Un polo de inversiones en Buenos Aires
El territorio bonaerense concentra el 40% del producto bruto del país y casi la misma proporción de la población, con fuerte presencia de empresas extranjeras, particularmente brasileñas. Desde que comenzó la recuperación tras la crisis de 2001 su industria avanzó a un ritmo de 8 a 9%, por encima del promedio nacional, y hoy ofrece una oportunidad de negocios de cara al mundo. Así, el gobernador Daniel Scioli arrancó su gestión con una estrategia agresiva de búsqueda de inversores, que lo llevó en dos ocasiones a Brasil en pocos meses y muy pronto lo conducirá a México, Colombia y EE.UU. El director de Bapro, Gustavo Marangoni*, se refirió a las perspectivas de la economía bonaerense.
Atraer el interés inversor parece ser la respuesta a muchos de los desafíos que se está planteando el país para hacer sostenible el crecimiento que logró tras los primeros años de recuperación de la crisis, y el aporte de Buenos Aires para materializarlo es decisivo. El territorio bonaerense representa el 40% del PBI nacional, reúne a una proporción similar de la población, y es la provincia que mayor cantidad de parques industriales concentra. Pero los problemas que arrastra son igualmente proporcionales al peso de su economía, y sólo se irán resolviendo "en la medida que haya una mayor radicación de capitales e incentivos a inversiones nacionales y extranjeras", opinó Gustavo Marangoni, director del Banco Provincia de Buenos Aires (Bapro).
Recrear un Estado presente y fiscalizador que sea un "facilitador" de inversiones y negocios antes que un obstáculo del sector privado, es uno de los ejes de la gestión del gobernador Daniel Scioli. Desde que asumió en diciembre pasado, su gestión promovió la simplificación del proceso para que las empresas se radiquen en territorio bonaerense y logró reducir en 25% la cantidad de trámites, fundamentalmente para las Pymes. "Ahora el desafío es continuar con la modernización del Estado provincial, que tiene que estar al servicio de toda la potencialidad productiva de la Provincia", dijo Marangoni.
El directivo se refirió a las oportunidades de negocios en su disertación del 10 de septiembre en el Club Europeo, "Provincia de Buenos Aires: Presente y Perspectivas de su desarrollo Económico y Social". Señaló como prueba de ese potencial la enorme cantidad de empresas brasileñas que se asentaron en el conurbano y en el interior bonaerense después de la última crisis, "lo que generó un shock de la oferta de mano de obra industrial" en muchas localidades, que se vieron sorprendidas por una recuperación que en algunos casos llegó a 300% respecto a fines de 2001. "Por eso Daniel Scioli plantea a menudo la consigna de que necesitamos más provincia de Buenos Aires en el mundo y más mundo en la Provincia –resaltó- Cuando dice eso, se refiere a la necesidad de contar con capitales externos también para promover el crecimiento y un desarrollo sostenido".
Los beneficios de la llegada de inversiones nacionales y extranjeras trascienden a las ganancias empresarias y a la recaudación tributaria. Es el “remedio estructural para el problema de la inflación –afirmó el directivo de Bapro- más allá del protagonismo que tengan las políticas monetarias porque la verdadera estabilidad, la única que se sustenta en el tiempo, es la que proviene de la mayor ampliación de la oferta”. En este punto Marangoni fue enfático: si Buenos Aires no amplía su gama de productos persistirán los problemas socioeconómicos que la afectan.
La búsqueda proactiva de inversores que está impulsando la gobernación ya ha llevado a Scioli en dos oportunidades a Brasil desde que tomó su cargo. Marangoni, que cumplió funciones públicas anteriormente como jefe de Asesores de la Secretaría de Turismo y Deporte y como subsecretario de la Vicepresidencia de la Nación, lo identifica como uno de los pocos gobernadores bonaerenses en encabezar una misión comercial al país vecino, que es el principal socio comercial de Argentina y el inversor más fuerte en Buenos Aires. Scioli también viajó a Chile en busca de oportunidades de negocios y en los próximos dos meses tiene previsto visitar México, Colombia y EE.UU. para promover a sectores tradicionales y no tradicionales.
Un ejemplo de los nuevos negocios que se perfilan para Buenos Aires es el software. México es uno de los compradores más importantes en este rubro en el que Buenos Aires logró un avance importante. "Otro potencial enorme es el turismo, al igual que las industrias culturales y deportivas; entre las tres significan más del 20% del PBI bonaerense", comentó el ejecutivo de Bapro, también director de la Carrera de Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador.
Consultado sobre las trabas que significan ciertas prácticas que tienen lugar en varios municipios bonaerenses, que muchas veces deciden las habilitaciones correspondientes para las empresas de manera discrecional, Marangoni advirtió que las reglas de la competitividad se aplican también a las intendencias. Resaltó que hoy los capitales están mirando atentamente esos casos al momento de decidir dónde asentarán sus inversiones, por lo que los jefes comunales se verán obligados a ofrecer un buen ambiente de negocios si quieren competir y captar emprendimientos para sus zonas.
Infraestructura: Una demanda de todos
Si bien los empresarios brasileños conocen a la Argentina y siguen mostrando un gran interés en invertir aquí, como lo muestran las cifras de sus negocios en Argentina, el gobernador se encontró durante sus visitas a Brasil con la preocupación por las falencias que se observan en la infraestructura vial, portuaria y, fundamentalmente, energética. "Sin embargo, conocen bien nuestra realidad gracias a la gran cantidad de sus empresas que están instaladas aquí y el diálogo se centra más en el plano de la oportunidad, de identificar dónde invertir", detalló Marangoni. Incluso situaciones como la crisis energética, que obligó a Argentina a fijar programas de cortes de suministro eléctrico a las fábricas en el invierno, se pueden manejar con mayor flexibilidad cuando se está hablando con un socio tan cercano. “Es común que Argentina y Brasil resuelvan los problemas en conjunto, como sucede con la energía eléctrica –explicó- En ese campo hay acuerdos y muchas veces Brasil prestó electricidad que luego se compensa".
En cambio, la atención de los empresarios durante los contactos con Daniel Scioli estuvo dirigida a la posibilidad de comenzar con las operaciones que sustituirán el uso del dólar en el comercio recíproco, que recientemente los mandatarios Cristina Fernández de Kirchner y Luiz "Lula" Da Silva acordaron poner en marcha desde el 3 de octubre.
"Los inversores brasileños saben cuáles son las dificultades que pueden encontrar aquí pero saben también que muchas de ellas están en tratamiento o en vía de solución y el nivel creciente de su presencia en nuestro mundo empresario muestra que creen que están dadas las condiciones para hacer buenos negocios porque si no lo creyeran, no invertirían", reflexionó.
Claro que Brasil no es el único destino de los productos locales y el auge de las exportaciones argentinas en los últimos 5 años, que pasaron de aproximadamente u$s 30.000 millones a u$s 70.000 millones, obliga a replantear cuanto antes la infraestructura del país. Pese a que Buenos Aires cuenta con tres puertos importantes, “la infraestructura portuaria se ha quedado corta y lo mismo pasó con las rutas: el aumento de la cosecha y de los envíos de manufacturas agropecuarias ha generado un envejecimiento de la estructura portuaria y vial, algo que hay que abordar porque de nada sirve ampliar la oferta si no está la posibilidad de acercarla al mundo”, admitió Marangoni.
El problema no es menor si se tiene en cuenta que Buenos Aires es un territorio “natural y geográficamente abierto a la región y al mundo porque su producción tiene como clientes, precisamente, a la región y al mundo”, resaltó. Esa realidad, sumado a la demanda creciente del mercado mundial en toda una gama de rubros, hace presagiar que la capacidad logística de la Provincia se verá cada vez más exigida. Para Marangoni, la Provincia "es la muestra de que hay que resistirse a la falsa antinomia de que el desafío productivo del país pasa o por su complejo agroalimentario o por su sector industrial, porque es la expresión de la potencialidad argentina en agroalimentos, y también es el lugar del país donde el renacer industrial desde la crisis de 2001 impactó más positivamente", insistió. De hecho, el sector manufacturero bonaerense se recuperó a un ritmo de 8 a 9% luego de la crisis, por encima del promedio nacional.
La oferta para Pymes
En el frente interno, la Provincia canaliza el fondeo a través de Bapro con especial interés en el apoyo a las Pymes. Para ese sector está en marcha el programa Fuerza Productiva, que gerencian conjuntamente el Ministerio de la Producción y Asuntos Agrarios y la entidad bancaria, con $ 450 millones para créditos a las pequeñas y medianas empresas, de los cuales $ 50 millones apuntan a financiar a firmas que se instalen en los parques productivos bonaerenses. Las tasas de Fuerza Productiva están entre las más competitivas del mercado y actualmente son alrededor de 3.000 las firmas beneficiadas.
Otro recurso para fomentar los negocios es el programa Fuerza Solidaria que actúa bajo el esquema de un fideicomiso y se implementa a través de organizaciones no gubernamentales y para empresas de la economía social, sobre todo para estas últimas, que usualmente encuentran serias limitaciones a la hora de calificar para acceder a un crédito. En el año y medio que lleva operativo el programa entregó microcréditos por más de $ 13 millones, con muy escaso nivel de morosidad.
Descentralizar políticas
La dimensión y el peso de la Provincia en la economía nacional confiere a Buenos Aires características especiales que tradicionalmente han sido un punto sensible en la relación con la Nación y con los otros estados provinciales. “Parte de sus conflictos históricos tienen que ver con las dificultades para encontrar una armonía para integrar a Buenos Aires a un proyecto nacional; el gobernador Scioli está muy conciente de que de esa mala relación sólo surgieron inconvenientes para todo el país”, recordó.
La estrategia de no repetir la historia ahora apunta a administrar la Provincia en base a la sinergia y complementación con el Estado nacional y con sus 134 municipios, dado que la problemática bonaerense tiene también “una tremenda veta de carácter nacional, porque muchos de los principales problemas bonaerenses requieren una estrategia sincronizada con la Nación y municipios para su resolución”.
El enfoque es tener presente que una administración centralizada no podrá dar respuesta a los problemas de Buenos Aires por su peso en el concierto nacional y por su extensión geográfica, que en cuanto a superficie la equipara con Italia. “Su problemática no puede ser abordada desde un enfoque centralista sino que es necesario aplicar políticas descentralizadas”, resumió Marangoni.
Uno de esos problemas de Buenos Aires es mayúsculo, tanto como lo es su peso económico para el país. En Buenos Aires hay 750.000 madres en situación de vulnerabilidad y más de 1,5 millón de jóvenes entre 15 y 24 años que no trabaja ni estudia. “Esto, que es sólo una baldosa dentro del mosaico de los problemas, no se podría abordar si no es con una estrategia coordinada con la Nación y los municipios”, argumentó.
Un ejemplo de esa sinergia necesaria con los estamentos que más cerca están de la población son los programas de política social que tiene implementados la Provincia, como la Tarjeta Alimentos, que sustituyó los planes sociales con la entrega de bolsones de alimentos, coordinado por el Ministerio de Desarrollo Social a través la extensa red de sucursales del Bapro. “Esta es una política novedosa que busca evitar intermediaciones que sometan (a los beneficiarios) a prácticas clientelistas, que distorsionan el objetivo social”. En ese marco, Bapro ya entregó 300.000 tarjetas en poco más de ocho meses, "que tiene además un efecto descentralizador desde el punto de vista económico”, señaló Marangoni. Anteriormente, eran unos pocos proveedores los encargados de distribuir los alimentos a la cartera social pero con la nueva modalidad los fondos destinados al programa, por $ 800 millones, pueden gastarse en cada localidad de cada municipio. “Este es un golpe al clientelismo político –reiteró- Un golpe a una política social donde la entrega de alimentos estaba caracterizada por intermediaciones dudosas".
* Gustavo Marangoni es Director del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Secretario de la Fundación del Banco de la Provincia de Buenos Aires y Director de la Escuela de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador. Se desempeña además como titular de la Ciencia Política I y II de la Facultad de Ciencias Sociales de USAL.