La agenda de apertura de Brasil y una oportunidad de coordinación

Aunque el volumen de exportaciones afectadas por la medida estadounidense de incrementar los aranceles a la importación de productos siderúrgicos provenientes de Brasil y Argentina es muy diferente para uno y otro país, el conflicto abre una ventana de oportunidad para coordinar estrategias. En particular, en vistas de la discusión respecto de una posible reducción del Arancel Externo Común (AEC) propuesta por Brasil.


El gobierno brasileño sostiene desde su llegada al poder una agenda de liberalización económica que incluye la reducción de los aranceles de importación. En la actualidad, los aranceles de Brasil se definen en el marco de la Unión Aduanera que establece el MERCOSUR. El gobierno brasileño se propone el próximo año negociar una baja de los aranceles que deberá ser validada por los socios del bloque y genera rispideces en la relación con Argentina, señala un trabajo de la fundación Embajada Abierta.

Aunque el MERCOSUR presenta en términos relativos elevados aranceles nominales (muchos de ellos cercanos a los máximos permitidos por la Organización Mundial del Comercio), el debate respecto de los márgenes de protección es más complejo. Por un lado, el arancel externo común se encuentra en muchos casos afectado por medidas alternativas que tienden a reducir el nivel de protección real efectiva. Esta situación, es particularmente evidente en el caso del complejo automotor, donde una serie de reglamentaciones especiales permiten a las terminales importar productos de extra-zona libres de cargas impositivas y arancelarias siempre y cuando sean posteriormente incorporados a productos de exportación (Drawback, RAF, etc.). No sólo hay casos en los que la reducción de la protección nominal implicará simplemente el sinceramiento de la situación, sino que además existen espacios para la identificación de productos cuyos costos de importación puedan ser reducidos sin perjudicar a la producción local, ni reducir los márgenes de preferencia en los mercados del socio. Adicionalmente, la Lista Nacional de Excepciones y otros instrumentos que el MERCOSUR reserva para la diferenciación de política comercial nacional ofrecen una válvula de escape para las negociaciones.

En el caso de Brasil, los elevados márgenes de protección responden no sólo a los niveles arancelarios, sino también a las medidas para-arancelarios que se constituyen como trabas al ingreso de productos. En el mismo sentido, opera el sistema de impuestos internos y exenciones (tal es el caso del Impuesto a la Producción Industrial), que opera como un mecanismo de defensa sobre la producción local. La decisión de reducir los márgenes de protección que sostiene Brasil en la actualidad no requiere por lo tanto necesariamente de una baja abrupta del Arancel Externo Común, sino que podría tramitarse a partir de los instrumentos adicionales que conforman la compleja política comercial brasileña. La decisión de los Estados Unidos respecto de imponer mayores aranceles a las compras de productos siderúrgicos originarios de Argentina y Brasil, ofrece una oportunidad para acercar posiciones con la administración brasileña. Aun asumiendo que existen márgenes para la reducción de la protección en el bloque, lo ocurrido invita a diseñar una estrategia que permita obtener algún rédito de las concesiones. Se trata, en definitiva, de una muestra evidente de una nueva realidad que caracteriza a la economía global, en la que las estrategias de apertura unilateral ofrecen más riesgos que ventajas.

Ignacio Bartesaghi, Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Uruguay

Ignacio Bartesaghi