XXXVI Cumbre Presidencial del Mercosur

El encuentro en Brasil dejó muchas coincidencias en el plano político aunque pocos avances concretos en materia económica. Entre ellos la aprobación de un fondo de garantía para las Pymes del bloque y la posibilidad de absorber las ventas externas bolivianas suspendidas por la falta de renovación del Atpdea a EEUU. Entre los puntos de agenda que no se lograron, la supresión del doble cobro del AEC aún no pudo concretarse. suprimido.


La XXXVI Cumbre Presidencial del Mercosur arrancó en Brasil el pasado lunes con dos expectativas centrales, una de ellas en boga en los tiempos de crisis que corren, referida a la búsqueda de herramientas comunes para sortear lo mejor posible la recesión mundial. Para los gobiernos, el balance es aceptable porque hubo coincidencia absoluta en la necesidad de trabajar en común y buscar un mecanismo conjunto para encarar la toma de decisiones. En otras palabras, pensar como región, y por ello fueron invitados los jefes de Estado de las naciones asociadas al bloque, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

La otra asignatura que había en la agenda, en cambio, no tuvo suerte. La eliminación del doble Arancel Externo Común (AEC) del bloque, tema que se viene negociando desde hace años, fracasó y quedó para una mejor oportunidad. En la apertura del encuentro realizado en el balneario Costa do Sauípe, el canciller brasileño Celso Amorim admitió que esta nueva postergación tendrá como efecto una mayor dificultad en las negociaciones de libre comercio con otros bloques, sobre todo con la Unión Europea (UE). Este último grupo planteó varias veces como un condicionante para firmar un acuerdo con el Mercosur el hecho de que no existiera libre tránsito de mercaderías entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Amorim explicó que el principal detonante del fracaso de las conversaciones técnicas para suprimir el AEC fue la situación de Paraguay que, al no tener salida al mar, debe canalizar gran parte de lo que importa a través de sus vecinos, con lo que el arancel adquiere mayor peso. Cabe recordar que el AEC se aplica a todos los productos extrazona que pasan de un país miembro del Mercosur a otro del bloque. "Siempre se aceptó que el doble arancel dificultaría las negociaciones con otros países o bloques económicos. En el momento que pasamos de las negociaciones de preferencias comerciales a las negociaciones de libre comercio encontramos las dificultades de no haberlo eliminado", se lamentó el canciller.

Ya la semana anterior al inicio de la Cumbre, las autoridades uruguayas habían mostrado preocupación por el empantanamiento de la discursión por el AEC. En una reunión de la Comisión de Hacienda del Poder Legislativo uruguayo con los ministros de Economía y Finanzas, Alvaro García; el canciller Gonzalo Fernández, y el director de comercio y Mercosur, Elbio Roselli, se expresó temor de que en el encuentro terminara postergándose la definición sobre temas centrales, como las nuevas barreras proteccionistas en el escenario de crisis mundial.

En ese momento Fernández recordó especialmente que la eliminación del arancel externo es parte fundamental de la consolidación de la Unión Aduanera del bloque y uno de los senadores presentes, Sergio Abreu, considerado una autoridad en el tema Mercosur, disparó críticas por el resquebrajamiento que están mostrando Argentina y Brasil en su relación bilateral. El Mercosur “está roto”, sostuvo.


Las propuestas

Pero a pesar de las críticas, las conversaciones entre los socios del Mercosur sirvieron para fijar lineamientos de una estrategia común para enfrentar la recesión mundial que se plantea al menos hasta el año 2010, según las predicciones del Fondo Monetario. El canciller argentino, Jorge Taiana, propuso como respuesta a la debacle fortalecer el comercio intra-Mercosur y avanzar en la integración productiva sin perder de vista la dimensión social en ese proceso.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, propuso destinar un 1% de las reservas de la region –estimadas por la CEPAL (Comisión de Estudios para América Latina) en u$s 459.774 millones en 2007- para constituir un fondo común que permita compensar asimetrías regionales y fomentar proyectos de desarrollo. Chávez sostuvo que la región tiene bases para defenderse de la crisis. “El PBI de la región es de u$s 3,5 millones”, ejemplificó. Por otro lado, el ecuatoriano Rafael Correa insistió con la necesidad de reforzar los mecanismos de integración económica y financiera como lo es el Sistema de Pagos en Moneda Local que se puso en marcha en octubre pasado, y el Banco del Sur.

Uno de los anuncios concretos que quedaron de las rondas de conversaciones fue la creación del Fondo de Garantías para las Micro, Pequeñas y Medianas empresas del bloque, por u$s 100 millones. El 70% de esos fondos serán aportados por Brasil; la Argentina participará con 27%; Uruguay con 2 %; y Paraguay con el 1 %. La novedad se conoció durante un encuentro paralelo a la Cumbre Presidencial, la reunión del Consejo del Mercado Común, que reúne a los ministros de Exteriores y de Economía de los cuatro socios plenos. Taiana explicó que el dinero que integrará este fondo servirá para dinamizar la integración de las cadenas productivas de la región.


Las exportaciones de Bolivia

Otro tema que despertó interés fue la posibilidad de absorber las exportaciones de Bolivia que iban a Estados Unidos y que ahora no se podrán colocar en el país del norte, a partir de la suspensión de las preferencias arancelarias andinas que otorgaba el Gobierno estadounidense a través de la Ley Atpdea. La solidaridad de los miembros del Mercosur fue destacada por empresarios bolivianos, aunque también manifestaron nerviosismo ya que la crisis hace difícil colocar la totalidad de los productos entre los socios del bloque del sur. Por eso, el sector privado boliviano pidió al presidente Evo Morales que comience una estrategia para mejorar las relaciones bilaterales con EEUU.

Para solidarizarse con la situación de Bolivia, el canciller brasileño detalló que los miembros del bloque y los países asociados reducirán aranceles y flexibilizarán normas para facilitar el ingreso de los productos provenientes de Bolivia. A pesar de esa buena voluntad, Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), pintó un panorama de incertidumbre y se quejó de las demoras en la devolución del Certificado de Devolución de Impuestos y en la decisión gubernamental de estatizar la certificación de origen para las exportaciones.

El temor de los empresarios bolivianos tiene que ver, sobre todo, con Venezuela, uno de los destinos considerados más complicados para la exportación de sus productos. "Ninguna empresa ha exportado hasta el momento a Venezuela productos afectados por la Atpdea", apuntó Gary Rodríguez y señaló que hasta ahora ninguna empresa exportadora de su país tuvo acceso al crédito de 8 millones de dólares prometido por el gobierno de Morales para pagar los aranceles.

Silvia Martínez