Plan estratégico y sociedad civil

¿Dónde encontrar la voluntad política para armar una gestión supranacional? ¿ Y dónde está la presión de la sociedad civil en este sentido? Las preguntas del ex subsecretario de Comercio Exterior, Raúl Ochoa, fueron enunciadas en el seminario organizado por la Universidad Tres de Febrero el 7 de noviembre, con eje en la discusión sobre la participación de la sociedad civil en la integración. Evitar la “fatiga” negociadora y tratar de volver a crecer juntos. Retomar el proyecto inicial de los acuerdos Alfonsín-Sarney. Hacia la construcción de órganos unificados de supervisión sanitaria, tecnología transgénica, cadenas de valor, optimización productiva. Elementos de un debate que en el fondo gira alrededor de un plan estratégico. Y no se trata solamente de un problema de negociadores o políticos, sino que es claramente un tema de la sociedad toda, afirmó el docente de la Fundación Bankboston en su disertación.


En relación con la agenda futura del Mercosur, Raúl Ochoa tomó dos aspectos, la relación argentino - brasileña en el futuro y el tema dentro del MERCOSUR.

Algo nos pasa, reflexionó, porque cuando arrancamos con el proceso de integración derivado de los acuerdos Alfonsín – Sarney, la idea que teníamos era crecer juntos. Hoy lo que tenemos es una resignación. Resignación de que estamos juntos porque estamos cerca, de que tenemos que avanzar en el proceso porque no nos queda alternativa, pero dejamos de lado lo que constituía una fuerza importante, que era cambiar toda una historia, que era la historia de tratar de crecer juntos. Hay una fatiga de los negociadores, expresó el docente del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación BankBoston.

Cuando se pasa revista a todo lo que pasó durante el bienio 2004-2005, con una larguísima agenda de negociaciones, con una enorme cantidad de tiempo y gente involucrada y se observan los resultados alcanzados, se empieza a sentir claramente el por qué de esta fatiga. En el fondo, se produce porque esa frondosa agenda no ha sido discutida, ni dentro del sector público, en cuanto a prioridades, ni mucho menos con la sociedad civil. Con el coincidente problema de coordinación y articulación tanto dentro del sector público como desde éste hacia la sociedad civil.

José Botafogo Gonçalves, el ex embajador de Brasil en Argentina, sostenía que en lo que se refiere a valor agregado de recursos naturales, el MERCOSUR no puede mantenerse aislado del crecimiento de la demanda de elementos que se producirá de aquí a veinte años. ¿Qué estamos haciendo nosotros para trabajar en forma conjunta para enfrentar el desafío, que implica demandas crecientes, agregado de valor, mejores cadenas? ¿Quién se queda con la renta?, se preguntó el ponente.

Botafogo, casi como advirtiendo el problema, se refirió a las limitaciones del proceso de integración: “No logramos coordinar una supervisión sanitaria conjunta; no hemos roto el mito fronterizo; hacemos de cuenta de que cada país en materia de ganado vacuno es un país distinto. Y sin embargo, cuando aparecen las crisis, hay una necesidad clara de trabajar en forma conjunta en materia de supervisión sanitaria” El planteo tenía una clara conclusión para el ex embajador: “¿Por qué no disponemos de un Órgano supranacional?”

Pero de aquí surgirán inevitablemente otras preguntas, explicó Ochoa. ¿Dónde está la presión hacia la creación de este Organo Supranacional? ¿Además de fatiga, dónde encontrar la voluntad política para armar una gestión supranacional? ¿ Dónde la presión de la sociedad civil en el sentido de la cuestión supranacional?

En esta misma discusión surgirá el problema de defensa de la competencia, exhibido en al caso de la vacuna aftósica. Hay cuatro laboratorios en Brasil que producen esta vacuna y no entran al mercado argentino; a su vez los equivalentes argentinos –el 90% del mercado- no entran en Brasil. Notablemente los precios en ambos mercados son relativamente elevados. Uruguay, que tiene un stock ganadero que no alcanza al 20% del stock argentino y al 5% del brasileño, cuando compra licitaciones nacionales, “casualmente” tiene oferta de los dos lados, a precios que son menos de la mitad de lo que se factura en los mercados más grandes de la región.

Entonces, el tema no pasa solamente por los problemas supranacionales. Siguiendo con esta idea de cómo trabajar en conjunto, surge el problema de dónde queda la renta, teniendo en cuenta una demanda creciente y una oferta que debe adecuarse a esa demanda.

En este sentido, Ochoa abordó el tema de los transgénicos. ¿Cuánto vamos a abonar desde el punto de vista de innovación científica y tecnológica? ¿Lo vamos a hacer juntos o cada uno por su lado? ¿Con qué recursos? ¿Cómo enfrentamos el tema con las transnacionales y la atracción de inversiones transnacionales? ¿Cada uno por su lado o con migraciones cruzadas que ayuden al desarrollo de ambos países?

En el fondo de la cuestión, para evitar la fatiga y tratar de volver a crecer juntos, hay un solo camino. Si queremos pensar desde el punto de vista nacional, tenemos que pensar desde el punto de vista de la región.

El plan estratégico

¿Cómo se logra insertar a la sociedad civil en un cuadro de complejidades puntuales? La primera cuestión es la claridad de agenda y de información. Una de las cosas de las que carece nuestra sociedad es del conocimiento del tema. En todo este tema de negociaciones, el tema de la carne o de la soja por ejemplo, desde el punto de vista de la producción, de la cadena de valor o de las implicancias que tiene para el medio ambiente y la conservación de la región, el debate en el fondo gira alrededor de un plan estratégico. Y creo que no solamente es una cuestión de los negociadores o de políticos, sino que es claramente un tema de la sociedad toda, concluyó Raúl Ochoa.

Graciela Baquero