Gira presidencial a los grandes socios BRICS. El contrapeso financiero.

El poco conocido condicionamiento del Swap con los préstamos stand by del FMI. Apoyo de Putin y Xi Jinping para la incorporación de Argentina al grupo BRICS. DEGS. Ampliación y reasignación de swap chino.


Los mayores logros en el área financiera de la gira de Alberto Fernández en su visita a Rusia y China entre el 2 y el 6 de febrero, se relacionaron con la ampliación y reconversión del swap de China y el compromiso de ambos países de reasignación de DEGS, en procura de fortalecer las reservas del Banco Central, después del acuerdo con el FMI que pende de aprobación para su refinanciamiento de deuda. Todo en el marco del histórico ingreso de Argentina en la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Swap de China y stand by del FMI

“El acuerdo suplementario de 2018 que el gobierno de Macri adicionó en el momento de renovar y duplicar el swap de China, al condicionar el uso de esta herramienta financiera a la vigencia y cumplimiento del stand by con el FMI, buscaba aparentemente debilitar un objetivo primordial de la asociación estratégica con el país asiático, que es contar con un socio cooperativo que ayude a balancear la asimetría de poder entre Argentina y Estados Unidos. Este objetivo tiende a neutralizarse, en tanto la influencia de Estados Unidos en el FMI es muy superior a la de cualquier otro miembro. Y, si bien China es el tercer país más importante del FMI por su cuota y su poder de voto (6,41%), la diferencia con Estados Unidos es muy grande (17,46%). Además, la sede central del organismo está en Washington y sus políticas son permeables a la influencia del gobierno estadounidense y del Congreso y sus lobbies”.

Esta cláusula poco difundida introducida por primera vez en la renovación del swap de China, obligó a una sincronización entre el preacuerdo y la negociación por el swap y las cuantiosas inversiones en proyectos elaborados durante mucho tiempo en forma bilateral. Este hecho puede haber contribuido a explicar la premura con que el equipo del ministro Guzmán llegó al arreglo del preacuerdo de refinanciamiento de deuda. A pesar del costo político interno, el gobierno argentino concretó a contrarreloj la base que cumpliría con este empalme, teniendo en cuenta la posición de China en el FMI.

Para 2018, Argentina había solicitado al Fondo el préstamo extraordinario stand by de alto acceso, SBA, que concedió un monto mucho mayor que el que se hubiera obtenido con un stand by normal para países de ingresos medios. La operación, que dejó comprometido al país con una deuda de 50.000 millones de dólares, fue otorgada en forma irregular, tanto por las condiciones de devolución como por el destino de los fondos, destinados a especulación financiera. Lo que tanto el acreedor como el deudor reconocieron. El nuevo préstamo dejó atado al país a condiciones de control más exigentes, lo que aumentó el vínculo estrecho del organismo financiero con las políticas económicas locales. Pero permitió además transformarlo en una herramienta financiera que afectaría directamente los acuerdos logrados con China.

Historia del swap en Argentina*

“La moneda china lleva un largo proceso de internacionalización, en el que ha implementado numerosos acuerdos multilaterales y bilaterales de intercambio de monedas (swap). Este proceso se aceleró a partir de la crisis mundial en 2009. En este contexto, y en el marco de la asociación estratégica entre China y Argentina, acordados durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, sus bancos centrales firmaron acuerdos bilaterales de pases de monedas en 2009, 2014 y 2017. Dos acuerdos suplementarios se firmaron durante el gobierno de Macri, uno suscripto el 16 de diciembre de 2015 y otro el 2 de diciembre de 2018”.

En junio de ese año, el gobierno macrista acordó un programa Stand-by con el FMI por US$ 50.000 millones, por 36 meses. En el mes de diciembre, el acuerdo swap firmado por la administración Macri duplicó su monto.

“El monto total del swap de monedas entre el BCRA y el BPCh alcanzó con este acuerdo a 130 mil millones de yuanes, equivalentes a unos 19 mil millones de dólares, un monto muy importante, en torno a un tercio de las reservas de activos externos del BCRA.
“Sin embargo, por primera vez desde su firma inicial en 2009, el uso del swap quedó condicionado a la vigencia del stand by de Argentina con el FMI. El acuerdo estipuló en su cláusula 5 que, si por cualquier razón el stand by se suspendiera o cancelase, el Banco Popular de China rechazaría nuevos retiros de fondos o renovaciones.

Ingreso a los BRICS

“Esta cláusula empeoró las condiciones del swap argentino-chino respecto de otros acuerdos swap de China, como los de la Iniciativa Chiang Mai Multilateralizada y de los BRICS, que al menos tienen un tramo desvinculado de la intervención del FMI”.

De allí la importancia de que el presidente Alberto Fernández haya solicitado en su reunión bilateral con el primer mandatario Xi Jinping, y en el encuentro con Vladimir Putin, el apoyo para lograr el ingreso al grupo BRICS, conformado por China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica, que cuenta con instituciones financieras, como el Banco de Desarrollo que financia inversiones de los países miembro.

Dimensiones. Para tener una idea de la relación del swap con la economía real, cabe mencionar que sus montos, desde 2009 hasta 2017, fueron similares a las importaciones argentinas de origen chino, y que el acuerdo suplementario de 2018 lo llevó más allá de ese valor, a unos 17.000 millones de dólares. Mientras la estimación de las inversiones directas de China en Argentina en 2015 eran de unos 2.000 millones de dólares.

Dada la magnitud de los intereses en juego, y asumiendo que los acuerdos swap contribuyen a la estabilidad cambiaria y a disponer de moneda de uso internacional para promover el crecimiento del comercio bilateral y proteger el valor, rentabilidad y remuneración de las inversiones chinas, el swap con Argentina apuntó a cumplir estas funciones”.

Pero dadas las necesidades financieras del país, el Banco Central de la administración Fernández solicitó a su par chino, la ampliación del swap a 20.000 millones de dólares, así como la apertura de su destino.

En el mismo sentido, tanto el presidente de Rusia como el de China, tomaron nota del pedido argentino relacionado con los Derechos Especiales de Giro, DEGS, que Argentina recibió del FMI en forma proporcional a su cuota de participación, que se usaron para el pago de vencimientos de deuda de 2021. La idea básica es la de que los países que no los utilicen -en este caso Rusia y China- redistribuyan los derechos especiales entre los países vulnerables y de ingresos medios. Argentina espera conseguir redistribución de los DEG de ambos países, para fortalecer las reservas del Banco Central. Un excelente balance de los logros casi inmediatos en lo financiero como resultado de la visita presidencial a Rusia y China.

* CONICET digital, El swap chino condicionado al stand by del FMI, Noemí Brenta y Juan Larralde

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