Uruguay: mitos y realidades de su agenda externa

El estatus de Estado asociado como salida política. Reformas en el Mercosur a discutir respetando compromiso del Tratado de Asunción. El dilema de negociar separado del bloque, o seguir perteneciendo al Mercosur. La perforación del AEC. El mito de las negociaciones externas en solitario. El apoyo de Brasil, sin una línea definida en relación con las negociaciones extrabloque, es sólo tácito. (foto: Carlos Loria-LARED21)


En una entrevista concedida el 20 de julio a la periodista Ana María Mizrahi, del medio uruguayo LARED21, el 2do director de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica del Uruguay, Marcos Soto, se refirió a la controvertida situación de Uruguay en el Mercosur, después de declarar públicamente la salida del compromiso del Tratado de Asunción, en busca de acuerdos comerciales por fuera del Mercosur. Hasta ahora, se han firmado convenios bilaterales sectoriales, siempre respetando la política de consenso intrabloque.

Un sacudón al Mercosur

Es indudable que “Uruguay precisa una reactivación de su política internacional comercial y en ese sentido, la postura del gobierno ha sido mover el tema, movilizar”.
“Si bien es cierto que el MERCOSUR tiene una estructura vetusta y precisa estos sacudones, lamento que sea en base al conflicto, o en base al disenso, en algunos casos en tono elevado y con algún fundamento que no comparto”, señaló Soto. “Nosotros precisamos de la región, de los vínculos, porque son lazos históricos y nos comprometemos como pueblos hermanos y eso hay que cuidarlo”. Como país chico, Uruguay siempre ha mostrado un tono conciliador, creo que debe haber caminos alternativos para evitar” antagonismos “que no contribuyen a una política internacional, clara, consistente y objetiva, con la construcción de una gran política de estado que es lo que precisamos”, expresó el académico.

Sin embargo, señaló que la estrategia no es nueva. “En el último período de Tabaré Vázquez, cuando (Rodolfo) Nin Novoa era canciller, a la interna del bloque se habían llevado los mismos planteos y básicamente los mismos argumentos. Lo que ha cambiado en estos meses, es el medio, porque ha sido pública la discusión dentro del bloque, también hay otro tono, como estrategia y novedad del gobierno uruguayo, explicó el profesor Marcos Soto, en la entrevista con Ana María Mizrahi.

Negociar por fuera o permanecer en el MERCOSUR

Uno de los grandes dilemas del gobierno de Uruguay, es haber adoptado la estrategia de apoyarse en la decisión 32/2000 del MERCOSUR, que deja en “blanco y negro” que los Estados parte no pueden negociar con terceros países o terceros bloques, aduciendo que no ha sido internalizada. Sin embargo, la decisión es meramente una redundancia de la norma fundacional del Tratado de Asunción, en la que existió el compromiso de “mantener una política común frente al resto del mundo, sintetizada en lo que se llama el Arancel Externo Común”, el “gran ‘cinturón’ que contiene a los cuatro países, más allá de las excepciones”. Lo que regula al MERCOSUR es el Tratado de Asunción, que es el Tratado fundacional, explica Soto. Y aclara que “desde el punto de vista jurídico, no se puede negociar en solitario, pertenecemos a una Unión Aduanera por voluntad propia, por voluntad soberana”.
Si en esta etapa ese modelo no es beneficioso para algunos países, lo que debería hacer Uruguay es plantear en forma institucional al MERCOSUR, un cambio en su configuración, expresó.
¿Uruguay puede negociar en solitario y a la vez ser miembro pleno? En estas condiciones hay una contradicción, que Uruguay tiene que trabajar de cara al futuro. Si Uruguay comienza a firmar acuerdos con China, con el Reino Unido, con Vietnam, con Indonesia, con Canadá y empiezan a llegar productos a su territorio, con un arancel mucho más bajo que el AEC, o ni siquiera cobra arancel como se puede establecer en los Tratados, es indudable que perforará definitivamente el Arancel Externo Común y por tanto la Unión Aduanera. Es posible que en estas condiciones los demás socios lo declaren fuera del bloque, precisa el especialista.

El apoyo relativo de Brasil

En lo que se refiere al pretendido apoyo de Brasil, el académico de UCU, explicó que ese país tiene problemas de inconsistencia interna. Por un lado está el Ministro de Economía, (Paulo) Guedes, es ultraliberal y busca la apertura decidida de Brasil, la flexibilización del MERCOSUR y procura que el MERCOSUR acuerde con cualquier país del mundo. Sin embargo, la postura de (Jair) Bolsonaro es mucho más tibia, porque el Presidente tiene rasgos nacionalistas, y de proteccionismo. Además Brasil tiene lobbies empresariales muy poderosos. La Federación de Industrias de San Pablo es un claro ejemplo, por ahí pasa mucho del entretejido de las políticas públicas y quienes sufrirían en el futuro una apertura del mercado brasileño serían los industriales y eso sería desafiante, debería competir de igual a igual, la producción local con producción china o de otro país.

Si Brasil apoya a Uruguay en esto, puede tratarse de un apoyo tácito pero no será un apoyo explícito, porque el socio mayor del Mercosur, no tiene cerrado tampoco cómo avanzar al resto del mundo, explicó. De hecho, respecto a los planteos que ha hecho Uruguay de flexibilizar el MERCOSUR y los planteos que ha hecho Brasil, lo que ha sobresalido es que los brasileños están de acuerdo con bajar un poco las barreras, pero no se han mostrado decididos a que el MERCOSUR avance en negociaciones, sino ya lo hubieran hecho. “Las riendas del bloque las lleva Brasil, y Argentina cada tanto le pone un palo”, aclaró.

El mito de la negociación en solitario de Uruguay

Hay muchos mitos. Uruguay para negociar necesita por lo menos 3 elementos. Primero equipos negociadores preparados, que cancillería aporte esos equipos. Segundo precisa equipos técnicos que sean capaces de producir informes de impacto esperado de esos Tratados. Precisamos informes de impacto oficiales, que evalúen los impactos de firmar estos Tratados. Tercero se necesita mucho diálogo con la sociedad civil, para que esto avance se precisa avanzar juntos todos los sectores, diálogo conjunto que construya una política de estado. Lo peor que puede hacer el gobierno es actuar en forma aislada, “porque están las cámaras, los tratados tienen que pasar por el Parlamento y porque la política comercial trasciende cualquier periodo de gobierno”, explica Soto con precisión.

Por otro lado, los acuerdos comerciales implican periodos de desgravaciones progresivas a lo largo del tiempo, puede llegar hasta 10 años. Para abrirse determinados sectores pueden esperar hasta 10 años. Incluso los Tratados comerciales pueden excluir sectores que puedan estar comprometidos, para eso sirven los informes de impacto. Si hay algún sector que es estratégico y que puede quedar comprometido en un Tratado, lo que hay que negociar es excluirlo del Tratado. Podemos negociar el 95% de los niveles arancelarios y aquellos sectores claves para nuestra economía, que no queremos “desnudar”, los podemos proteger.

Estado asociado o socio pleno

Por supuesto que “el mejor escenario teórico para Uruguay es que el MERCOSUR se mantenga como Unión Aduanera, que logremos fortalecer nuestra integración regional y que el bloque sea la gran plataforma de integración al mundo”. Pero “los escenarios ideales no existen y lo hemos esperado 30 años”, está bien que Uruguay se replantee su situación, puntualiza.

Uruguay perfectamente puede avanzar como estado asociado y mantener los vínculos comerciales con los otros 3 socios, una zona de libre comercio, comerciando en forma libre, con Argentina y Brasil, a los que tampoco les conviene perder a Uruguay, por su saldo bastante favorable en su intercambio comercial, explicó.

“La figura de Estado asociado, podría ser una figura de salida política, en la medida que el MERCOSUR no procese los cambios de apertura necesarios. El MERCOSUR es una de las zonas más proteccionistas del mundo, desde el punto de vista arancelario. Es la zona del mundo que menos acuerdos ha firmado en los últimos 30 años. Indudablemente precisa una revisión y una apertura, lo ideal sería una apertura conjunta pero ante la imposibilidad de esto, Uruguay debe plantearse su apertura y debería reformarse el bloque o modificar su estatus”. Sin embargo, no en la forma elegida, ya que “en este momento, entiendo que hay una violación al Tratado de Asunción, una preponderancia de lo político por sobre lo jurídico, sobre lo que hemos acordado y sobre lo que nos hemos comprometido”.

“Nosotros precisamos de la región, de los vínculos, porque son lazos históricos y nos comprometemos como pueblos hermanos y eso hay que cuidarlo”, concluyó el académico.


* Director de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica del Uruguay

Fuente: LARED21, entrevista concedida a la periodista Ana María Mizrahi

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