Perú: la segunda vuelta, entre el continuismo y la incertidumbre

La elección peruana es muy importante para el futuro de la región y de Sud América porque lo que está en juego es una puja primero dentro del área andina y después para el futuro de la UNASUR. Para el área andina porque si gana Keiko sigue el empate técnico entre gobiernos de derecha pro-norteamericanos (Chile, Colombia y Perú) y tres de izquierda (Bolivia, Ecuador y Venezuela), si gana Ollanta ese bloque se balancearía a favor de los últimos.


Las principales encuestadoras, a menos de un mes de la gran decisión, están anticipando un empate técnico entre los candidatos, ya que la diferencia entre Fujimori y Humala sería, según estas, de apenas un 0,2%. Lo curioso es que hace apenas 15 días según las mismas encuestadoras Ollanta Humala aventajaba a Keiko Fujimori con más de un 8% de intención de voto. La encuestadora IPSOS-Apoyo explica este fenómeno diciendo que desde hace unas semanas Humala se estancó, no suma pero tampoco pierde votos, en cambio Keiko aumenta su caudal de sufragantes, sobre todo entre los indecisos. Igualmente, el número de indecisos es muy alto todavía, alrededor de un 15%, los cuales se cree empezarán a definir su voto con el debate de los próximos días. ¿Qué ha pasado con la ciudadanía peruana en estos últimos días para cambiar tanto de opinión?, ¿Qué está haciendo mal Humala?


El temor empresario y de los grupos concentrados

Humala genera mucho recelo y repulsión en los sectores empresarios, sobre todo en los grupos económicos extranjeros que son los que manejan y controlan los principales sectores de la economía así como los recursos naturales y minerales del país. Estos grupos tienen temor a los posibles planes de nacionalización y control de dichos recursos así como los de la minería y al aumento de impuestos en dicho sector.

Básicamente temen perder el control que tienen sobre el poder político y que esto derive en resignar las extraordinarias ganancias que generan dichas explotaciones ya que lo que pagan al fisco en impuestos es una miseria considerando los valores de los recursos que extraen y exportan y el daño al medio ambiente que causan.


Los sectores medios limeños

La sociedad limeña, sobre todo los sectores medios tradicionales, así como los nuevos (que crecieron con este modelo) y los altos de Lima aborrecen a Humala porque creen que con él, el país retrocederá, ¿se les vendrá a la cabeza las imágenes del primer gobierno de Alan García?

Obviamente están deslumbrados con los cambios que ha tenido el Perú y sobre todo Lima desde la gestión de Alberto Fujimori hasta hoy. Es verdad que se ha producido una gran transformación arquitectónica y de infraestructura y un aumento en el poder de gasto de ciertos grupos sociales, pero también es cierto que esa distribución es inequitativa y no le llegó a todos. Esto quedó demostrado en la gran cantidad de votos que obtuvieron Ollanta y Keiko que representan modelos asistencialistas.


La sombra revolucionaria y chavista

Hay un fantasma que persigue a Humala y ese es el de Chávez. En el Perú detestan al venezolano de una forma frenética. Es tan así, que en 2006 Humala pierde las elecciones porque Chávez se inmiscuye brindándole un apoyo explícito, cosa que redundó en la pérdida de la segunda vuelta frente a Alan García. Los peruanos temen que Humala lleve al Perú a una venezolanización que los termine aislando de EE.UU. (país al que los peruanos respetan y toman como modelo) esto los hace ponerse furiosos y estar en contra de Ollanta. Es por ello que él, ha decidido desmentir cualquier apoyo del venezolano y acercarse a Lula Da Silva que tiene una muy buena imagen en Perú. Así es como busca diferenciarse a pesar de las similitudes entre ellos: los dos son de carrera militar devenidos en políticos y se alzaron en armas en contra de gobiernos democráticos (Chávez no reniega de ello, Humala hizo un mea culpa y reconoció que se equivocó), y además, su plataforma de gobierno presentada a elecciones más específicamente los puntos sobre la nacionalización y soberanía de los recursos naturales y minerales, así como la universalización de la jubilación, la nueva constitución, la política exterior por citar algunos, tiene un parecido indudable con las políticas implementadas por Chávez en Venezuela.

Este viraje lo complementó con una moderación de su discurso y cambio de imagen como hizo Lula. Humala después de la derrota de 2006 empezó a usar trajes costosos, autos importados, asemejándose más a los políticos tradicionales. Todo eso fue Ollanta en la primera vuelta.

Para esta segunda vuelta decidió girar más al centro. Acercándose a gente de Toledo como el asesor en asuntos de economía de Perú Posible, Kurt Borneo, firmó actas de acuerdo programático con Toledo, conversó con PPK, suscribió además el Acuerdo Nacional, al que antes había calificado de no servir para nada. Modificó su propuesta de gobierno y gestión que había presentado para las elecciones. Lo cual representa que admite errores, o cambia según la ocasión.

Todo esto lo hace porque quiere brindar seguridad y así lograr que lo voten en Lima, que es donde se decide la elección (es justamente en la Capital donde pierde en 2006). En el interior, sobre todo en la Sierra, la zona centro, sur y oriente es favorito y va primero en las encuestas. Pero, en el norte y sobre todo Lima está complicado.

Por su parte, Keiko es fuerte en Lima, más precisamente entre los sectores medio altos de la sociedad y tiene gran caudal de votos en los sectores pobres que se acuerdan de la ayuda brindada por la gestión de Alberto Fujimori.


Los medios de prensa

Los medios masivos de comunicación en general han armado una campaña en contra de Humala, respondiendo a los intereses de los grupos concentrados de la economía y el gobierno. Hasta tal punto que hicieron regresar a la pantalla a Jaime Baily, quien dedicó por completo su primer programa de retorno a atacar a Humala. Ahora hay un gran despliegue de investigación para vincular a Humala con la detención de un legislador electo de Gana Perú acusado de vínculos con el narcotráfico en la conflictiva zona del VRAE, golpeándolo más porque Ollanta respondió que no conocía el caso.


La gran incógnita

¿Ollanta ha virado ideológicamente y piensa en un gobierno que se dedique a la redistribución de los ingresos de la primarizada economía peruana? ¿Cree que eso es ser progresista? ¿O piensa en una gestión que por primera vez en más de 20 años vuelva a recuperar los recursos estratégicos de esa nación, y que intente generar una burguesía nacional?


De importancia regional

La elección peruana es muy importante para el futuro de la región y de Sud América porque lo que está en juego es una puja primero dentro del área andina y después para el futuro de la UNASUR. Para el área andina porque si gana Keiko sigue el empate técnico entre gobiernos de derecha pro-norteamericanos (Chile, Colombia y Perú) y tres de izquierda (Bolivia, Ecuador y Venezuela), si gana Ollanta ese bloque se balancearía a favor de los últimos (o se pliega a los primeros siguiendo la línea de los últimos 20 años de los gobiernos peruanos o actúa como árbitro debilitando a ese primer grupo o toma partido por el grupo de izquierda). ¿Será por eso que el primer grupo a fines de abril se apuró a dar nacimiento a la Alianza del Pacífico? de los cuales uno de los principales integrantes es México gobernada por el ultra pro-norteamericano Felipe Calderón además de Chile, Colombia y la anfitriona Perú. ¿Es casualidad que justo en este momento se haga semejante desafío regional, cuando Humala en particular se manifestó unas semanas antes a favor de propiciar y profundizar la Comunidad Andina de Naciones y el MERCOSUR para contrarrestar la influencia norteamericana en la región y el gran interés que tienen en controlar nuestros recursos naturales?


Para finalizar

Ollanta Humala es una gran incógnita por los cambios, rectificaciones, idas y vueltas que está realizando en sus discursos y programa de gobierno. En lugar de mostrarse como un futuro gobernante que sabe bien qué es lo que quiere para su país, simplemente se comporta como un desesperado por ser presidente y lo preocupante es que termine convirtiéndose como Alan García y los antecesores a éste en un paladín del neoliberalismo. Con Keiko, sin embargo, la cosa es clara se sabe que no piensa cambiar un ápice del modelo económico, político, ideológico y social. Que funciona con piloto automático. Sólo le agregará la parte de asistencialismo social que tan bien usó su padre para aplacar los reclamos de los sectores más desposeídos.

Esto lleva a concluir que las objeciones a Humala son dos: primero sus vacilaciones y cambios de postura no lo hacen creíble para los sectores medios, sobre todo limeños y segundo, su viraje hacia el centro y sus acuerdos con aquellos a los cuales supuestamente combate tampoco lo hacen confiable ahora a los sectores más críticos al modelo. Hoy parece impredecible saber qué va a terminar haciendo si gana las elecciones, lo que transforma en una incógnita también el panorama regional, ¿Perú continuará su política regional alineada pro-norteamericana o romperá con ese eje y terminará de cerrar un gran acuerdo regional con Brasil y el MERCOSUR?


* Lic. Prof. Renzo Sosaya Gomez, Investigador del CAEI

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