La periferia deberá desplazar su eje de acumulación hacia mercado interno
Puesto que el comercio mundial va a crecer menos, la periferia deberá, si desea mantener su tasa de crecimiento, desplazar en mayor medida su eje de acumulación hacia el mercado interno. Lo cual requiere múltiples requisitos que deberían ser el eje de una reformulación del orden económico internacional tendiente a disminuir los desequilibrios que genera, sin limitar por ello la expansión de los países periféricos, señala un trabajo presentado por el CEFID-AR recientemente.
En el mes de diciembre, el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina, CEFID-AR, presentó su Trabajo Número 26 Crisis Mundial. Elementos para su análisis. El trabajo pretende aportar las herramientas necesarias para reflexionar acerca de las causas de la reciente crisis global y analizar sus posibles consecuencias a mediano plazo.
A lo largo del material, sus autores, Enrique Arceo, Claudio Golonbek y Romina Kupelian, sitúan a la recesión como una “crisis del modelo de acumulación dominante en la economía norteamericana y por consiguiente, una crisis del régimen global de acumulación sustentado en este modelo”. “Puesto que el comercio mundial va a crecer menos, la periferia deberá, si desea mantener su tasa de crecimiento, desplazar en mayor medida su eje de acumulación hacia el mercado interno. Lo cual requiere múltiples requisitos que deberían ser el eje de una reformulación del orden económico internacional tendiente a disminuir los desequilibrios que genera, sin limitar por ello la expansión de los países periféricos”, señalan los autores.
Arceo y Golonbek presentaron el libro la semana pasada en el Centro Cultural de la Cooperación, con la participación de Martín Abeles, de la CEPAL; y Fernando Porta, de la Asociación Civil Grupo Redes.
Durante la exposición, Arceo señaló que si bien se va a salir de la crisis, no se han tomado medidas para que no vuelva a repetirse en un futuro. Según el autor, los seguros de vida son, al igual que el modelo inmobiliario, nuevos mercados infames de especulación.
Al respecto, Claudio Golonbek explicó que si bien la nueva moda de venta de los seguros de vida no adquieren las dimensiones de las hipotecas subprime, ya que en realidad lo que hay es una transferencia de un derecho y no hay una construcción de un producto superficial, permiten inferir una falta de regulación en el área.
“Usualmente si uno iba a vender su seguro de vida de largo plazo la compañía aseguradora pagaba el 5 % de la prima, ahora están pagando el 20 %. Éste comienza a ser un producto cuya valorización financiera se da cuando la gente muere antes de lo que estipula la prima,” explicó el investigador. En definitiva, sigue siendo la especulación, y no la producción, el modelo financiero dominante.
Para Arceo, Estados Unidos ya no está en condiciones de ser el motor de la economía mundial y las causas profundas de la crisis sólo podrán superarse mediante el desarrollo de un nuevo sector que permita levantar la inversión sin encontrar freno en la sobreacumulación.
“Esto –según Arceo- lo tiene claro Barack Obama cuando plantea, como solución, desarrollar el sector de la energía eólica y solar. Sin embargo el 80 % de los componentes para la producción son chinos. La apuesta norteamericana es compleja porque en definitiva la búsqueda del máximo beneficio implicó, a diferencia de Japón o Alemania, la tercerización, creando a la larga a sus propios competidores.”
En conclusión, para el especialista claramente se va acentuando la conformación de un nuevo bloque. No puede asegurar quiénes lo integrarán, pero aconseja prestar atención a las relaciones comerciales de Asia y advirtió el advenimiento de una posible nueva coyuntura política.
“Tal como la historia lo demostró, cuando un nuevo bloque surge, las contradicciones entre los bandos se acentúan y los aspectos represivos hacia la periferia aumentan. No son casuales las bases militares en Colombia o las nuevas flotas norteamericanas. Seguramente estamos entrando en una época de confrontaciones. Tenemos un imperio que va retrocediendo y que por lo tanto se vuelve peligroso”, dijo Arceo.
Pensar la crisis desde sus causas estructurales es según Porta un mérito del trabajo ya que permite salir al cruce de algunas “hipótesis simplistas” acerca de la salida de la recesión. “Si bien los problemas financieros son un componente importante es fundamental centrar la atención en las modalidades y competencias del sistema productivo internacional y en la ampliación de la brecha distributiva. Es decir, no es un problema exclusivo de Estados Unidos sino que es un problema mundial de los últimos treinta años. No hay economía nacional que a largo plazo no haya ampliado la brecha en términos de ingresos personales ejerciendo una fuerte presión por los salarios. Ambas dimensiones están rigurosamente documentadas en el libro”, resaltó Porta.
Además el especialista distinguió tres aspectos tratados en el trabajo: Las tendencias de la periferia, la apelación al crecimiento vía el mercado interno y la posibilidad del armado de un nuevo escenario mundial.
El ensayo está dividido en tres secciones: la primera, parte del análisis “ortodoxo” acerca del rol determinante en la crisis y de los desequilibrios internacionales generados por los países periféricos. La segunda, examina los elementos determinantes del estallido de la crisis y, la última, analiza las posibles consecuencias a mediano plazo.
El material que puede bajarse a través de la Web de CEFID-AR (www.cefid-ar.org.ar) es según Abeles una muy buena crítica acerca de la discusión de los orígenes de la crisis y resume el tema en una frase que según cree engloba la idea acerca de la discusión: “La cuestión no es la frugalidad de los trabajadores asiáticos sino la tasa de ganancia del capital en Estados Unidos.”
El trabajo está dividido en tres secciones: la primera, parte del análisis “ortodoxo” acerca del rol determinante en la crisis y de los desequilibrios internacionales generados por los países periféricos. La segunda, examina los elementos determinantes del estallido de la crisis y, la última, analiza las posibles consecuencias a mediano plazo.
En este sentido, el informe expone que “nada indica que la dinámica global que ha otorgado un rol central a las finanzas tienda a desaparecer y su recuperación, al parecer, tendrá lugar sin cambios demasiado significativos en su regulación. Por otra parte, el sistema financiero ha experimentado un notorio proceso de concentración y centralización que tenderá a permanecer y las principales entidades financieras son parte activa en el diseño de los cambios regulatorios destinados a impedir la repetición de una crisis similar, aunque en esta cuestión como en muchas otras, será la dinámica social de conjunto (el cambio en las relaciones de fuerza sociales) la que determinará, finalmente los alcances de las transformaciones”.
Los autores concluyeron que “puesto que el comercio mundial va a crecer menos, la periferia deberá, si desea mantener su tasa de crecimiento, desplazar en mayor medida su eje de acumulación hacia el mercado interno. Lo cual requiere múltiples requisitos que deberían ser el eje de una reformulación del orden económico internacional tendiente a disminuir los desequilibrios que genera, sin limitar por ello la expansión de los países periféricos”.
Consideran que ello “exige renegociar los tratados de la OMC, a fin de ampliar los márgenes para modificar las tarifas aduaneras y otorgar subsidios por determinado lapso para facilitar el desarrollo de nuevas actividades, así como suprimir la prohibición de establecer condicionalidades a la operatoria de la inversión extranjera. Avanzar en la constitución de organismos regionales de financiamiento y acuerdos monetarios que permitan, en alguna medida, contrapesar la aberración de un sistema monetario internacional que tiene como eje una moneda nacional. Acotar radicalmente los movimientos internacionales especulativos de capital y modificar los sistemas financieros nacionales a fin de otorgarles el rango de un bien público al servicio del cumplimiento de los objetivos nacionales”.
Todo lo cual, a juicio de los autores, “implica un Estado capaz de diseñar e implementar estrategias de desarrollo económico y social que reflejen las necesidades de la mayoría de la población, es decir, de los sectores populares. En cierta medida, algunas de estas cosas se están haciendo bajo la presión de la crisis. El desafío es transformar estas acciones en una estrategia alternativa a la que ha impuesto en las últimas décadas el capital trasnacionalizado”.
El trabajo completo puede bajarse a través de www.cefid-ar.org.ar , en el siguiente link: http://www.cefid-ar.org.ar/documentos/DT26CrisisMundialElementosparasuanalisis%20.pdf