Reducción de stock de deuda privada en Argentina

La mejora en la situación económica argentina, la suba en los precios internacionales de las materias primas y bajas tasas de interés permitieron que empresas endeudadas con el exterior renegociaran y redujeran los pasivos de 77.000 a 60.000 millones de dólares en los dos últimos años, según lo reseña un informe de la consultora Ecolatina. El sector financiero recortó en más de 40% su exposición como consecuencia, fundamentalmente, de la reducción en los saldos de líneas de crédito otorgadas por bancos del exterior. Para el resto de las actividades, tuvieron un papel destacado en el recorte del endeudamiento las capitalizaciones y/o condonaciones de los acreedores.


La situación deudora del sector privado con el exterior ha mejorado como consecuencia de una suma de factores. Entre ellos, la continuidad en el ciclo de recuperación económica iniciado a mediados de 2002, el contexto internacional favorable - por los elevados precios de las materias primas - y un escenario financiero caracterizado por bajísimos niveles en las tasas de interés. Se observan progresos en los indicadores de solvencia como resultado de la reducción en el stock de deuda del segmento privado (tanto financiero como no financiero). Asimismo, las reestructuraciones de pasivos encaradas por determinadas empresas permiten compatibilizar los pagos a los acreedores con el flujo de ingresos de las compañías.

A principios de 2004, la deuda externa del sector privado alcanzó los 60.400 millones de dólares, de los cuales 51.000 millones de dólares corresponden al sector no financiero y 9.440 millones de dólares al financiero. Puestos en perspectiva, los pasivos externos del sector privado representan algo menos de dos terceras partes del stock de deuda en cesación de pagos del Estado Nacional, o aproximadamente un tercio del PBI en dólares proyectado para 2004 (u$s 144.000 millones).

Comparando con la situación a principios de 2001, cuando el sector privado en conjunto adeudaba 77.600 millones de dólares, se observa una disminución nominal en los pasivos externos. En particular del sector financiero, que redujo en 43% sus obligaciones en los últimos dos años - más de 7.000 millones de dólares -. Por su parte, el sector no financiero canceló deuda por 10.000 millones de dólares.

Las principales causas de esta caída, en lo concerniente al sistema financiero, fueron la reducción en los saldos de las líneas de crédito otorgadas por bancos del exterior - explican más de 40% de la merma - y la capitalización y / o condonación de deudas – 20 % -. También contribuyeron la liquidación de algunas entidades financieras, particularmente en el segundo semestre de 2002, y los pagos netos de deudas financieras.

En lo relativo al sector privado no financiero, la reducción en los niveles de endeudamiento externo se explica, en lo fundamental, por las capitalizaciones y/o condonaciones de los acreedores. Otro mecanismo fue el uso de fondos disponibles en el exterior y, a partir de 2003, el giro de divisas para cancelar deudas financieras. En sentido contrario, entre los factores que aumentaron el endeudamiento se destaca la acumulación de intereses (vencidos) impagos. La buena coyuntura de precios del crudo permitió que las empresas petroleras lideren el ranking de la disminución de pasivos externos durante 2002 y 2003 – el recorte fue de 3.100 millones de dólares -.

La utilización de fondos propios en el exterior dio cuenta del 80% de la caída, mientras que los giros de divisas por deuda financiera explicaron el resto. Las industrias química, del caucho y plástica redujeron pasivos por aproximadamente 2.000 millones de dólares. En estas actividades, a diferencia del rubro petrolero, el principal mecanismo fue la capitalización o condonación de deuda – 57 % de la reducción en el stock -, aunque también se utilizaron fondos disponibles en el exterior y el giro de divisas por deudas financieras. El sector automotor, por su parte, recibió en 2002 un significativo volumen de capitalizaciones que le permitieron disminuir pasivos por 1.250 millones de dólares.

La reducción en el stock total de deuda, aunque mejora en términos generales el pasivo del sector privado, no despeja las preocupaciones por el abultado nivel de compromisos que se concentran en el corto plazo. En efecto, del total de deuda externa privada (como ya se dijo, 60.400 millones de dólares) el 30% era exigible a fines del año pasado. Es decir, el sector privado adeudaba 16.100 millones de dólares por amortizaciones de capital no realizadas y algo menos de 1.800 millones de dólares en concepto de intereses vencidos no cancelados. Para el año en curso existen vencimientos programados por 19.300 millones de dólares, que representan un 32% del total del stock de pasivos externos del sector privado. Sin embargo, parte de la deuda, principalmente la exigible a principios del año en curso, se encuentra en distintas etapas de reestructuración que permitirían una mejor distribución en el tiempo de la carga financiera.

Las corporaciones

En general, los acuerdos cerrados implicaron reducciones nominales promedio en torno del 30% al 45% en términos de valor presente neto. Las modalidades de canje, en la mayoría de los casos, contemplaron ofrecer a los bonistas nuevos títulos a plazos de entre cinco y diez años, recompras de papeles defaulteados en efectivo con quitas promedio de 50% (excepto casos particulares como Sociedad Comercial del Plata que logro un recorte de 80%) o combinaciones de ambas opciones.

El panorama actual de la deuda corporativa puede ser dividido en tres grandes grupos de empresas: las que cumplieron con sus compromisos en tiempo y forma, las que renegociaron sin entrar en default y las que incumplieron sus obligaciones. En el primer grupo se destaca, por su tamaño, YPF, compañía que no modificó las condiciones originales de sus títulos de deuda, gracias al flujo de ingresos en dólares de su giro comercial. Dentro del grupo de empresas que refinanciaron pasivos sin entrar en default se destaca Petrobrás Energía y Telefónica de Argentina que reprogramaron deudas por 2.300 y 1.800 millones de dólares respectivamente, respetando el capital original.

En la tercera categoría, es decir aquellos que realizaron quitas, se encuentran el Banco Río que registró una deuda incumplida de 1.400 millones de dólares. Estos pasivos fueron refinanciados con vencimientos entre 2009 y 2012 y un recorte de 45% para la opción de la recompra de la deuda en efectivo. Impsat logró una quita mayor – 50% - para pasivos del orden de los 1.075 millones de dólares que fueron reprogramados a 2008 y 2011. Otras empresas con pasivos del orden de los 500 a los 1.000 millones de dólares son el Banco Hipotecario, Cablevisión, Multicanal y Autopistas del Sol. En estos casos se acordaron vencimientos que van entre el 2010 y el 2014 con quitas que fluctúan entre el 55 y el 70%.

Por último, cabe señalar que los rendimientos exigidos por los inversores guardan relación con el distinto tratamiento que sufrió la deuda original. Así, la compañía petrolera YPF está pagando una tasa interna de retorno (TIR) de entre 5 y 6,8% anual por sus compromisos, es decir un spread de 200 a 350 puntos básicos sobre los títulos libres de riesgo. De esta manera, los inversores premian el cumplimiento de los compromisos originales.

Este margen sube a un segundo escalón – niveles de 500 a 600 puntos – para las compañías que refinanciaron sus deudas sin quitas en el principal. Los mayores rendimientos, como es lógico, fueron demandados a las compañías que defaultearon, ya que las nuevas deudas corporativas presentan un spread del orden de los 1.200 a 1300 puntos básicos, es decir unos 100 a 200 puntos por encima de la deuda del Estado argentino performing (con cumplimiento regular). Precisamente, el Índice de Riesgo Financiero Ecolatina – que mide el sobreprecio con que cotiza la deuda soberana se ubica ligeramente por debajo de los 1.100 puntos. En términos generales, la continuidad de la mejora de la situación financieras (externa) de las corporaciones dependerá del resultado de la reestructuración de la parte de la deuda del Estado nacional en default, como así también de que se mantenga la recuperación económica. Y también del esfuerzo negociador que realicen las empresas para adecuar sus pagos al flujo de ingresos de sus operaciones en la Argentina.

MABC