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR
Coordinador del Grupo Técnico de Alto Nivel para la redacción del Protocolo del Parlamento del MERCOSUR
Actual consultor en cuestiones de integración regional

Oscar Casal