Integración productiva y tecnológica
“Se espera un rebrote de la crisis internacional y para nuestra región el único camino posible es la integración”, afirmó el ministro de la Cancillería Argentina, Carlos Dante Riva, en un seminario en el marco de FOMERCO. Nuestras empresas – afirmó – podrían volver a estar sometidas a la presión de una competencia de productos importados. “La única alternativa que tenemos en el futuro y bajo este posible panorama, es la integración productiva que permita dar el salto de calidad y competitividad a los productos y servicios de la región”. África se presenta como un mercado tecnológico, en donde el INTA argentino y el INBA brasileño jugarán un rol preponderante, ya que en los próximos años se pondrán a producir alimentos en más de 80 millones de hectáreas.
En las jornadas organizadas por el Foro Universitario del MERCOSUR economistas y diplomáticos argentinos y brasileños debatieron sobre los procesos de integración regional. La constitución de un modelo de integración que dio lugar a la solidaridad y mutua colaboración a partir de 2003, fueron algunos aspectos en los que coincidieron en señalar los especialistas.
El economista Fernando Porta esbozó una mirada histórica sobre los diferentes modelos de integración regional afirmando que los intentos por alcanzar acuerdos regionales pueden obedecer a diferentes estrategias, siendo dos los modelos de integración que pueden distinguirse conforme a los objetivos que persiguen y las realidades de las que parten.
- Un camino de integración es el que se inicia en la búsqueda de “racionalizar estructuras productivas preexistentes”. El ejemplo de este modelo de integración se puede encontrar en la Unión Europea.
- Otro posible camino de integración es el que, con dificultades, idas y vueltas, se está llevando en Sudamérica y sería aquel que persigue integrar para desarrollar actividades “no existentes”, ampliar la escala de ciertos mercados, potenciar saberes e infraestructuras para el abordaje conjunto de terceros mercados o desarrollar nuevos nichos productivos. La integración en este modelo significa la elaboración de acuerdos para la construcción de nuevos productos, desarrollar nuevas industrias, que sin ese proceso de acuerdos regionales no hubieran podido desarrollarse.
En el Mercosur desde su génesis, con los primeros acuerdos entre los presidentes Sarney y Alfonsín han convivido estos dos modelos posibles: el de un acuerdo de integración productiva estratégica de múltiples dimensiones: física, cultural, financiera, con el modelo que simultáneamente pensaba a la integración en términos de intereses sectoriales internos y subordinado a los dictados del capitalismo central bajo el paradigma liberal que predominó en los 90.
Un cambio de fase a favor de un proceso de integración independiente
A partir de las nuevas administraciones gubernamentales que surgieron en los últimos años se evidencia un cambio. En el marco del impulso de nuevas políticas gubernamentales han comenzado a aparecer lógicas nuevas de integración que desbordan y van más allá de lo económico:
-Acceso conjunto a nuevos mercados.
-Utilización del poder de compra de los Estados.
-Producción y mecanismos financieros regionales como el Banco del Sur por ejemplo.
-Coordinación de acciones en distintos foros internacionales.
-Consideración de las asimetrías internas del bloque.
-Futuros intercambios comerciales con monedas locales.
-Políticas de integración física.
-Políticas de integración cultural (eventos regionales, cadenas de información con producción de contenidos propios como Telesur).
Coincidiendo con este cuadro el profesor Felipe Reis Melo
afirmó que las perspectivas de real colaboración “dependen de las concepciones políticas, ideológicas y de la determinación de cargar con los posibles costes de una real integración” y ejemplificó mencionando el proceso de nacionalización del Gas en Bolivia que significó un costo muy importante para el Brasil debido a las inversiones que Petrobras tenía en el sector gasífero y que si hubieran primado los intereses sectoriales por sobre una perspectiva estratégica a nivel regional, no se hubiera arribado a una solución para resolver la controversia. El gobierno de Brasil evaluó que las medidas decididas por el gobierno Boliviano, eran un costo que merecería ser pagado en pos de la integración regional.
Ante un rebrote de la crisis internacional, la respuesta es la integración
El funcionario de la Cancillería Argentina, Carlos Dante Riva afirmó que el proceso de integración estratégica no solo está en marcha debido a una similar visión política de los gobiernos, sino porque “es el único camino posible para enfrentar los diferentes desafíos que están planteados a nivel mundial. Se espera un rebrote de la crisis internacional y para nuestra región el único camino posible es la integración”. Nuestras empresas – afirmó – podrían volver a estar sometidas a la presión de una competencia de productos importados. “La única alternativa que tenemos en el futuro y bajo este posible panorama, es la integración productiva que permita dar el salto de calidad y competitividad a los productos y servicios de la región”.
La integración – continuó- no solo será indispensable para “defender nuestros propios mercados”, sino para abordar nuevos y desarrollar sectores en donde tenemos tecnologías, recursos humanos u otras ventajas competitivas.
Consideró en ese sentido que África es uno de esos mercados en los que debemos detener nuestra mirada. Se calcula que en los próximos años más de 80 millones de hectáreas se pondrán a producir alimentos en el continente africano. En ese sentido afirmó que el INTA y el INBA deberán jugar un rol para que poder acceder a esas nuevas demandas con tecnologías, productos y servicios. Concebir este proceso de intercambio entre el Mercosur y el continente africano en los próximos años, es uno de los desafíos de mayor escala para abordar desde una perspectiva regional.
En cuanto a un sector específico en donde puede abrirse un vasto terreno para explorar conjuntamente, mencionó el desarrollo de tecnologías relacionadas con la energía eólica (energía generada por efectos de las corrientes de aire). Se estima que estas energías renovables y no contaminantes tendrán un papel cada vez más importante. La región tiene los medios y recursos para el desarrollo de tecnologías vinculadas a este sector. En ese sentido también mencionó que en los procesos de integración productiva que demande este nuevo sector, se está considerando que las tecnologías a desarrollar cuenten con insumos y partes desarrolladas por todos los países del bloque, por lo que estos procesos también tienden a equilibrar las asimetrías internas del Mercosur, un reclamo histórico de los socios menores del Bloque.
Gustavo Rojas de Cerqueira César, Licenciado en Relaciones Internacionales y funcionario de la cancillería brasileña, aportó su visión a la problemática de la integración. Resaltó como uno de los hitos de mayor relevancia en esta nueva etapa, el documento que se generara el 16 de octubre de 2003 entre los presidentes de Brasil y Argentina denominado “consenso de Buenos Aires” en el que se expresara la voluntad de ambos mandatarios de profundizar y consolidar el proceso de integración bajo criterios democráticos, de solidaridad y cooperación política. Los lineamientos trazados en dicho documento y su puesta en práctica, son los que posibilitaron profundizar la integración y en el que el dialogo constante permitió superar las dificultades que siempre tienen los procesos de integración.
El economista Fernando Porta esbozó una mirada histórica sobre los diferentes modelos de integración regional afirmando que los intentos por alcanzar acuerdos regionales pueden obedecer a diferentes estrategias, siendo dos los modelos de integración que pueden distinguirse conforme a los objetivos que persiguen y las realidades de las que parten.
- Un camino de integración es el que se inicia en la búsqueda de “racionalizar estructuras productivas preexistentes”. El ejemplo de este modelo de integración se puede encontrar en la Unión Europea.
- Otro posible camino de integración es el que, con dificultades, idas y vueltas, se está llevando en Sudamérica y sería aquel que persigue integrar para desarrollar actividades “no existentes”, ampliar la escala de ciertos mercados, potenciar saberes e infraestructuras para el abordaje conjunto de terceros mercados o desarrollar nuevos nichos productivos. La integración en este modelo significa la elaboración de acuerdos para la construcción de nuevos productos, desarrollar nuevas industrias, que sin ese proceso de acuerdos regionales no hubieran podido desarrollarse.
En el Mercosur desde su génesis, con los primeros acuerdos entre los presidentes Sarney y Alfonsín han convivido estos dos modelos posibles: el de un acuerdo de integración productiva estratégica de múltiples dimensiones: física, cultural, financiera, con el modelo que simultáneamente pensaba a la integración en términos de intereses sectoriales internos y subordinado a los dictados del capitalismo central bajo el paradigma liberal que predominó en los 90.
Un cambio de fase a favor de un proceso de integración independiente
A partir de las nuevas administraciones gubernamentales que surgieron en los últimos años se evidencia un cambio. En el marco del impulso de nuevas políticas gubernamentales han comenzado a aparecer lógicas nuevas de integración que desbordan y van más allá de lo económico:
-Acceso conjunto a nuevos mercados.
-Utilización del poder de compra de los Estados.
-Producción y mecanismos financieros regionales como el Banco del Sur por ejemplo.
-Coordinación de acciones en distintos foros internacionales.
-Consideración de las asimetrías internas del bloque.
-Futuros intercambios comerciales con monedas locales.
-Políticas de integración física.
-Políticas de integración cultural (eventos regionales, cadenas de información con producción de contenidos propios como Telesur).
Coincidiendo con este cuadro el profesor Felipe Reis Melo
afirmó que las perspectivas de real colaboración “dependen de las concepciones políticas, ideológicas y de la determinación de cargar con los posibles costes de una real integración” y ejemplificó mencionando el proceso de nacionalización del Gas en Bolivia que significó un costo muy importante para el Brasil debido a las inversiones que Petrobras tenía en el sector gasífero y que si hubieran primado los intereses sectoriales por sobre una perspectiva estratégica a nivel regional, no se hubiera arribado a una solución para resolver la controversia. El gobierno de Brasil evaluó que las medidas decididas por el gobierno Boliviano, eran un costo que merecería ser pagado en pos de la integración regional.
Ante un rebrote de la crisis internacional, la respuesta es la integración
El funcionario de la Cancillería Argentina, Carlos Dante Riva afirmó que el proceso de integración estratégica no solo está en marcha debido a una similar visión política de los gobiernos, sino porque “es el único camino posible para enfrentar los diferentes desafíos que están planteados a nivel mundial. Se espera un rebrote de la crisis internacional y para nuestra región el único camino posible es la integración”. Nuestras empresas – afirmó – podrían volver a estar sometidas a la presión de una competencia de productos importados. “La única alternativa que tenemos en el futuro y bajo este posible panorama, es la integración productiva que permita dar el salto de calidad y competitividad a los productos y servicios de la región”.
La integración – continuó- no solo será indispensable para “defender nuestros propios mercados”, sino para abordar nuevos y desarrollar sectores en donde tenemos tecnologías, recursos humanos u otras ventajas competitivas.
Consideró en ese sentido que África es uno de esos mercados en los que debemos detener nuestra mirada. Se calcula que en los próximos años más de 80 millones de hectáreas se pondrán a producir alimentos en el continente africano. En ese sentido afirmó que el INTA y el INBA deberán jugar un rol para que poder acceder a esas nuevas demandas con tecnologías, productos y servicios. Concebir este proceso de intercambio entre el Mercosur y el continente africano en los próximos años, es uno de los desafíos de mayor escala para abordar desde una perspectiva regional.
En cuanto a un sector específico en donde puede abrirse un vasto terreno para explorar conjuntamente, mencionó el desarrollo de tecnologías relacionadas con la energía eólica (energía generada por efectos de las corrientes de aire). Se estima que estas energías renovables y no contaminantes tendrán un papel cada vez más importante. La región tiene los medios y recursos para el desarrollo de tecnologías vinculadas a este sector. En ese sentido también mencionó que en los procesos de integración productiva que demande este nuevo sector, se está considerando que las tecnologías a desarrollar cuenten con insumos y partes desarrolladas por todos los países del bloque, por lo que estos procesos también tienden a equilibrar las asimetrías internas del Mercosur, un reclamo histórico de los socios menores del Bloque.
Gustavo Rojas de Cerqueira César, Licenciado en Relaciones Internacionales y funcionario de la cancillería brasileña, aportó su visión a la problemática de la integración. Resaltó como uno de los hitos de mayor relevancia en esta nueva etapa, el documento que se generara el 16 de octubre de 2003 entre los presidentes de Brasil y Argentina denominado “consenso de Buenos Aires” en el que se expresara la voluntad de ambos mandatarios de profundizar y consolidar el proceso de integración bajo criterios democráticos, de solidaridad y cooperación política. Los lineamientos trazados en dicho documento y su puesta en práctica, son los que posibilitaron profundizar la integración y en el que el dialogo constante permitió superar las dificultades que siempre tienen los procesos de integración.
Daniel Calabrese