Recesión y xenofobia en Europa

España y Gran Bretaña han ingresado en la recesión. Se considera que un país está en recesión cuando su producto bruto cae por dos trimestres consecutivos. Ello sucedió en ambos. El de España caerá un 1.7% en el 2012. En el primer trimestre del 2012, 365.900 personas perdieron su trabajo, lo que llevó la cifra de desocupados a 5.639.500, el 24.4%. Los hogares donde ninguno de sus miembros tiene trabajo aumentaron a 1.728.400. Más del 50% de los jóvenes está desocupado.


En Inglaterra la economía se contrajo un 0.2% en el primer trimestre del 2012, luego de haber caído un 0.3% en el último trimestre del 2011. Es la segunda recesión en tres años, lo que no sucedía desde 1975. El líder de la oposición laborista Miliban llamó los datos catastróficos y señala que era una recesión producida por las políticas del gobierno.
 
Las políticas aplicadas han sido de extrema austeridad. Apuntan a un recorte del gasto fiscal de 130.000 millones de dólares en cinco años, con la eliminación de 700.000 puestos de trabajo en el sector público.
 
La caída de la economía debilita la recaudación fiscal. Cayó un 3.6% y señala un centro económico conservador “el problema en la estrategia de reducción de déficit del gobierno es que sin una recaudación fiscal, producto de un crecimiento de la economía, no podrá reducir el déficit y su deuda”.
 
La apuesta a la “austeritis” como la llama el Nobel de Economía, Paul Krugman no está dando resultado en ninguna de las economías que la están implementando bajo la presión de los intereses financieros. Se suponía que mejoraría la confianza de los mercados en esas economías. No sucedió así. Lo único real es el sufrimiento social agudo que provoca. Señala Krugman (The New York Times 27/4/12): “los siempre sufridos irlandeses fueron aclamados como una historia de éxito no una sino dos veces en 2010 y 2011. El éxito resulto ser un espejismo tres anos después de la aplicación de su programa de austeridad Irlanda aun no muestra indicios de recuperación real de la recesión”. Su desempleo es 15%. En Grecia subió al 21%. En Italia es 9.3%.
 
Lo que también es real que al empeorar la situación aumentan las posibilidades de que sea explotada por los sectores ultraderechistas para crecer, desatando la xenofobia y el racismo. En toda Europa están llamando a culpar a las minorías, a los inmigrantes, y a los extranjeros, de la crisis.
 
Con repercusión. Prosperan en muchos países, y el partido que creó Le Pen, que sostenía que el Holocausto no existió, ahora conducido por su hija obtuvo en base a lemas antiimigrantes, el 18% de los votos en Francia.

Los Gobiernos siguen cayendo por los destrozos sociales que causan estas políticas ortodoxas, que generaron similares resultados en diversos países latinoamericanos en los 90. Ahora cayó el Holandés, que se suma a una larga lista. Asimismo, aumenta la conflictividad social, y revive el fantasma de la xenofobia.
 
Urgen en Europa cambios hacia políticas reactivantes de la economía, y que cuiden de la gente, y en América Latina sacar las lecciones correspondientes.
 
(*) Presidente de la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendedurismo social.
Bernardo Kliksberg