Una mirada cooperativa del Mercosur
Un punto común y repetido es que el desarrollo sostenible y la cooperación son compatibles, afines y se potencian cuando las organizaciones cooperativas se basan en los principios y valores y a su vez articulan y se comprometen con sus comunidades tal como lo expresa el séptimo principio.
Hoy las empresas cooperativas y mutuales han adquirido una gran relevancia en el ámbito empresarial, convirtiéndose en entidades socio-económicas de importancia y en favor de un dinámico desarrollo local/regional articulado con el territorio que genere mayores ingresos, tienda a una equitativa distribución del ingreso y una disminución de conflictos de intereses.
Al interno de cada cooperativa los cambios y los desafíos producidos aceleradamente exigen elegir la opción de desarrollo correcta. Por un lado, pensar participativamente una renovación y reformulación de las estrategias y de los procesos de gestión y, por otro, una urgente vuelta a la esencia, valores y principios. Es decir, un repaso integral de las lecciones de identidad e historia de cada cooperativa. Esto es, aumentar la coherencia entre los lineamientos y postulados orientadores que marcan pautas y alumbran la acción y gestión.
La brújula, faro y fuente de diferenciación está en la definición, valores y en los siete principios cooperativos que enmarcan al sistema y han sido oficializados por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), ellos son: Adhesión voluntaria y abierta; Control democrático para parte de los asociados; Participación económica de los asociados; Autonomía e independencia; Educación, capacitación e información; Cooperación entre cooperativas e interés por la comunidad.
La definición de la ACI es: Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada.
Para encarar las situaciones nuevas que debemos resolver tenemos un mapa doctrinario vivo, solvente y validado por las respuestas concretas que históricamente dio a distintas necesidades de las personas en diferentes lugares del mundo.
Conexión virtuosa
Hoy tenemos un desafío y una oportunidad de interacción creadora que es conectar y comprometernos de manera vinculante con el mapa doctrinario de la economía social y la propuesta de desafíos globales dada en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU acelerando la implementación conjunta, en razón de la ligazón operativa que tienen entre sí, el apoyo recíproco y la re significación que implica.
Este respaldo mutuo permitirá proyectar mejor el futuro y optimizarla orientación doctrinaria de la ES con un trabajo que sume la plataforma de los ODS mundiales integrados en la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, a la par de potenciar los objetivos que propone Naciones Unidas.
Los ODS fueron aprobados y se pusieron en marcha en enero de 2016 y seguirán orientado las políticas del PNUD durante los próximos 15 años, por ello, se denomina agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Ellos son: Fin de la Pobreza, Hambre Cero, Salud y Bienestar, Educación y Calidad, Igualdad de Género, Agua Limpia y Saneamiento, Energía Asequible y no Contaminante, Trabajo decente y crecimiento económico, Industria Innovación e Infraestructura, Reducción de las Desigualdades, Ciudades y Comunidades Sostenibles, Producción y Consumo Responsables, Acción del Clima, Vida Submarina, Vida de Ecosistemas Terrestres, Paz, Justicia e Instituciones sólidas, Alianzas para lograr los objetivos.
Creemos que un mundo que se está reorganizando y tan heterogéneo, buscar nexos y construir complementariedades entre los principios y los ODS es un camino valorativo y pragmático en favor del desarrollo sostenible de la economía social y sus comunidades.
Todos los componentes de los ODS son fundamentales, tienen una meta específica, pero deben tomarse sistémicamente ya que se potencian y se refuerzan mutuamente, al igual, que se apoyan y alinean la definición, los valores y los principios cooperativos en un cuerpo de ideas y acción.
Aunque todas las cooperativas deben ajustarse estrictamente a los principios, queremos alertar sobre un desvío demasiado usual, como es el desconocimiento y las confusiones que genera el denominado “cooperativismo a la carta”, es decir, el que transitan algunas organizaciones que sólo eligen y aplican algunos principios, convenientes y funcionales a sus objetivos y rechazan o dejan de lado otros que les molestan. No se pueden seleccionar alguno (s), porque se desnaturalizan, se pierde impacto positivo, consistencia y se generan contradicciones.
Por ello, la matriz organizacional de la ES y las esferas de acción de los ODS son sistémicas y pilares sólidos que ofrecen nuevas oportunidades, así como obligaciones y nos animan a pensar en construcciones comunes, colectivas, distintas y sostenibles en favor de las personas y de sus comunidades a través de la cooperación libre, voluntaria, inclusiva e inteligente.
También, sin banderías político-partidarias debemos pensar desde el cuarto principio cooperativo de “autonomía e independencia”, el valioso trabajo con los Estados y la planificación estratégica concertada a nivel regional y nacional con verdadera participación democrática, en un todo de acuerdo con el punto 17 de los ODS, que recomienda: “Alianzas para lograr los objetivos”. Es imprescindible movilizar y no desparramar recursos y esfuerzos.
Obviamente, que esta idea de interacción y construcción debe contar con la decisión, compromiso y estímulo del estamento dirigencial. Una función del liderazgo significativo es interpretar el mundo presente e imaginar posibles mundos futuros, donde se requieren innovadoras propuestas y soluciones ante los desafíos del desarrollo sostenible impulsado de “abajo hacia arriba”.
Asimismo para lograr los objetivos fijados se requiere fortalecer vínculos y utilizar, tanto herramientas de planificación adecuadas, como contar con una excelente acción proactiva de conducción, de gerenciamiento, de gestión y de control de los proyectos. Como evitar funcionamiento de las propuestas por canales paralelos.
La implementación de los ODS serán contributivos para que las organizaciones de la ES puedan continuar brindando los mejores servicios posibles a sus asociados, razón de ser de las existencia con impacto en sus comunidades. Esto permitirá diferenciar el accionar y la presencia en el mercado que brindan las cooperativas y las mutuales a fin de que cada día mayor cantidad de personas opten por los productos y servicios que ofrecen de manera más ventajosa y permanente.
Otro nexo es el fuerte consenso y respaldo internacional que tiene ambas dos plataformas que amplía las fronteras de incidencia para actuar concretamente y de forma eficaz.
Mercosur Cooperativo
Vinculado con esta propuesta en el Mercosur las reuniones especializadas de cooperativas (RECM) y de agricultura familiar (REAF), acordaron un trabajo conjunto para el fomento del cooperativismo y asociativismo en la agricultura familiar en el Mercosur, poniendo especial énfasis en el cumplimiento de los ODS nº 1, 2,3, 4. 5, 8 y 10. (ver cuadro)
Para institucionalizar las políticas públicas focalizadas en el cooperativismo y la agricultura familiar se elevó al Consejo del Mercado Común la solicitud de aprobación de una recomendación conjunta en el marco de la Dec. CMC nº 24/14.
Estamos convencidos que los problemas globales demandan respuestas cooperativas y que una decisión política–institucional, de enlazar y aglutinar las ideas entre ODS y la ES en un accionar inteligente, es una forma concreta de enriquecer una plataforma de desarrollo que el mundo necesita.
Porque hoy tenemos la gran responsabilidad de buscar el desarrollo de sociedades más sostenibles y solidarias y “avanzar hacia el desarrollo sin dejar a nadie atrás”.
Lic. Eduardo H. Fontenla
Licenciado en Cooperativismo y Mutualismo y licenciado en Ciencia Política y Gobierno.
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/