Pronostican años de bonanza a partir de 2010

Con un riesgo eleccionario más acotado que en comicios presidenciales pasados, la economía de Brasil podría crecer en torno al 4,5%-5% en los próximos años, motorizada por el dinamismo de la demanda interna. En el largo plazo, el país contará con un capital invaluable: el hallazgo de nuevos yacimientos de hidrocarburos y el creciente interés inversor, en un escenario mundial que se perfila favorable, con estabilidad en algunos países y crecimiento moderado en otros, destaca un informe del grupo BBVA.


Muy lejos de lo que se pronosticaba en enero de 2009, Brasil finalizó un año que prometía ser negro con tasas de crecimiento positivas y en el camino de la recuperación, principalmente gracias al buen comportamiento del consumo privado. Así lo indica un informe del grupo BBVA del mes de noviembre. A la espera de las cifras finales, 2009 podría haber cerrado con un incremento del PBI de alrededor de 0,4%, que si bien puede parecer modesto, constituye todo un logro en el marco recesivo que se instaló en el mundo tras el estallido de las subprime.

Aunque todo parece indicar que en el caso de Brasil la crisis se convirtió en una oportunidad y este país salió fortalecido, algunos analistas advierten tempranamente que este inesperado optimismo podría ser caldo de cultivo para la formación de "burbujas", tal como se ha visto en los precios de las acciones en la Bolsa de San Pablo y en la cotización del real. El informe elogia las rápidas medidas adoptadas por el gobierno de Luiz "Lula" da Silva para prevenir movimientos especulativos, aplicando un impuesto a los flujos de capital extranjero. En cambio, señala como aspecto negativo al gasto público, que crece a un ritmo del 11% y que se mantiene direccionado a cubrir gastos corrientes. Este será un punto débil que jugará en contra en caso de continuar esta tendencia durante este año, como parece que ocurrirá. El análisis señala que "la política fiscal creará incentivos para que el Banco Central de Brasil promueva un ajuste de la política monetaria, que tendrá repercusiones negativas sobre el tipo de cambio", con lo cual se espera que Brasil continúe insistiendo en combinar expansión fiscal con ajuste monetario, al contrario de las medidas aconsejadas por los economistas y analistas, que prefieren llevar adelante un ajuste fiscal con menores restricciones monetarias.

Tendencias

Contexto mundial. La economía brasileña se verá beneficiada por un escenario mundial que se perfila favorable, con estabilidad en algunos países y con crecimiento moderado en otros. Sin embargo, no escapa a los analistas que las naciones más avanzadas -compradores importantes para Brasil- podrían sufrir retrocesos a partir de las dudas por un eventual recorte o supresión de los planes de estímulo que hasta ahora permitieron sostener el consumo. La salida ordenada e inteligente de estos programas de ayuda constituyen el principal "reto" que enfrentarán desde ahora los gobiernos, subraya el informe.

Sistema financiero. La caída de Lehman Brothers en la última parte de 2008 golpeó severamente al sistema financiero y la recuperación sin duda será lenta. A pesar de las mejoras logradas desde entonces, persisten tensiones.

Economías emergentes. A partir del creciente rol que ocupan como uno de los motores del crecimiento global, los economistas están siguiendo de cerca el comportamiento de las economías emergentes en la post crisis, y evalúan que más allá de los distintos casos, la mayoría ya transita una etapa de recuperación. Muchos analistas coinciden en que hay factores comunes que han permitido este buen comportamiento en medio de la debacle, como la mayor estabilidad macroeconómica conseguida en los años previos, los excedentes fiscales y comerciales, y los buenos precios internacionales de los commodities, parte fundamental de sus exportaciones. Entre los emergentes cabe una diferenciación entre América Latina y los asiáticos. Claramente, China ya retomó el crecimiento a tasas elevadas mientras que en el cono sur las señales positivas llegaron recién en el tercer trimestre de 2009, más leves y con mayores riesgos en cuanto a "una mayor fragilidad macroeconómica y financiera".

Economías desarrolladas. Pese al protagonismo que ganaron en los últimos años los emergentes, muchos expertos recuerdan a menudo que la recuperación de la demanda estadounidense y europea es fundamental para el crecimiento mundial, ya que ni siquiera China basta para llenar el vacío que pueden ocasionar ambos si se profundiza la recesión. Los últimos relevamientos indican que hoy la economía de EE.UU. aparece en mejor situación que la europea y se espera como escenario más probable que logre un crecimiento moderado, aunque con serios problemas, como son el aumento del desempleo y del gasto público.

Materias primas. Se identifican dos factores que influirán en los precios de 2010: la recuperación de la producción industrial en países desarrollados y la normalización de la demanda de China. Las perspectivas permiten suponer que en el curso del presente año habrá una corrección moderada de los valores y nuevas alzas en cuanto la demanda global se recupere y se noten otra vez problemas para ampliar la capacidad de oferta.

Proyecciones para Brasil

El consenso indica que en los próximos doce meses Brasil alcanzará un crecimiento en torno al 5%, potenciado por la demanda interna, que podría crecer en el orden del 6% en los próximos años. Cabe recordar que contra todas las proyecciones desalentadoras que se escuchaban a fines de 2008, y después de un primer trimestre de 2009 nefasto, ese país ya había logrado en el segundo semestre casi un 2% de suba de su PBI gracias a la reactivación del consumo privado, y se espera que estas condiciones se repitan a lo largo de 2010. Algunos factores que refuerzan la proyección de un escenario positivo son:

• El crédito otorgado por la banca pública seguiría en expansión en 2010, pero ahora también con un aporte importante de las entidades privadas.
• En este año todavía se notará el impacto de los incentivos fiscales para la compra de bienes de consumo duraderos.
• Se proyecta un incremento del gasto público, también con miras a estimular el consumo.
• Se espera que se mantenga la moderación de la inflación que se observó en los últimos meses, lo que potenciaría la capacidad del Banco Central brasileño para que los tipos de interés continúen en mínimos históricos.
• La tendencia de baja del desempleo promete afianzarse, sumando al estímulo del consumo interno. Cabe recordar que a octubre último la cantidad de empleos creados -alrededor de 230.000- superaba en un 60% a los que se perdieron entre noviembre de 2008 y enero de 2009, cuando arreciaba la crisis internacional.
• También se mantendría la tendencia a la reducción de empleo informal que, según los últimos relevamientos, cayó de 30% a 25% entre 2005 y 2009.
• Asimismo, las inversiones serían otro ingrediente importante para motorizar el crecimiento.
• Para la política fiscal se espera que continúe la expansión, aunque se descuenta la sostenibilidad de la deuda al menos a corto plazo.
• En materia de balanza comercial, se espera que a partir de ahora comience a cambiar la ecuación que se observó en 2009 -caída de importaciones y exportaciones sostenidas por la demanda de China, con un real depreciado- para dar paso al escenario inverso, con lo cual empezarán a trepar las importaciones por sobre las exportaciones.

Algunos aspectos que los expertos recomiendan tener en cuenta en 2010 son:

• Prestar atención al ahorro externo ya que el aporte de la demanda externa al crecimiento del PBI brasileño no tardará en tornarse negativa, con lo cual el país necesitará aumentar el ahorro externo para financiar crecimiento.
• Una mala noticia es que la inflación ya no podría seguir estancada, como ocurrió al inicio de la debacle internacional gracias a la ralentización de la actividad. En 2009 finalizó a 4,31% frente a un 6,4% del año previo, pero en 2010 se esperan presiones inflacionarias de la mano del alza de los commodities y por una mayor actividad, que no sería compensado por la apreciación del real. La estimación es que el índice IPCA ronde el 4,5% al completar el primer semestre.
• El gasto público es un frente de riesgo ya que se mantuvo alto durante todo 2009 y se ubicó 11% por encima de la marca de 2008. El informe de BBVA aclara además que este incremento parece más ligado a un deficiente control del gasto público que a la asignación de estímulos fiscales anticíclicos.
• De esta forma, se plantean dudas en torno al cumplimiento de la meta de superávit primario para 2010, fijada en 1,6%. Se especula con que -si se complica alcanzarla- podría echarse mano de parte del fondo patrimonial soberano creado el año pasado, equivalente al 0,5% del PBI brasileño.

Silvia Martínez