Pymes, participación social e integración

El Consejo Consultivo de la Sociedad Civil nace desde la Cancillería como una estrategia sin precedentes en la política exterior argentina, concreto nexo entre gobierno y sociedad civil. El Representante especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería, embajador Hugo Varsky se refirió a la actuación de un sector clave en la construcción de la participación social en la integración social, el de la Pequeña y Mediana Empresa. Desde la Comisión Pyme del Consejo se auspició la conformación de ALAMPYME de alcance latinoamericano y desde allí se discuten los mecanismos institucionales y las políticas que cada país y el propio MERCOSUR debe proveer para el desarrollo de un sector base del tejido social.


¿Cuál es su enfoque sobre la participación social en el manejo de la política exterior y los procesos de integración?

Con respecto a este problema, hay temas de principio. Si Argentina se involucra en el MERCOSUR y en otros procesos de integración, la participación de la sociedad resulta obvia. Las visiones sobre el Mercado Común son diferentes, dependiendo de los intereses y sectores involucrados. Un punto de vista es el del MERCOSUR comercial tradicional, que involucra a las fuerzas económicas tradicionales. Pero existe otra visión de un MERCOSUR de carácter estratégico, que integra temas económicos, políticos, sociales, culturales. Constituye un nuevo desafío en la construcción de la propia Argentina, en la cual la presencia de la sociedad es imprescindible.

Desde el punto de vista económico, si la Pequeña y Mediana Empresa participa del proceso del MERCOSUR, el perfil económico será uno, pero si no lo hace será otro totalmente diferente. ¿Cómo se construye la participación social? No hay manuales que lo expliquen, pero sí distintas visiones de la participación social en el mundo que han producido experiencias como la de la Unión Europea, con una participación social significativa, o la del NAFTA en la que prácticamente esta participación no existe. Son enfoques en los que la sociedad tiene presencias diferentes.

En el caso del MERCOSUR, se trata de la construcción de un proceso de integración entre países subdesarrollados, particularmente castigados por la década neoliberal; Estados que han quedado débiles. Los objetivos de fondo tienen que ver además, con las particularidades de la sociedad civil en cada país.

La crisis trajo una profunda desinstitucionalización, con organizaciones –que incluyen al Estado- de representatividad débil. Por lo tanto, si se plantea conceptualmente la idea de que la sociedad civil en su conjunto debe participar en el proceso de integración, pero esas organizaciones sociales vienen de una experiencia de aislamiento o dificultades de representatividad, hay que buscar caminos que respondan a esta particularidad. Es así como surge desde la Cancillería, un Consejo Consultivo de la Sociedad Civil con las características actuales; el futuro dependerá de la consolidación de esa misma relación entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la sociedad civil.

En agosto de 2003 la gestión del Presidente Kirchner decide abordar franca y abiertamente la vinculación con la sociedad. En la I Reunión Plenaria del Consejo (de la que participaron unas cuarenta organizaciones, que ahora se extendieron a quinientas ochenta y dos) se definieron tres objetivos. La propuesta básica partió de la necesidad del conocimiento mutuo entre organizaciones y funcionarios. El trabajo se desarrolló alrededor de los espacios de información, capacitación y organización. Se propusieron estas líneas de trabajo bajo la propuesta de crear un espacio plural, pero no neutral. El objetivo es la construcción de un MERCOSUR con participación social, lo que fue comprendido por las organizaciones sociales, que se dieron a la tarea de crear ese espacio.

La información: En el caso de la política exterior, existe el derecho a estar informados por parte de los dirigentes sociales. En primer término, en agosto de 2003 se generó un Boletín de Comercio Exterior que diariamente es recibido por organizaciones sociales, junto con documentos firmados por Argentina en relación con estos temas de interés; disponemos de un Boletín específico del Consejo Consultivo. Junto con estos instrumentos implementamos los Plenarios del Consejo, de los cuales ya se celebraron dieciséis, con la concurrencia de alrededor de quinientas organizaciones. Se trata de un ámbito de información en donde todas tienen derecho al uso de la palabra. No se trata de una Asamblea que toma decisiones ni genera consensos, y esto no es un tema menor, porque evita la manipulación del espacio por parte del poder público. En estos Plenarios intervienen el Canciller, distintos funcionarios del área de integración de la Cancillería, así como el Foro Consultivo Económico y Social del MERCOSUR (FCES).

En el fondo, el objetivo fundamental de nuestro trabajo es fortalecer al FCES con las experiencias de la sociedad civil. El Foro participó como capítulo nacional a través del coordinador de la UIA, Zorreguieta. La Comisión de Astilleros Río Santiago, la Comisión de Pueblos Originarios, Pastoral Social, la Red del Pensamiento para la Integración (Intendencias integradas con merco ciudades), fueron otros de los intervinientes en un Plenario en el que se presentó el recién constituido Comité Consultivo de la Sociedad Civil para la Integración del Nordeste, con doscientas veinte organizaciones.

Capacitación: Es otro derecho y otra obligación de la sociedad civil. Los dirigentes deben desarrollar conocimientos de los aspectos técnicos de la integración, con referencia a la Organización Mundial de Comercio, el ALCA, la Comunidad Andina de Naciones, todos los temas de interés regional. En general esta capacitación se concreta en el ámbito del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, y cuenta con la participación de académicos y de los propios negociadores de Cancillería. El resultado excede el objetivo en sí mismo; tanto dirigentes como funcionarios alcanzan un grado de colaboración antes impensado.

Organización: esta tercera línea de actividad se concretó a través de la organización de Comisiones Temáticas; cada sector se organiza según su libre albedrío, con la única condición de que dispongan de un coordinador. Los grupos de organizaciones que deseen conformar una Comisión presentan un proyecto que se distribuye entre los miembros, y se invita a los interesados a incorporarse. En este momento, existen quince comisiones conformadas que coinciden en sus objetivos y cuyas actividades son diferentes. El Consejo les pide ordenar los requerimientos y propuestas ante la Cancillería y difundir ante las demás organizaciones las especificidades de ese sector.

La Comisión Pyme

En el caso de la Comisión Pyme, nos interesa no solamente su organización de actividades sino la difusión de su problemática vinculada al tema internacional entre el resto de las organizaciones del Consejo. Con el tema de la Pequeña y Mediana Empresa nos enfrentamos ante un problema central: más allá de sus características propias, las Pymes constituyen la base del tejido social, proveen el 75% de la mano de obra ocupada, con una gran incidencia social, pero se encuentran tremendamente dispersas. Aparece mucho más clara la temática de las Pymes cuando existe un empresariado nacional organizado, como ocurrió en algunas etapas de la historia institucional argentina. Cuando ese empresariado nacional es golpeado por las políticas económicas y en gran medida disuelto la Pyme, que forma parte sustantiva de ese empresariado, se enfrenta a dificultades de nucleamiento. Este comentario tiene que ver con resaltar la necesidad de generar políticas de Estado en relación a las Pymes, que a su vez está directamente relacionado con el desarrollo de un modelo económico.

ALAMPYME

Lo primero que advirtió la Comisión Pyme en sus reuniones en el seno del Consejo, fue que no existía una organización latinoamericana que representara al sector. En octubre de 2004, con el auspicio del Consejo Consultivo y la Subsecretaría Pyme, sumado al trabajo de organizaciones como APYME y la Confederación General Económica (CGE), se organizó el Congreso Latinoamericano de Pequeña y Mediana Empresa. Quedó conformada la Asociación latinoamericana de Micro, Pequeña y Mediana Empresa (ALAMPYME) de la cual forman parte catorce países. Uruguay fue elegido como Sede permanente y Francisco Dos Reis quedó a cargo de la Presidencia. Recientemente se organizó un encuentro en la Sede de ALADI con la participación del Canciller uruguayo.

Con todas estas organizaciones coincidimos en la necesidad de trazar una política referida a la Pequeña y mediana empresa para el MERCOSUR. Naturalmente, como las Pymes en su actividad se dirigen al mercado interno, el desafío es cómo construir cadenas de valor y asociatividad entre empresas del países del MERCOSUR. Qué tipo de servicios institucionales debe brindar el MERCOSUR a las Pymes para poder desarrollarlos.

Graciela Baquero